La noticia de la muerte del ex presidente Juan Domingo Perón acaparó los diarios de aquel, hoy lejano, 2 de julio de 1974, pero el texto que marcó la diferencia fue el que salió de la pluma de Rodolfo Walsh, en aquel tiempo periodista del diario Noticias, dirigido por Miguel Bonasso. En efecto, “Dolor”, tituló ese día la publicación identificada con el peronismo montonero, que cruzó su nombre con una cinta negra señal de luto y que, en una extensa bajada, definía a Perón como un “líder excepcional” y “figura central de la política argentina en los últimos treinta años”.
Recién dos décadas después se sabría, de boca del propio Bonasso, que ese emblemático texto había sido escrito por Rodolfo Walsh, el excepcional periodista y militante popular que sería asesinado por un grupo de tareas del régimen militar el 25 de marzo de 1977.
Resumir en pocas palabras tamaña figura es tarea titánica y casi imposible por ello creo pertinente recordar aquel 12 de junio de 1974, que quedó en la historia como el último discurso de Juan Domingo Perón en la Plaza de Mayo.
Discurso donde se despidió de su pueblo y dijo que llevaría “la más maravillosa música que es la palabra del pueblo” que además guarda párrafos de increíble parecido con la actualidad nacional. Ese discurso párrafos de increíble parecido con la actualidad nacional. Es así como el General señala: "Algunos diarios oligarcas están insistiendo, por ejemplo, con el problema de la escasez y el mercado negro. Siempre que la economía está creciendo y se mejoran los ingresos del pueblo, como sucede desde que nos hicimos cargo del poder, hay escasez de productos y aparece el mercado negro. Subsistirá hasta que la producción se ponga a tono con el aumento de la demanda”.
Pero el estadista Juan Domingo Perón continuaba en aquel memorable discurso y pareciera que nos hablara hoy con increíble actualidad: "Mejoramos el salario real de los trabajadores, bajamos drásticamente la desocupación y aumentamos las reservas del país” aludiendo a quienes saboteaban el gobierno popular: “esas sectas minoritarias han llegado a la histeria y quieren que nos contagiemos para impedir que este proceso de cambio siga avanzando”.El parecido con los hechos de la actualidad es patente. En efecto, el rol de ciertos grupos hegemónicos como así los intentos de sectores del poder económico concentrado que no paran de boicotear a la economía nacional, en función de imponer otros intereses que pretenden disciplinar al pueblo mediante extorsión, ajuste y despidos son manifiestos. El General siempre tuvo lo más valioso e importante para continuar sus políticas de justicia social, libertad económica y soberanía política, el apoyo de los sectores mayoritarios del pueblo argentino. No cabe ninguna duda que desde su irrupción a mitad del pasado Siglo XX, el Movimiento Nacional Justicialista, conducido por Juan Domingo Perón marcó a fuego las transformaciones sociales, políticas y económicas que el pueblo argentino precisaba para el desarrollo armónico de su potencialidad transformadora. El peronismo no sólo es la alternativa política de liberación nacional para nuestro pueblo, sino que además sigue siendo una entidad cultural para las mayorías populares de toda la Argentina.
En términos históricos el peronismo supo resignificar aquellas luchas inconclusas de los caudillos populares que no sólo dieron sus vidas por la liberación nacional combatiendo a los intereses representados por las oligarquías vernáculas y sus cómplices. Oligarquias también hoy enquistadas en todos los ámbitos que como decía Arturo Jauretche- “se creen parte de la familia, pero no lo son”.
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