LUJAN, Enero 03, (PUNTO CERO-El Civismo) Empleados y delegados gremiales de un sindicato protestaron este jueves frente a la Municipalidad.
Piden al gobierno y al Concejo Deliberante que flexibilicen el horario fijado a la sala de apuestas.
El próximo miércoles las partes retomarán el diálogo.
En el Día de los Santos Inocentes, más de uno pensó que se trataba de una broma de mal gusto. Por un lado, los empresarios y trabajadores de Bingo Luján esperaban una flexibilización horaria que hasta ahora no llega. Por el otro, el gobierno y los concejales creían haber dado por terminado un asunto que los mantuvo ocupado durante buena parte del año y ahora vislumbran que puede continuar en 2007.
En concreto: este jueves, desde las 9, delegados gremiales del sindicato que agrupa a los trabajadores de salas de juego de azar junto con un grupo de empleados del local de apuestas iniciaron una protesta en la puerta de la Municipalidad ante la posibilidad de que se produzcan despidos como resultado de la postura firme que mantienen el Departamento Ejecutivo y el Concejo Deliberante con respecto a la restricción horaria fijada para el bingo.
La protesta contó con el apoyo de trabajadores de salas de bingos del conurbano -particularmente provenientes de la ciudad de Moreno- que junto a los delegados sindicales llegaron a esta ciudad en un par de micros y fueron mayoría en el ruidoso reclamo llevado a cabo en la puerta del palacio comunal.
Portando bombos, redoblantes, agitando banderas multicolores con el logo de la empresa que regentea Argentone y del sindicato ALEARA, haciendo tronar potentes cohetes no escuchados en Navidad y bramando insultos dirigidos principalmente contra el intendente, los manifestantes se apostaron en la escalera del edificio gubernamental y coparon la céntrica calle San Martín al 500 con la ilusión de ser recibidos por el jefe comunal.
Pero no fue así. Los minutos pasaron y nadie del Ejecutivo se hizo presente. Ariel Fassione, secretario gremial de ALEARA, indicó que la convocatoria obedecía al reclamo de la flexibilización de la apertura y cierre del bingo debido a que las 10 horas en las que actualmente funciona implica una seria amenaza a la fuente laboral.
Sin cifras concretas que puedan traducir el impacto social que podría producirse en el corto plazo, trascendió que los telegramas de suspensión que estaría preparando la empresa para empezar a repartir en la primera quincena de enero podrían alcanzar a 160 o 180 trabajadores. Al respecto, Fassione dijo que de persistir el actual horario, "podría afectar al 50 por ciento de los 300 trabajadores".
LUCHA DE PODERES
Otro de los motivos que derivó en la protesta fue la falta de una respuesta por parte del cuerpo deliberativo antes que finalizara el período ordinario de sesiones en el Concejo Deliberante. Estimaban que los concejales podían dar marcha atrás con una iniciativa impulsada por el intendente pero nada de eso sucedió.
Por el contrario, en uno de los pocos asuntos en que los dos poderes alcanzaron consenso en 2006, los ediles consideraron que es el intendente quien debería -en caso de rever su postura- redactar otro decreto que establezca un nuevo horario que deje conforme tanto al poder político, a la empresa y a los gremios.
Buena parte de la comunidad, a través de diferentes sectores (comercio, sociedades de fomento, entidades intermedias), se mostraron conformes con el decreto del intendente y apoyaron la restricción horaria al bingo ante los perjuicios tanto comerciales como de salud que estaba ocasionando al funcionar durante las 24 horas casi los 365 días del año.
En esta lucha de poderes en la que están en juego no sólo fuentes de trabajo sino altas sumas de dinero y otros intereses prevaleció hasta ahora la decisión del intendente.
Prince, al acortar el horario de apertura del bingo, se convirtió en un pionero en tratar de ponerle freno a la adicción que provocan los tragamonedas y las consecuencias que esto tiene en la población, al tiempo que cosechó el respaldo de un sector importante de la sociedad. La medida se transformó rápidamente en modelo a imitar en muchas ciudades tanto del conurbano como del interior del país cuyos gobernantes veían con preocupación el incremento de los casos de ludopatía.
