SAN MIGUEL, Enero 14, (PUNTO CERO-Aquí la Noticia) Tal vez la –ahora- vulgar frase roce lo chabacano, si se quiere. Pero pinta una realidad que por estas horas el Intendente de san Miguel, Joaquín De La Torre no puede escapar.
Debe implementar aquello que charló, una y cien veces, en sus reuniones y caminatas por el distrito con los vecinos. Y aunque no hubiese utilizado un literal “yo les prometo...”, con el voto popular las ideas quedan selladas como un juramento de sangre. Y si no, octubre del 2009 será testigo sordo de proyectos incumplidos.
No será fácil y ya puede comprobarse, el cambio requerirá un esfuerzo de trabajo constante y enérgico, donde la decisión (política) será clave para que aquellos “cuatro pilares fundamentales en los que se basaría el programa de gobierno” puedan cumplirse.
El nuevo Intendente ha dejado delineado a su equipo de trabajo y, con la modificación al organigrama Municipal recientemente aprobado por un Concejo Deliberante que asegura darle su apoyo, podemos observar como ese “equipo” está “parado en la cancha”, parafraseando con terminología futbolística. Y si ese planteo condice con lo sostenido en la campaña. Veamos.
El Intendente se reservó ingerencia directa en áreas como el ceremonial y prensa, el manejo informático y línea directa con el Juzgado de Faltas.
Delegó en cinco áreas con rango de Secretarías para Economía y Hacienda; Gobierno y Administración; Obras Públicas; Seguridad y Control de Ordenamiento Urbano y Salud Pública.
Tal vez la más abarcativa sea la Secretaría General de Gobierno y Administración. De ella dependen la mayor cantidad de áreas y es la más diversificada.
Esencialmente hace hincapié en lo legal y lo productivo, a cargo del Ingeniero Eduardo Griguoli, hombre de Bella Vista que en la última década estuvo ligado a la administración Pública en los distintos lugares en los que acompañó a Felipe Solá, primero en la legislatura provincial y luego en la gobernación bonaerense, lo que le otorga una amplia experiencia para el área que le toca desempeñarse, con amplios contactos en el espectro político no solo provincial, sino también en la administración central. Su rasgo que –paradójicamente- lo distingue es su esmerado bajo perfil.
Casi podría decirse que es una súper Secretaría, con ingerencia en lo estrictamente administrativo de la gestión, pero también con temas delicados como la Acción Social y los programas sociales –con la carga política que ello implica en distritos con poblaciones carentes-; dependiendo de Griguoli también las direcciones relacionadas con los segmentos de la población (juventud, mujer, tercera edad, Discapacidad, niños), derechos humanos, Cultura, deportes, relaciones institucionales y empleo, producción e industria, desarrollo económico y hasta defensa del consumidor.
En cambio, si hay una Secretaría específica en el organigrama sanmiguelino actual, se trata de la denominada Economía y Hacienda. Netamente técnica y dividida en dos grandes ramas. Una para ingresos, integrada por la Subsecretaría de Ingresos Tributarios; y otra para el control del gasto encabezada por la Subsecretaría de Presupuesto y Finanzas. El licenciado Emilio Udaquiola vuelve a la administración netamente Municipal, luego de haber prestado servicios para un importante lugar de juegos de azar en el Tigre.
En San Miguel, Udaquiola despierta expectativas por su labor realizada junto al Intendente Jesús Cariglino en el nacimiento y fortalecimiento económico del joven distrito de Malvinas Argentinas. Supo llevar adelante una secretaría municipal de esta importancia en los momentos más difíciles del país en un distrito que recién nacía, por lo que no se duda de su capacidad de gestión.
La Secretaría de Obras Públicas deberá acompañar al Intendente en su idea del cambio planteado en la campaña. Si la obra pública fue el punto débil y por el que muchos creen que Zilocchi no logró la reelección, aquí deberá ser el área que logre revertir esa imagen con hechos concretos, es decir, con obras. Por lo tanto es, de todas, el área que políticamente enfrenta el mayor desafío en San Miguel, esa es la tarea que le espera al arquitecto Claudio Gómez.
Su estructura es simple y vertical, partida en dos, un sector relacionado con la infraestructura y la otra con la calidad de vida de los vecinos.
La Secretaría de Salud, con el conocido Dr. Gustavo Eugeni al frente, tiene una estructura simple. Parte en dos ramas claramente delimintadas, una enfocada a la atención de la salud con una Subsecretaría de Atención Integral de la Salud; y otra área relacionada con la gestión administrativa de ese sector.
La salud pública en ese distrito sigue atravesando un momento delicado, con un hospital centralizado, como el Larcade, que no sólo enfrenta problemas edilicios graves, sino que la problemática gremial de los profesionales es una constante.
Por último, la Secretaría de Seguridad y Control de Ordenamiento Urbano. El joven Carlos María Ortelli tiene a su cargo esta área que se divide en dos, tal como está en su propio nombre, pero con rangos de Subsecretaría. En Control de Ordenamiento Urbano coexisten áreas disímiles como Tránsito y Transporte, medio ambiente y Habilitaciones comerciales e industriales.
El desafío mayor estará aquí en la otra pata de la Secretaría, la Seguridad. Se presupone –tal los dichos del propio De La Torre- que él personalmente tendrá ingerencia en un área que la presentó como clave durante su campaña y de la que “se hará cargo”, a pesar que como Intendente no le compete directamente, buscando un estilo de trabajo totalmente diferente al de su antecesor.
