Los cálculas indican que las utilidades del Banco Central de 2011 se ubicarán en torno a los $6.500 millones, lo que representa una caída del 25% en relación con los $8.900 millones del año pasado. El Tesoro utiliza estos fondos como una herramienta clave para financiarse en los últimos años.
El Tesoro sólo podrá contar parcialmente en 2012 con una herramienta que resultó clave para financiarse en los últimos años: las utilidades del Banco Central. Se calcula que el resultado de este año se ubicaría en $ 6.500 millones. Se trata de una caída del 25% en relación con los $ 8.900 millones que había arrojado en 2010 y que este año fue transferido al Gobierno para cubrir los baches fiscales, en especial en la primera parte del año.
La cifra es de menos de un tercio la conseguida en 2009, cuando la entidad que entonces presidía Martín Redrado ganó $ 23.500 millones. Aquel resultado había sido excepcional, por dos factores: la mayor devaluación del tipo de cambio y la muy fuerte suba de los títulos públicos.
Pero en 2011 el panorama resultó diferente. La suba del tipo de cambio se ubica por ahora en el 8% (pasó de $ 3,98 a $ 4,30), un evolución exigua en relación con lo que se esperaba a principios de 2011. Y la evolución de los bonos tampoco fue favorable. Al contrario, el riesgo-país aumentó en el año casi un 80%, lo que revela la caída de precios sufrida a lo largo de 2011 y el aumento de las tasas de interés.
El resultado proyectado para 2011 no es definitivo. La variación puede estar por el lado del ajuste del tipo de cambio: si en estas dos últimas semanas hábiles que restan para que termine 2011 se produce una suba importante del valor del dólar, esto impactaría en el cálculo de reservas medidas en pesos, mejorando el balance del Central.
Otros motivos
Hay otros factores que juegan en contra de la rentabilidad obtenida por el BCRA:
Por un lado, las reservas acumulan una caída cercana a los u$s 7.000 millones en el año, un fenómeno que se produjo por primera vez prácticamente desde 2002. De los más de u$s 52.000 millones que había a principios de 2011, luego del pago del Cupón PBI el 15 de diciembre quedaron menos de u$s 45.000 millones. Como las ganancias también surgen de calcular en pesos el monto de las reservas, al producirse una disminución del stock también termina siendo afectada la rentabilidad.
Por el otro, la suba de las tasas de interés en las colocaciones de Lebac y Nobac realizadas por el BCRA. Para la institución que preside Mercedes Marcó del Pont, la absorción de pesos tiene un efecto negativo en el balance ante el aumento de los rendimientos. Sin embargo, a favor del Central juega a favor que el stock de títulos tuvo una caída a partir de mediados de año, ya que la institución en vez de absorber pesos salió a inyectar fondos en el mercado.
El Ministerio de Economía, por lo tanto, se verá afectado el año que viene por partida doble. Además de las menores ganancias del BCRA, el nivel de reservas que se utilizarán para cancelar deuda pública caerá casi a la mitad. De los casi u$s 10.000 millones que se aplicaron este a través del Fondo de Desendeudamiento, el año próximo se pasará a u$s 5.200 millones.
Con menos reservas y menores utilidades, al BCRA aún le queda un instrumento que este año sólo fue aplicado parcialmente para satisfacer las necesidades de caja del Gobierno: los adelantos transitorios, es decir, préstamos en pesos que la autoridad monetaria efectúa al Tesoro. Ya en los últimos tres meses se notó un incremento significativo de este financiamiento, que se elevó en cerca de $ 10.000 millones.
Pero el stock de adelantos hoy se ubica en $ 56.000 millones, cuando el tope podría superar los $ 80.000 millones para todo 2012. Esto significa que aún podrían aplicarse más de $ 25.000 millones a favor del Tesoro. El límite surge de los niveles de base monetaria y recaudación anual.
Claro que en la medida que se hace uso y abuso de este tipo de herramientas, todo termina reflejándose en un mayor nivel de inflación.
Justamente, el directorio del BCRA ya empezó a discutir el Programa Monetario 2012, que deberá estar listo para presentar al Congreso antes de fin de año. De allí surgirá un aspecto clave de la política económica del año próximo: hasta dónde llegará la emisión de pesos por parte del Central y si habrá efectivamente algún tipo de ajuste desde el punto de vista monetario, tal como se está apuntando desde el punto de vista salarial (y eventualmente del gasto público). Este año, la expansión de dinero se ubicó en niveles cercanos al 35%, pero tocó picos del 40% a mediados de año.
