Estos días algunos medios de prensa reflejaron la opinión de comnocidos economistas acerca de la nueva crisis financiera mundial, profundizada tras la rebaja de la nota de la deuda de EEUU por parte de la calificadora S&P, y evaluaron su impacto sobre la Argentina.
El economista Javier González Fraga, candidato a vicepresidente por el partido Radical, sostuvo que la situación financiera que vive el mundo "es para ocuparse, no para preocuparse"; al tiempo que pidió controlar la inflación y las cuentas fiscales para evitar algún posible contagio.
González Fraga pronosticó en declaraciones radiales "un escenario de mucho menor crecimiento para los próximos años" y, en lo inmediato, " quedará un precio un poco más bajo de algunos productos, lo que no es para alarmarse, pero sí es necesario tener una economía con menos inflación, con mayor estabilidad".
A su vez, el ex ministro de Economia Martín Lousteau sostuvo que "casi lo único que se puede hacer es intentar limitar con inteligencia la onda expansiva posterior" a la actual crisis. Refiriéndose a los indignados en España, Grecia, Portugal, Francia, Londres y Tel Aviv indicó que "no parece que la muerte de una persona con represión policial pueda detonar semejantes reacciones sin un caldo de cultivo que se estuviera macerando previamente". Mientras, en la Argentina "se escuchan voces acerca de un supuesto blindaje o situación de protección de nuestro país, aun cuando lo que esta en peligro directo son dos regiones que representan aproximadamente la mitad de la producción y el consumo globales. El mundo baila, y no precisamente al ritmo de la guitarra de Amado Boudou. Si elegimos ignorarlo es solo a nuestro propio riesgo", concluyó Lousteau.
Por su parte Alfonso Prat Gay, de la Coalición Cívica, afirmó también por radio que "la cuestión de fondo es que la deuda pública en Estados Unidos prácticamente se ha duplicado en 4 años, y la deuda privada se ha cuadruplicado en 15 años, entonces la gente empezó hacer los números y se empezó a dar cuenta que alguna de estas deudas son impagables".
"Tenemos el ejemplo directo de lo que ocurre en el sur de Europa, y entonces todo se va combinando. Lo que queda es que después de un ciclo expansivo -sobre todo de los 90- en un mundo muy gatillado por el crédito fácil, llegó el momento de pagar ese crédito, y la discusión ahora es quién lo paga", opinó Prat Gay.
Sobre las medidas tomadas hasta el momento en la Argentina, en que las autoridades se han hecho cargo de algunas deudas y tratan de evitar una reestructuración, Prat Gay sostuvo que no cree que sea "una salida justa porque en ese ínterin sufren un montón de actores económicos, asalariados, accionistas, funcionarios".
"Me parece que ya hemos llegado al punto de quiebre donde tanto Estados Unidos como Europa se quedan sin herramientas y hay que barajar y dar de nuevo", agregó. Y consideró que más allá de la crisis de deuda norteamericana "la gente sale de cualquier posición".
Respecto de la Argentina, el legislador de la Coalición Cívica dijo que "no hay tanto más para hacer; la defensa es la que no se hizo en su momento. Los problemas que tenemos hoy aquí son mucho más auto infligidos que producto de la crisis internacional". "Ahora van a quedar mucho más en evidencia los errores que se cometieron antes" -opinó-.
"La Argentina estaría mucho mejor preparada para enfrentar la crisis si hoy pudiera exportar lo que produce, y hasta estaría produciendo mucho más de lo que produce, entonces la baja de precio la afectaría pero el aumento del volumen lo compensaría.
Lo mismo se podría decir de la política cambiaria, yo no descarto que en este contexto pase lo mismo que paso en 2008, que la gente se asusta, hay fuga de capitales, y frente a esa salida de capitales el gobierno compra menos dólares, y el propio gobierno provoca una situación tanto cambiara como monetaria innecesaria, porque es pro cíclica, no anticíclica", remató.
Por su parte, el ex presidente del Banco Central de la República Argentina, Martín Redrado, descartó que se esté viviendo un "crack mundial", aunque advirtió que generará una disminución del precio de las materias primas, que sí tendrá impacto en la Argentina.
"Vamos a un mundo que crece menos, donde los principales países van a crecer menos, pero no estamos frente a un crack de la economía internacional. El mundo sólo va a crecer menos, y esto plantea un desafío para países como el nuestro.
La primer vía que hay que mirar es la caída de los precios de nuestros productos exportables, y por lo tanto menos dólares que ingresarán a la Argentina", advirtió el candidato a diputado nacional por Unión Popular, la agrupación que encabeza el ex presidente Eduardo Duhalde.
Otro ex presidente del BCRA, Aldo Pignanelli, sostuvo que la Argentina puede llegar a tener "dificultades" con el comercio internacional: "La Argentina está hoy fuera de los mercados internacionales. Por eso no le va afectar mucho esta crisis, pero solo en el corto plazo, ya que despues pueden aparecer dificultades comerciales", dijo. En declaraciones radiales añadió que "va a bajar la demanda mundial, y esto va repercutir en economías como China, India y Brasil, y ahí si la Argentina va a empezar a sentir los cimbronazos de la crisis en forma indirecta", y si el Gobierno "se sigue endeudando al emitir moneda para financiar necesidades del Fisco o sigue pagando deudas con reservas, seguirá debilitando el poder adquisitivo de los argentinos vía inflación".