Debe implementar aquello que charló, una y cien veces, en sus reuniones y caminatas por el distrito con los vecinos. Y aunque no hubiese utilizado un literal “yo les prometo...”, con el voto popular las ideas quedan selladas como un juramento de sangre. Y si no, octubre del 2009 será testigo sordo de proyectos incumplidos.
No será fácil y ya puede comprobarse, el cambio requerirá un esfuerzo de trabajo constante y enérgico, donde la decisión (política) será clave para que aquellos “cuatro pilares fundamentales en los que se basaría el programa de gobierno” puedan cumplirse.
El nuevo Intendente ha dejado delineado a su equipo de trabajo y, con la modificación al organigrama Municipal recientemente aprobado por un Concejo Deliberante que asegura darle su apoyo, podemos observar como ese “equipo” está “parado en la cancha”, parafraseando con terminología futbolística. Y si ese planteo condice con lo sostenido en la campaña. Veamos.
El Intendente se reservó ingerencia directa en áreas como el ceremonial y prensa, el manejo informático y línea directa con el Juzgado de Faltas.
Delegó en cinco áreas con rango de Secretarías para Economía y Hacienda; Gobierno y Administración; Obras Públicas; Seguridad y Control de Ordenamiento Urbano y Salud Pública.
Tal vez la más abarcativa sea la Secretaría General de Gobierno y Administración. De ella dependen la mayor cantidad de áreas y es la más diversificada.
Esencialmente hace hincapié en lo legal y lo productivo, a cargo del Ingeniero Eduardo Griguoli, hombre de Bella Vista que en la última década estuvo ligado a la administración Pública en los distintos lugares en los que acompañó a Felipe Solá, primero en la legislatura provincial y luego en la gobernación bonaerense, lo que le otorga una amplia experiencia para el área que le toca desempeñarse, con amplios contactos en el espectro político no solo provincial, sino también en la administración central. Su rasgo que –paradójicamente- lo distingue es su esmerado bajo perfil.
Casi podría decirse que es una súper Secretaría, con ingerencia en lo estrictamente administrativo de la gestión, pero también con temas delicados como la Acción Social y los programas sociales –con la carga política que ello implica en distritos con poblaciones carentes-; dependiendo de Griguoli también las direcciones relacionadas con los segmentos de la población (juventud, mujer, tercera edad, Discapacidad, niños), derechos humanos, Cultura, deportes, relaciones institucionales y empleo, producción e industria, desarrollo económico y hasta defensa del consumidor.
En cambio, si hay una Secretaría específica en el organigrama sanmiguelino actual, se trata de la denominada Economía y Hacienda. Netamente técnica y dividida en dos grandes ramas. Una para ingresos, integrada por la Subsecretaría de Ingresos Tributarios; y otra para el control del gasto encabezada por la Subsecretaría de Presupuesto y Finanzas. El licenciado Emilio Udaquiola vuelve a la administración netamente Municipal, luego de haber prestado servicios para un importante lugar de juegos de azar en el Tigre.
En San Miguel, Udaquiola despierta expectativas por su labor realizada junto al Intendente Jesús Cariglino en el nacimiento y fortalecimiento económico del joven distrito de Malvinas Argentinas. Supo llevar adelante una secretaría municipal de esta importancia en los momentos más difíciles del país en un distrito que recién nacía, por lo que no se duda de su capacidad de gestión.
La Secretaría de Obras Públicas deberá acompañar al Intendente en su idea del cambio planteado en la campaña. Si la obra pública fue el punto débil y por el que muchos creen que Zilocchi no logró la reelección, aquí deberá ser el área que logre revertir esa imagen con hechos concretos, es decir, con obras. Por lo tanto es, de todas, el área que políticamente enfrenta el mayor desafío en San Miguel, esa es la tarea que le espera al arquitecto Claudio Gómez.
Su estructura es simple y vertical, partida en dos, un sector relacionado con la infraestructura y la otra con la calidad de vida de los vecinos.
La Secretaría de Salud, con el conocido Dr. Gustavo Eugeni al frente, tiene una estructura simple. Parte en dos ramas claramente delimintadas, una enfocada a la atención de la salud con una Subsecretaría de Atención Integral de la Salud; y otra área relacionada con la gestión administrativa de ese sector.
La salud pública en ese distrito sigue atravesando un momento delicado, con un hospital centralizado, como el Larcade, que no sólo enfrenta problemas edilicios graves, sino que la problemática gremial de los profesionales es una constante.
Por último, la Secretaría de Seguridad y Control de Ordenamiento Urbano. El joven Carlos María Ortelli tiene a su cargo esta área que se divide en dos, tal como está en su propio nombre, pero con rangos de Subsecretaría. En Control de Ordenamiento Urbano coexisten áreas disímiles como Tránsito y Transporte, medio ambiente y Habilitaciones comerciales e industriales.
El desafío mayor estará aquí en la otra pata de la Secretaría, la Seguridad. Se presupone –tal los dichos del propio De La Torre- que él personalmente tendrá ingerencia en un área que la presentó como clave durante su campaña y de la que “se hará cargo”, a pesar que como Intendente no le compete directamente, buscando un estilo de trabajo totalmente diferente al de su antecesor.
Así planteó su equipo el Dr. De La Torre y ya está en la cancha. Habrá que dejarlo correr y estar atentos a los ajustes que, seguramente serán necesarios, pero no hay otra forma, porque “en la cancha se ven los pingos”. (PUNTO CERO-Aquí la Noticia).
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