(La Política OnLine). Organismos descentralizados del gobierno, subsecretarias, nuevas comisiones y hasta flamantes dependencias. Otros, con menos suerte, estarán como asesores o en cargos menores. Un repaso detallado de los nuevos trabajos de los diputados porteños que dejaron sus bancas el 10 de diciembre de 2009.
¿Qué hacen los legisladores porteños cuando se les termina el mandato? Siguen o se reciclan, claro está. Luego de un minucioso trabajo de seguimiento, LPO relevó el paradero político de los diputados de la ciudad que terminaron su mandato el 10 de diciembre de 2009.
Algunos, producto de una serie de curiosas votaciones apoyando al PRO, terminaron en organismos del gobierno o en comisiones especiales creadas a modo de “bolsa de trabajo”. En otros casos, pases previsibles o situaciones que podían estar en los márgenes de los esperable o, inclusive, gracias a la suerte de un punto porcentual más en las elecciones.
Aquí la lista:
Coalición Cívica
Guillermo Smith: ex integrante de la bancada de la CC, los aristas pidieron su expulsión del bloque tras haberse negado a dar quórum en la interpelación al ministro de Seguridad Guillermo Montenegro por el caso de espionaje. Terminó como miembro de la Comisión de Seguimiento de Políticas de Seguridad junto a otros dos ex legisladores que no tenían destino.
Enrique Olivera: el ex jefe de gobierno, distanciado de Elisa Carrió, será el presidente del Consejo Económico y Social, aunque había sonado para sumarse al equipo del ministerio de Educación (presidió la comisión del área educativa en 2009). Había quedado cuarto en la lista a diputados nacionales pero el magro resultado electoral lo dejó afuera del Congreso.
Teresa de Anchorena: “Lilita” la dejó sin reelección y, sin una necesidad imperiosa de trabajo, volverá a la vida privada y las actividades culturales por las que destacó.
Facundo Di Filippo: otro herido del cierre de listas porteño, se transformó en secretario de coordinación de la Legislatura aunque seguirá moviendo los hilos de la comisión de Vivienda que pasó a presidir Rocío Sánchez Andía, quien ingresó por los Jóvenes por la Igualdad, la agrupación que dirige Di Filippo junto a la diputada nacional María Fernanda Reyes.
¿Qué hacen los legisladores porteños cuando se les termina el mandato? Siguen o se reciclan, claro está. Luego de un minucioso trabajo de seguimiento, LPO relevó el paradero político de los diputados de la ciudad que terminaron su mandato el 10 de diciembre de 2009.
Algunos, producto de una serie de curiosas votaciones apoyando al PRO, terminaron en organismos del gobierno o en comisiones especiales creadas a modo de “bolsa de trabajo”. En otros casos, pases previsibles o situaciones que podían estar en los márgenes de los esperable o, inclusive, gracias a la suerte de un punto porcentual más en las elecciones.
Aquí la lista:
Coalición Cívica
Guillermo Smith: ex integrante de la bancada de la CC, los aristas pidieron su expulsión del bloque tras haberse negado a dar quórum en la interpelación al ministro de Seguridad Guillermo Montenegro por el caso de espionaje. Terminó como miembro de la Comisión de Seguimiento de Políticas de Seguridad junto a otros dos ex legisladores que no tenían destino.
Enrique Olivera: el ex jefe de gobierno, distanciado de Elisa Carrió, será el presidente del Consejo Económico y Social, aunque había sonado para sumarse al equipo del ministerio de Educación (presidió la comisión del área educativa en 2009). Había quedado cuarto en la lista a diputados nacionales pero el magro resultado electoral lo dejó afuera del Congreso.
Teresa de Anchorena: “Lilita” la dejó sin reelección y, sin una necesidad imperiosa de trabajo, volverá a la vida privada y las actividades culturales por las que destacó.