El economista Javier González Fraga, candidato a vicepresidente por el partido Radical, sostuvo que la situación financiera que vive el mundo "es para ocuparse, no para preocuparse"; al tiempo que pidió controlar la inflación y las cuentas fiscales para evitar algún posible contagio.
González Fraga pronosticó en declaraciones radiales "un escenario de mucho menor crecimiento para los próximos años" y, en lo inmediato, " quedará un precio un poco más bajo de algunos productos, lo que no es para alarmarse, pero sí es necesario tener una economía con menos inflación, con mayor estabilidad".
A su vez, el ex ministro de Economia Martín Lousteau sostuvo que "casi lo único que se puede hacer es intentar limitar con inteligencia la onda expansiva posterior" a la actual crisis. Refiriéndose a los indignados en España, Grecia, Portugal, Francia, Londres y Tel Aviv indicó que "no parece que la muerte de una persona con represión policial pueda detonar semejantes reacciones sin un caldo de cultivo que se estuviera macerando previamente". Mientras, en la Argentina "se escuchan voces acerca de un supuesto blindaje o situación de protección de nuestro país, aun cuando lo que esta en peligro directo son dos regiones que representan aproximadamente la mitad de la producción y el consumo globales. El mundo baila, y no precisamente al ritmo de la guitarra de Amado Boudou. Si elegimos ignorarlo es solo a nuestro propio riesgo", concluyó Lousteau.
Por su parte Alfonso Prat Gay, de la Coalición Cívica, afirmó también por radio que "la cuestión de fondo es que la deuda pública en Estados Unidos prácticamente se ha duplicado en 4 años, y la deuda privada se ha cuadruplicado en 15 años, entonces la gente empezó hacer los números y se empezó a dar cuenta que alguna de estas deudas son impagables".
"Tenemos el ejemplo directo de lo que ocurre en el sur de Europa, y entonces todo se va combinando. Lo que queda es que después de un ciclo expansivo -sobre todo de los 90- en un mundo muy gatillado por el crédito fácil, llegó el momento de pagar ese crédito, y la discusión ahora es quién lo paga", opinó Prat Gay.
Sobre las medidas tomadas hasta el momento en la Argentina, en que las autoridades se han hecho cargo de algunas deudas y tratan de evitar una reestructuración, Prat Gay sostuvo que no cree que sea "una salida justa porque en ese ínterin sufren un montón de actores económicos, asalariados, accionistas, funcionarios".
"Me parece que ya hemos llegado al punto de quiebre donde tanto Estados Unidos como Europa se quedan sin herramientas y hay que barajar y dar de nuevo", agregó. Y consideró que más allá de la crisis de deuda norteamericana "la gente sale de cualquier posición".
Respecto de la Argentina, el legislador de la Coalición Cívica dijo que "no hay tanto más para hacer; la defensa es la que no se hizo en su momento. Los problemas que tenemos hoy aquí son mucho más auto infligidos que producto de la crisis internacional". "Ahora van a quedar mucho más en evidencia los errores que se cometieron antes" -opinó-.
"La Argentina estaría mucho mejor preparada para enfrentar la crisis si hoy pudiera exportar lo que produce, y hasta estaría produciendo mucho más de lo que produce, entonces la baja de precio la afectaría pero el aumento del volumen lo compensaría.
Lo mismo se podría decir de la política cambiaria, yo no descarto que en este contexto pase lo mismo que paso en 2008, que la gente se asusta, hay fuga de capitales, y frente a esa salida de capitales el gobierno compra menos dólares, y el propio gobierno provoca una situación tanto cambiara como monetaria innecesaria, porque es pro cíclica, no anticíclica", remató.
Por su parte, el ex presidente del Banco Central de la República Argentina, Martín Redrado, descartó que se esté viviendo un "crack mundial", aunque advirtió que generará una disminución del precio de las materias primas, que sí tendrá impacto en la Argentina.
"Vamos a un mundo que crece menos, donde los principales países van a crecer menos, pero no estamos frente a un crack de la economía internacional. El mundo sólo va a crecer menos, y esto plantea un desafío para países como el nuestro.
La primer vía que hay que mirar es la caída de los precios de nuestros productos exportables, y por lo tanto menos dólares que ingresarán a la Argentina", advirtió el candidato a diputado nacional por Unión Popular, la agrupación que encabeza el ex presidente Eduardo Duhalde.
Otro ex presidente del BCRA, Aldo Pignanelli, sostuvo que la Argentina puede llegar a tener "dificultades" con el comercio internacional: "La Argentina está hoy fuera de los mercados internacionales. Por eso no le va afectar mucho esta crisis, pero solo en el corto plazo, ya que despues pueden aparecer dificultades comerciales", dijo. En declaraciones radiales añadió que "va a bajar la demanda mundial, y esto va repercutir en economías como China, India y Brasil, y ahí si la Argentina va a empezar a sentir los cimbronazos de la crisis en forma indirecta", y si el Gobierno "se sigue endeudando al emitir moneda para financiar necesidades del Fisco o sigue pagando deudas con reservas, seguirá debilitando el poder adquisitivo de los argentinos vía inflación".
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