La necesidad de replantear políticas públicas y del sector privado para garantizar una mejor calidad nutricional en la canasta de alimentos y alcanzar la Seguridad Alimentaria son temas que se abordarán durante el XVIII Congreso Argentino de Nutrición que comenzo hoy 10 de agosto en Buenos Aires. “Mucho se ha avanzado en la resolución de la desnutrición, pero es grande aún el desafío en cuanto a mejorar la calidad nutricional de la alimentación de todos los argentinos”, dice en este artículo el licenciado en Nutrición Sergio Britos.
El licenciado en Nutrición de la Universidad de Buenos Aires Sergio Britos, afirma que nuestro país produce alimentos para unos 440 millones de personas -diez Argentinas- pero sin embargo aún refleja brechas alimentarias que pueden sintetizarse en alcanzar un patrón alimentario saludable incrementando el consumo de lácteos en un 20%; la producción de hortalizas en un100%, la de frutas en un 45% o la de carne porcina en un 20%.
A su vez, el especialista propone disminuir el consumo de carne vacuna, de pan o de alimentos de alta densidad calórica por su contenido en grasas saturadas o azúcares.
El otro desafío que afronta el país es alimentar en forma saludable a las y los argentinos, poniendo a disposición en forma accesible y a una tasa de inflación razonablemente baja, una canasta variada de alimentos que se caracterice por su buena calidad nutricional, y que incluya por lo menos 100 opciones en lugar de las 30 con que cuenta la actual canasta básica de alimentos.
“Disponibilidad, accesibilidad y calidad nutricional deben ser los ejes en las cadenas alimentario-nutricionales de lácteos, carnes, hortalizas, frutas, pastas, arroz y legumbres, panes y aceites”, dice Britos.
Política alimentaria
Las políticas productivas, las de Seguridad Alimentaria, las corporativas de la industria de alimentos; las intervenciones nutricionales promovidas desde el área de Salud y el rol del Estado en la promoción activa de una nutrición saludable se proponen como los pilares de una Política Alimentaria cuyo objetivo no sea otro que generar pasos progresivos hacia un patrón alimentario consistente con un estándar de alimentación saludable.
“En este camino –asegura Britos- los nutricionistas debiéramos reflexionar sobre algunas cuestiones estratégicas en el corto plazo. Por ejemplo cuáles Guías Alimentarias son necesarias y para quienes, a diez años de las primeras y en el contexto del país que nos espera en los próximos diez”.
Además propone pensar cómo trabajar en conjunto con las cadenas productivas y la industria alimentaria “en un concepto ‘ganar-ganar’ para producir cada vez mejores alimentos, alimentar saludablemente a todos los argentinos y generar saldos exportables en un momento histórico de demanda sostenida de alimentos en los países importadores”.
También cómo diseñar mejores políticas de Seguridad Alimentaria. Luego de ocho años desde la sanción de la Ley 25724 (Programa Nacional de Seguridad Alimentaria) “mucho se ha avanzado en la resolución de la desnutrición, pero es grande aún el desafío en cuanto a mejorar la calidad nutricional de la alimentación de todos los argentinos”.
El licenciado en Nutrición de la Universidad de Buenos Aires Sergio Britos, afirma que nuestro país produce alimentos para unos 440 millones de personas -diez Argentinas- pero sin embargo aún refleja brechas alimentarias que pueden sintetizarse en alcanzar un patrón alimentario saludable incrementando el consumo de lácteos en un 20%; la producción de hortalizas en un100%, la de frutas en un 45% o la de carne porcina en un 20%.
A su vez, el especialista propone disminuir el consumo de carne vacuna, de pan o de alimentos de alta densidad calórica por su contenido en grasas saturadas o azúcares.
El otro desafío que afronta el país es alimentar en forma saludable a las y los argentinos, poniendo a disposición en forma accesible y a una tasa de inflación razonablemente baja, una canasta variada de alimentos que se caracterice por su buena calidad nutricional, y que incluya por lo menos 100 opciones en lugar de las 30 con que cuenta la actual canasta básica de alimentos.
“Disponibilidad, accesibilidad y calidad nutricional deben ser los ejes en las cadenas alimentario-nutricionales de lácteos, carnes, hortalizas, frutas, pastas, arroz y legumbres, panes y aceites”, dice Britos.
Política alimentaria
Las políticas productivas, las de Seguridad Alimentaria, las corporativas de la industria de alimentos; las intervenciones nutricionales promovidas desde el área de Salud y el rol del Estado en la promoción activa de una nutrición saludable se proponen como los pilares de una Política Alimentaria cuyo objetivo no sea otro que generar pasos progresivos hacia un patrón alimentario consistente con un estándar de alimentación saludable.
“En este camino –asegura Britos- los nutricionistas debiéramos reflexionar sobre algunas cuestiones estratégicas en el corto plazo. Por ejemplo cuáles Guías Alimentarias son necesarias y para quienes, a diez años de las primeras y en el contexto del país que nos espera en los próximos diez”.
Además propone pensar cómo trabajar en conjunto con las cadenas productivas y la industria alimentaria “en un concepto ‘ganar-ganar’ para producir cada vez mejores alimentos, alimentar saludablemente a todos los argentinos y generar saldos exportables en un momento histórico de demanda sostenida de alimentos en los países importadores”.
También cómo diseñar mejores políticas de Seguridad Alimentaria. Luego de ocho años desde la sanción de la Ley 25724 (Programa Nacional de Seguridad Alimentaria) “mucho se ha avanzado en la resolución de la desnutrición, pero es grande aún el desafío en cuanto a mejorar la calidad nutricional de la alimentación de todos los argentinos”.
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