jueves, marzo 16, 2006
BUENOS AIRES: Bingos y desigualdad en el conurbano
BUENOS AIRES, Marzo 16, (PUNTO CERO-Diariohoy.net) Es un negocio millonario. En el conurbano funcionan la mitad de las salas de la Provincia. Pero los municipios reciben solo el 4% de las ganancias. Por qué semejante fuente de recursos no se vuelca a invertir la desigualdad social que, sobre todo en el conurbano, es cada vez más feroz¿A dónde va el dinero de los Bingos? ¿Por qué los municipios casi se quedan afuera de la recaudación millonaria (reciben sólo el 4% de las ganancias) que estas salas consiguen en sus propios distritos? ¿Por qué, en el conurbano, donde funcionan la mitad de las salas de toda la Provincia, esta fuente de recursos inagotable no se vuelca a revertir los índices de pobreza?¿Por qué todo esto ocurre cuando los medianos comerciantes tienen que dejar buena parte de sus ingresos en impuestos? ¿Por qué esto sucede cuando las necesidades son cada vez más grandes en los barrios periféricos en toda la Provincia de Buenos Aires?En el primer y segundo cordón del Gran Buenos Aires se reflejan las mayores necesidades de la población del territorio bonaerense: allí las villas se multiplican, como la falta de cloacas y también el agua potable, servicios esenciales de los que carecen miles, mientras otros pocos concentran las mayores riquezas a pocos metros de distancia.Esta situación de desigualdad fue permitida durante el Gobierno de Eduardo Duhalde. En 1991, la gobernación impulsó la regulación de la actividad y abrió la puerta a que los grupos privados, y no el propio Estado, fueran casi en su totalidad los beneficiarios de los dividendos que producían estos salones de juegos de azar.La incorporación de las tragamonedas, durante la administración de Felipe Solá, aumentó esa brecha de desigualdad: facturan más de mil pesos diarios cada una. Ni siquiera las entidades intermedias (hospitales, asociaciones civiles, etc) que actúan entre los bingos y el Estado logran quedarse con una porción significativa de estas ganancias.El paquete de leyes que regula estas actividades no fue aprobado durante las actuales administraciones provinciales y nacionales. Pero vistas las consecuencias de esta desigualdad, los legisladores que se sentaron el 10 de diciembre en sus bancas tienen las herramientas para modificar la disparidad entre los que menos tienen, que cada vez son más, y los que más concentran, que cada vez son menos.Detrás de los bingos, además, parece haber muchos negocios. El juez federal Jorge Urso, por ejemplo, investiga a directivos de la empresa de juegos de azar, Codere, por presunto lavado de dinero.Hace un par de meses Urso libró un exhorto a España, en el que le solicitó al juez de Madrid que le informe la composición e identificación de las personas y empresas que integran el grupo Codere Sociedad Anónima.También requirió que le indiquen transferencias del paquete accionario y aportes de capital a la firma desde 2000 a 2005, y cuál fue la evolución patrimonial de las empresas del grupo, entre ellas la radicada en Argentina.Casualmente, Codere es la misma empresa que quiere expandirse en Morón, aparentemente instalando una sala de juegos y un complejo en los terrenos donde hoy se emplaza el Club Deportivo Morón.Algunos concejales de la oposición aseguran que detrás de ese proyecto hay "un negocio inmobiliario".Pero además de posibles irregularidades, los bingos parecen causar un daño social. En Luján, el caso llegó a tal extremo que el intendente de esa ciudad, Miguel Prince, tuvo que limitar por decreto el horario de apertura de los locales, que hasta ahora funcionaban las 24 horas del día.La perdición por el juego llevó a muchos lujanenses a quedar en la ruina económica, tal como publicó Hoy en la oportunidad. "Los vecinos llegaron a parar al intendente en la calle para pedirle que hiciera algo, porque estaban perdiendo el auto y la casa", explicó el secretario de Gobierno, Domingo Faro, uno de los impulsores del decreto.Por eso, los interrogantes están abiertos ¿Hasta cuándo los municipios y el estado provincial sostendrán esta situación de desigualdad, en la que, a costa de tanta pobreza, algunos se llenan los bolsillos? Y los legisladores ¿hasta cuándo esperarán para cambiar la inequidad existente en las leyes que regulan los juegos de azar? (PUNTO CERO-Diariohoy.net).
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