Así lo indicaron desde el Ministerio de Salud bonaerense al comparar los controles realizados en 2013 y 2014.
Aclararon, no obstante, que se mantuvo en 1,5 el porcentaje de punitivos, es decir, aquellos que llegan al tope de 0,5 gramos de alcohol en sangre.
Los datos se desprenden de comparar los resultados de los controles de alcoholemia que realizó el Registro de Bebidas Alcohólicas (Reba) del Ministerio de Salud provincial durante los años 2013 y 2014.
"Hace dos años, sobre 25.474 controles a conductores se detectó consumo de alcohol en el 3,44 por ciento de los casos, mientras que el año pasado, sobre 24.000 controles se obtuvo que sólo el 1,5 por ciento tenía alcohol en sangre", resaltó el ministro de Salud, Alejandro Collia.
No obstante, el porcentaje de personas que debieron dejar de conducir por presentar valores iguales o superiores a 0,5 se mantuvo constante, en el orden del 1,5 por ciento de los casos tanto en 2013 como en 2014.
"El gobernador Scioli nos está pidiendo que profundicemos los controles de alcoholemia porque tienen un efecto disuasivo pero, además, nos exige que mantengamos las campañas de difusión y la comunicación constante de las tremendas consecuencias que produce el alcohol al volante", explicó Collia.
Los controles. El titular del Reba, Juan Lauro, explicó que los controles de alcoholemia a cargo de la Provincia se realizan en rutas y autopistas pero también en corredores nocturnos, como los de La Plata, Ramos Mejía (La Matanza), Lomas de Zamora, Lanús, Quilmes, Esteban Echeverría, Florencio Varela, Berazategui, Escobar, Vicente López y San Fernando.
Por lo general, se realizan con agentes policiales y municipales y consisten en pedir al conductor que sople en la pipeta del alcoholímetro para determinar el nivel de alcohol en sangre. A los que llegan o superan los 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre se les impide continuar conduciendo.
Los expertos en toxicología explican que a partir de ese tope se reduce la visión, cuesta enfocar y esto impide percibir correctamente las señales del tránsito o los imprevistos que puedan surgir en el camino.
"Cuando se superan los 0,5 gramos el riesgo comienza a ser severo, porque se ve afectada la motricidad y, a su vez, aparece la sensación de euforia y confianza que suele traducirse en una conducción impulsiva, agresiva y hasta temeraria", agregó el subsecretario de Adicciones, Carlos Sanguinetti.
Qué se evita. Además de los riesgos en el tránsito, no beber alcohol en exceso previene, sobre todo entre los adolescentes, accidentes cerebrovasculares, hemorragias digestivas, desvanecimientos y estados de coma.
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