Facundo Di Filippo: otro herido del cierre de listas porteño, se transformó en secretario de coordinación de la Legislatura aunque seguirá moviendo los hilos de la comisión de Vivienda que pasó a presidir Rocío Sánchez Andía, quien ingresó por los Jóvenes por la Igualdad, la agrupación que dirige Di Filippo junto a la diputada nacional María Fernanda Reyes.
Kirchneristas
Pablo Failde: ex ARI, borocotizado al albertismo, no logró reelegir. Desesperado, fue quien rogó al PRO y al resto de la oposición por la formación de la Comisión de Seguimiento de Políticas de Seguridad y allí recaló.
Christian Asinelli: el joven que ingresó en 2005 de la mano de Kelly Olmos, a quien traicionó tiempo después, fue uno del grupo de “acuerdistas” con el macrismo que encabezó Diego Kravetz. Ahora lo espera una silla como director suplente del Ceamse.
Alicia Bello: ingresó de casualidad tras el fallecimiento de Elvio Vitali y completó su mandato. Sin lugar donde ir, buscaba quedarse en la Legislatura en algún cargo pero ya estaban repartidos. Una posibilidad es que recaiga en algún organismo vinculado al área de Salud de la ciudad (trabajó sobre temas de salud mental durante dos años).
Silvia La Ruffa: no pudo ser reelecta tras dos períodos consecutivos como legisladora. Experta en seguridad, en el sciolismo habían pensado en incorporarla en el área que controla el ministro Carlos Stornelli. Allegados a la ex diputada aseguran que aún no hubo un ofrecimiento concreto, por lo cual no se descarta que termine colaborando en el gobierno nacional. Mientras tanto, se seguirá ocupando de dar clases en la universidad.
Juan Manuel Olmos: Macri le ofreció el titular del PJ porteño tener un ministerio dedicado al tema comunas y lo declinó. Diego Santilli, ministro de Espacio Público, le ofreció ser subsecretario y volvió a decir que no. Sonó para una silla en AUSA (la que deja Mateo Romeo, su compañero del peronismo y del Suterh) o inclusive en la Corporación Puerto Madero (que ya presidió). Cerca de él dicen que se dedicará al PJ.
Sebastián Gramajo: llegó de la mano del secretario de Culto, Guillermo Oliveri. Tras su salida de Perú 130 intenta pelear alguna dirección general en la Cancillería. “Quiero tener viáticos, un teléfono y poder viajar”, se lo escuchó decir. Se relacionó con Héctor Cappaccioli y con Diego Kravetz, y terminó en manos de Juan Cabandié en un bloque de dos integrantes.
Inés Urdapilleta: se suponía que la dirigente peronista iba a estar en el directorio del Teatro Colón. O al menos para eso comprometió su apoyo a la polémica Ley de Autarquía del teatro. Sin embargo en el Colón resistieron su designación. Ahora Olmos podría negociarle un cargo en Cultura.
PRO
Roberto Destéfano: sin lugar en el Ejecutivo, en el macrismo lograron acomodarlo en la Comisión de Seguimiento de Políticas de Seguridad, a pesar de no conocer mucho del área.
Luciana Blasco: la bella joven que fue asesora de Gabriela Michetti y terminó jugando con Horacio Rodríguez Larreta tendrá un destino en la Dirección de Industrias Creativas que comanda el también joven Enrique Avogadro en el ministerio de Desarrollo Económico.
Silvia Majdalani: logró entrar como diputada nacional pero por la provincia de Buenos Aires a pesar de haber sido legisladora hasta un día antes. La excusa: una excéntrica casa en un country que le dio la “doble ciudadanía”.
Marcelo Godoy: con un cuidado perfil bajo cayó en una nueva subsecretaria de Asuntos Legislativos que depende de Horacio Rodríguez Larreta.
Diego Santilli: el mejor recompensado. Ex vicepresidente de la Legislatura se transformó en ministro de Espacio Público, acaso una de las carteras con mayor visibilidad de gestión de todo el gobierno porteño.
Carlos Araujo: aunque se lo mencionó como posible integrante del Instituto de la Vivienda, lo aguarda una silla en Sbase, el organismo dedicado a los subtes. Sin embargo ahí deberá lidiar con una batalla interna: el director que él mismo había puesto, Alberto Insúa, se niega a renunciar para dejar a su jefe.