El Tesoro sólo podrá contar parcialmente en 2012 con una herramienta que resultó clave para financiarse en los últimos años: las utilidades del Banco Central. Se calcula que el resultado de este año se ubicaría en $ 6.500 millones. Se trata de una caída del 25% en relación con los $ 8.900 millones que había arrojado en 2010 y que este año fue transferido al Gobierno para cubrir los baches fiscales, en especial en la primera parte del año.
La cifra es de menos de un tercio la conseguida en 2009, cuando la entidad que entonces presidía Martín Redrado ganó $ 23.500 millones. Aquel resultado había sido excepcional, por dos factores: la mayor devaluación del tipo de cambio y la muy fuerte suba de los títulos públicos.
Pero en 2011 el panorama resultó diferente. La suba del tipo de cambio se ubica por ahora en el 8% (pasó de $ 3,98 a $ 4,30), un evolución exigua en relación con lo que se esperaba a principios de 2011. Y la evolución de los bonos tampoco fue favorable. Al contrario, el riesgo-país aumentó en el año casi un 80%, lo que revela la caída de precios sufrida a lo largo de 2011 y el aumento de las tasas de interés.
El resultado proyectado para 2011 no es definitivo. La variación puede estar por el lado del ajuste del tipo de cambio: si en estas dos últimas semanas hábiles que restan para que termine 2011 se produce una suba importante del valor del dólar, esto impactaría en el cálculo de reservas medidas en pesos, mejorando el balance del Central.
Otros motivos
Hay otros factores que juegan en contra de la rentabilidad obtenida por el BCRA:
Por un lado, las reservas acumulan una caída cercana a los u$s 7.000 millones en el año, un fenómeno que se produjo por primera vez prácticamente desde 2002. De los más de u$s 52.000 millones que había a principios de 2011, luego del pago del Cupón PBI el 15 de diciembre quedaron menos de u$s 45.000 millones. Como las ganancias también surgen de calcular en pesos el monto de las reservas, al producirse una disminución del stock también termina siendo afectada la rentabilidad.
Por el otro, la suba de las tasas de interés en las colocaciones de Lebac y Nobac realizadas por el BCRA. Para la institución que preside Mercedes Marcó del Pont, la absorción de pesos tiene un efecto negativo en el balance ante el aumento de los rendimientos. Sin embargo, a favor del Central juega a favor que el stock de títulos tuvo una caída a partir de mediados de año, ya que la institución en vez de absorber pesos salió a inyectar fondos en el mercado.
El Ministerio de Economía, por lo tanto, se verá afectado el año que viene por partida doble. Además de las menores ganancias del BCRA, el nivel de reservas que se utilizarán para cancelar deuda pública caerá casi a la mitad. De los casi u$s 10.000 millones que se aplicaron este a través del Fondo de Desendeudamiento, el año próximo se pasará a u$s 5.200 millones.
Con menos reservas y menores utilidades, al BCRA aún le queda un instrumento que este año sólo fue aplicado parcialmente para satisfacer las necesidades de caja del Gobierno: los adelantos transitorios, es decir, préstamos en pesos que la autoridad monetaria efectúa al Tesoro. Ya en los últimos tres meses se notó un incremento significativo de este financiamiento, que se elevó en cerca de $ 10.000 millones.
Pero el stock de adelantos hoy se ubica en $ 56.000 millones, cuando el tope podría superar los $ 80.000 millones para todo 2012. Esto significa que aún podrían aplicarse más de $ 25.000 millones a favor del Tesoro. El límite surge de los niveles de base monetaria y recaudación anual.
Claro que en la medida que se hace uso y abuso de este tipo de herramientas, todo termina reflejándose en un mayor nivel de inflación.
Justamente, el directorio del BCRA ya empezó a discutir el Programa Monetario 2012, que deberá estar listo para presentar al Congreso antes de fin de año. De allí surgirá un aspecto clave de la política económica del año próximo: hasta dónde llegará la emisión de pesos por parte del Central y si habrá efectivamente algún tipo de ajuste desde el punto de vista monetario, tal como se está apuntando desde el punto de vista salarial (y eventualmente del gasto público). Este año, la expansión de dinero se ubicó en niveles cercanos al 35%, pero tocó picos del 40% a mediados de año.
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