En nombre de tantos hermanos que han sufrido
y están sufriendo a raíz de las inundaciones, tanto en La
Plata como en la Ciudad de Buenos Aires y zonas de nuestra Diócesis, les
agradezco a todos los que han enviado con generosidad de corazón ropa,
alimentos, elementos de higiene y limpieza, etc.
Agradezco también,
a quienes los han recibido y ordenado con
verdadero espíritu de servicio y a quienes han entregado y
distribuido estas donaciones a las distintas personas y familias damnificadas,
testimoniando así una autentica caridad fraterna.
Es un verdadero desafío para todos continuar con
este espíritu de solidaridad acompañando con perseverancia a los más
pobres. Una vez más gracias por la entrega
del tiempo y corazón de cada uno y pido a Dios una
especial bendición para ustedes y sus familias
Monseñor
Oscar Ojea
Obispo
de San Isidro
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