Ivana Centanaro: ingresó de la mano de Vilma Ibarra en 2005 y para el cierre de listas sorprendentemente se borocotizó y terminó 13 en la lista porteña del macrismo. No llegó a reelegir pero, en una nueva pirueta política, la espera un buen lugar en la Procuración gracias a los buenos oficios de Esteban Centanaro, el camarista en lo Contencioso Administrativo (“el rey”) que suele votar a favor del Ejecutivo.
Independientes
Dora Mouzo: la histórica dirigente del peronismo, que dejó el macrismo para irse con el bloque peronista, dejó su banca y se refugia en su hogar aunque no pierde su pasión por la política.
Alejandro Rabinovich: el ex ARI iba a ser primero en la lista que comandaría Jorge Telerman. Cuando cayó la candidatura del “pelado” recayó como director de la Corporación Puerto Madero.
Fernando Cantero: otro ex ARI que estará en el directorio de Sbase. Aunque para asumir deberá hacer lo mismo que Araujo: hacer que renuncie Marcelo Pellegrino, el hombre que tenía allí.
Marcelo Meis: el radical leal a Ricardo López Murphy es una verdadera incógnita. Quedó afuera de la reelección por muy poco en la lista de la CC y se alejó del espacio de “Lilita” con su jefe político. En principio armó un nuevo partido para el “bulldog” en Capital Federal para el 2011.
Gerardo Romagnoli: el único legislador que le quedaba a Luis Zamora terminó su mandato sin pena ni gloria. Pocos lo recordarán.
Liliana Parada: se transformó en diputada nacional. Curioso caso: era cuarta en la lista de Pino Solanas y tras la excelente performance en junio de 2009 logró llegar al Congreso, un lugar que no había imaginado dada su corta carrera política y el casillero que ocupaba.
Verónica Gómez: la única legisladora socialista se quedó sin reelección producto del paupérrimo papel al que llevó Roy Cortina al PS en la Capital. Hoy es asesora del diputado nacional.
Pablo Failde: ex ARI, borocotizado al albertismo, no logró reelegir. Desesperado, fue quien rogó al PRO y al resto de la oposición por la formación de la Comisión de Seguimiento de Políticas de Seguridad y allí recaló.
Christian Asinelli: el joven que ingresó en 2005 de la mano de Kelly Olmos, a quien traicionó tiempo después, fue uno del grupo de “acuerdistas” con el macrismo que encabezó Diego Kravetz. Ahora lo espera una silla como director suplente del Ceamse.
Alicia Bello: ingresó de casualidad tras el fallecimiento de Elvio Vitali y completó su mandato. Sin lugar donde ir, buscaba quedarse en la Legislatura en algún cargo pero ya estaban repartidos. Una posibilidad es que recaiga en algún organismo vinculado al área de Salud de la ciudad (trabajó sobre temas de salud mental durante dos años).
Silvia La Ruffa: no pudo ser reelecta tras dos períodos consecutivos como legisladora. Experta en seguridad, en el sciolismo habían pensado en incorporarla en el área que controla el ministro Carlos Stornelli. Allegados a la ex diputada aseguran que aún no hubo un ofrecimiento concreto, por lo cual no se descarta que termine colaborando en el gobierno nacional. Mientras tanto, se seguirá ocupando de dar clases en la universidad.
Juan Manuel Olmos: Macri le ofreció el titular del PJ porteño tener un ministerio dedicado al tema comunas y lo declinó. Diego Santilli, ministro de Espacio Público, le ofreció ser subsecretario y volvió a decir que no. Sonó para una silla en AUSA (la que deja Mateo Romeo, su compañero del peronismo y del Suterh) o inclusive en la Corporación Puerto Madero (que ya presidió). Cerca de él dicen que se dedicará al PJ.
