El fuerte tarifazo en los servicios públicos tiene su punto de mayor impacto en el agua, donde a los fuertes incrementos de hasta el 400 por ciento se sumó un criterio de aplicación de los ajustes que en muchos casos carece de lógica.
Además, por falta de medidores, pagan igual los que usan 20 gotas o 20 mil litros.
Los montos hasta cuadruplican el habitual, y esta situación se viene replicando en estos días en millones de hogares porteños desde que empezaron a llegar las primeras boletas bimestrales con el impacto de la suba de tarifas, que entró en vigencia el primero de abril. En un monoambiente del microcentro, un profesional de 33 años venía pagando $ 204 al mes y recibió una factura de $ 697.
Una estudiante de 23 años que pagaba poco más de $ 90 en un dos ambientes de Monserrat tuvo esta vez que abonar $ 375.
En la zona de Congreso, un matrimonio con un hijo que vive en un cinco ambientes pasó de pagar $ 211 a unos $ 703 por el servicio. Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA) presta servicio a 2.809.625 hogares del área metropolitana y sólo 273.000 tienen medidor.
En 9 de cada 10 casos, la parte de la factura que debería variar según el consumo se estima con una compleja fórmula que considera la zona, el tipo de vivienda, su calidad y su superficie, entre otros factores.
El efecto es que el usuario, gaste 20 gotas o 20.000 litros, pagará siempre lo mismo: no se puede ahorrar bajando el consumo, como en luz y gas. La única forma de tener descuento es pidiendo la Tarifa Social, pero los requisitos son estrictos y sólo la tiene menos del 3% de los usuarios, indica Clarín.
En muchos casos, la boleta no llega a nombre del dueño de la vivienda, sino del consorcio: luego se divide. Por eso, en esos casos, la suba de tarifas ya impacta en las expensas.
Fuentes de AySA indicaron que la suba fue del 297% en promedio, con distintos escenarios. Según detallaron, los que ya habían perdido todos los subsidios pagarán 217% más; para los que tenían un subsidio del 5%, el incremento fue del 233%; los que tenían 25% de la factura subsidiada pasaron a pagar 325% más; y los que venían con la mitad de la boleta subsidiada ahora pagan 375% más.
“Ese fue el aumento máximo”, afirmaron.
Lo que AySA pide contemplar es que los nuevos montos son bimestrales y que concentran no uno sino dos servicios: agua potable y cloacas.
El ajuste, afirman, era necesario para “recomponer situaciones de inequidad” y prometen que servirá para extender la red hasta los que aún no tienen agua y cloacas, en vez de “subsidiar consumos de aquellos que pueden pagarlos”.
Por ahora, uno de los principales beneficiados del ajuste fue el Estado. En Capital, el 44% del monto de la factura son impuestos. (Asteriscos TV).
Lo que AySA pide contemplar es que los nuevos montos son bimestrales y que concentran no uno sino dos servicios: agua potable y cloacas.
El ajuste, afirman, era necesario para “recomponer situaciones de inequidad” y prometen que servirá para extender la red hasta los que aún no tienen agua y cloacas, en vez de “subsidiar consumos de aquellos que pueden pagarlos”.
Por ahora, uno de los principales beneficiados del ajuste fue el Estado. En Capital, el 44% del monto de la factura son impuestos. (Asteriscos TV).
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