El bingo, por su lado, no se quedó con los brazos cruzados. En primera instancia se negó a hablar con las autoridades, impugnó la resolución, violó la banda horaria fijada, fue clausurado, siguió tomando empleados, inició demandas judiciales que no prosperaron, luego retomó el diálogo con los concejales, elevó una propuesta que fue desechada y ahora "entró en procedimiento de crisis" -según dijo Fassione- lo que implicaría la antesala para los despidos.
"Entre el 10 y 11 de enero va a empezar a suspender y a despedir a los trabajadores", explicó el representante gremial a EL CIVISMO con batucada de fondo.
Según su punto de vista, "las partes estaban dispuestas a ceder" pero "nos encontramos con una sorpresa cuando la semana pasada sesionaron y no aprobaron la propuesta de flexibilización que había presentado el Ejecutivo. Directamente, sigue todo como hasta ahora. No lo entendemos. La empresa garantiza que si se aprobaba el horario que propuso, no se queda ni un trabajador sin trabajo".
PROTESTA ORGANIZADA
Pasaron más minutos y las explicaciones no llegaban. Chicas muy fashion seguían agitando coloridas banderas. Chicos muy prolijos le daban sin contemplaciones al bombo. Personal de seguridad tamaño king size, gafas oscuras, pelos muy cortos casi rapados, vestidos de musculosas y con brazos como tubos de oleoducto, intimidaban con su sola presencia en la explanada de la sede gubernamental. Todo el paz.
"Acá hay como 200 trabajadores de Bingo Luján", calculó Fassione. Sin embargo, en la Presidencia del Concejo Deliberante diría luego que los propios sindicalista reconocieron que la mayoría de los manifestantes eran delegados gremiales.
A las 10.15, un grupo de trabajadores y sindicalistas fue recibido por el presidente del Concejo Deliberante, Héctor Melo, y los pocos concejales que este jueves fueron a trabajar: Amanda Robles y Fernando Rosso (Unión Vecinal), Humberto Guibaud y Pablo Tonini (PJ Lealtad) Iris Bustos (Frente Para la Victoria) e Ilma Vieiro (Mi Ciudad).
A todo esto, la empresa solicitó a los concejales por escrito una sesión ordinaria o extraordinaria "a fines de que se brinden explicaciones para tomar conocimiento de cuáles resultan los motivos por los que no se ha dado la satisfacción a las presentaciones que hizo la empresa y al ente gremial referido al cercenamiento del horario (...) y que obliga a la firma a reducir de 24 horas a 10 horas lo que impide brindar pleno empleo".
La nota, entendida como otro elemento de presión por algunos concejales, tampoco encontró eco en los ediles.
Cuarenta minutos después, Fassione no le transmitió a los trabajadores buenas noticias. "Lamentablemente uno puede entender la frontalidad y la franqueza de Melo y que el Concejo no es responsable de nada pero acá no aparece ni el intendente ni nadie del Ejecutivo", expresó el delegado luego de la infructuosa reunión. "De acá no nos movemos y van a seguir llegando más trabajadores de los bingos de la provincia de Buenos Aires", anunció, y pidió que los presidentes de bloque se sienten a negociar en forma "urgente" con el Ejecutivo.
Hasta ahora queda claro que las 24 horas en las que venía funcionando el bingo desde hace 7 años se encaminan a ser un recuerdo y que las 10 horas que le permite trabajar la Municipalidad no deja conforme a la empresa. "La empresa dice que con un horario que puede rondar las 12 horas garantiza la fuente de trabajo. Está cediendo y los vamos a acompañar", agregó Fassione, representante de los trabajadores y transformado en un vocero de Argentone.
Para el mediodía, varias gomas ardían en el pavimento y una parrilla empezaba a tomar calor mientras esperaba la llegada de chorizos. Por entonces desde ALEARA decían que estaban dispuestos a esperar el Año Nuevo en la puerta de la Municipalidad y montar una carpa en caso que fuera necesario hacerlo.
Minutos más tarde, el Concejo Deliberante resolvió convocar a las partes para el miércoles a las 9.30. En consecuencia, la protesta llegó a su fin y los trabajadores, junto con los delegados gremiales, se desconcentraron en forma pacífica con la esperanza de comenzar el 2007 con menos incertidumbre de la que tuvieron en todo este año. (PUNTO CERO-El Civismo).
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