Sebastián Gramajo: llegó de la mano del secretario de Culto, Guillermo Oliveri. Tras su salida de Perú 130 intenta pelear alguna dirección general en la Cancillería. “Quiero tener viáticos, un teléfono y poder viajar”, se lo escuchó decir. Se relacionó con Héctor Cappaccioli y con Diego Kravetz, y terminó en manos de Juan Cabandié en un bloque de dos integrantes.
Inés Urdapilleta: se suponía que la dirigente peronista iba a estar en el directorio del Teatro Colón. O al menos para eso comprometió su apoyo a la polémica Ley de Autarquía del teatro. Sin embargo en el Colón resistieron su designación. Ahora Olmos podría negociarle un cargo en Cultura.
PRO
Roberto Destéfano: sin lugar en el Ejecutivo, en el macrismo lograron acomodarlo en la Comisión de Seguimiento de Políticas de Seguridad, a pesar de no conocer mucho del área.
Luciana Blasco: la bella joven que fue asesora de Gabriela Michetti y terminó jugando con Horacio Rodríguez Larreta tendrá un destino en la Dirección de Industrias Creativas que comanda el también joven Enrique Avogadro en el ministerio de Desarrollo Económico.
Silvia Majdalani: logró entrar como diputada nacional pero por la provincia de Buenos Aires a pesar de haber sido legisladora hasta un día antes. La excusa: una excéntrica casa en un country que le dio la “doble ciudadanía”.
Marcelo Godoy: con un cuidado perfil bajo cayó en una nueva subsecretaria de Asuntos Legislativos que depende de Horacio Rodríguez Larreta.
Diego Santilli: el mejor recompensado. Ex vicepresidente de la Legislatura se transformó en ministro de Espacio Público, acaso una de las carteras con mayor visibilidad de gestión de todo el gobierno porteño.
Carlos Araujo: aunque se lo mencionó como posible integrante del Instituto de la Vivienda, lo aguarda una silla en Sbase, el organismo dedicado a los subtes. Sin embargo ahí deberá lidiar con una batalla interna: el director que él mismo había puesto, Alberto Insúa, se niega a renunciar para dejar a su jefe.
Ivana Centanaro: ingresó de la mano de Vilma Ibarra en 2005 y para el cierre de listas sorprendentemente se borocotizó y terminó 13 en la lista porteña del macrismo. No llegó a reelegir pero, en una nueva pirueta política, la espera un buen lugar en la Procuración gracias a los buenos oficios de Esteban Centanaro, el camarista en lo Contencioso Administrativo (“el rey”) que suele votar a favor del Ejecutivo.
Independientes
Dora Mouzo: la histórica dirigente del peronismo, que dejó el macrismo para irse con el bloque peronista, dejó su banca y se refugia en su hogar aunque no pierde su pasión por la política.
Alejandro Rabinovich: el ex ARI iba a ser primero en la lista que comandaría Jorge Telerman. Cuando cayó la candidatura del “pelado” recayó como director de la Corporación Puerto Madero.
Fernando Cantero: otro ex ARI que estará en el directorio de Sbase. Aunque para asumir deberá hacer lo mismo que Araujo: hacer que renuncie Marcelo Pellegrino, el hombre que tenía allí.
Marcelo Meis: el radical leal a Ricardo López Murphy es una verdadera incógnita. Quedó afuera de la reelección por muy poco en la lista de la CC y se alejó del espacio de “Lilita” con su jefe político. En principio armó un nuevo partido para el “bulldog” en Capital Federal para el 2011.
Gerardo Romagnoli: el único legislador que le quedaba a Luis Zamora terminó su mandato sin pena ni gloria. Pocos lo recordarán.
Liliana Parada: se transformó en diputada nacional. Curioso caso: era cuarta en la lista de Pino Solanas y tras la excelente performance en junio de 2009 logró llegar al Congreso, un lugar que no había imaginado dada su corta carrera política y el casillero que ocupaba.
Verónica Gómez: la única legisladora socialista se quedó sin reelección producto del paupérrimo papel al que llevó Roy Cortina al PS en la Capital. Hoy es asesora del diputado nacional.
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