La ley marco de regionalización refleja y propicia una profunda discusión que estamos impulsando en la provincia de Buenos Aires, sobre el rumbo de nuestro territorio. ¿La Provincia tiene que cambiar? En relación a esta pregunta no hay discusión en los sectores políticos, todos comprenden la necesidad de cambio. ¿Y en qué dirección cambia? está habiendo un intercambio de ideas a lo largo y a lo ancho de la Provincia, enriquecido con experiencias internacionales y existe un proceso que se está catalizando en la Legislatura provincial, en las comisiones.
En este marco de análisis podemos comprender los niveles del alcance de esta iniciativa que tienen las características de un plan de desarrollo, aunque se haya hecho conocido como un plan de regionalización. Vale preguntarnos, entonces, cual es la dinámica de la provincia de Buenos Aires.
En 1869 se realizó primer censo nacional en la entonces flamante República Argentina, lo que hoy sería la región metropolitana representaba entonces el 2% aproximadamente de la población de todo el país, y el interior de la Provincia, el 14%.
A lo largo del proceso de industrialización a mediados del siglo pasado, se genera una concentración poblacional y aparece un fenómeno nuevo, una región metropolitana y un conurbano de la provincia de Buenos Aires que no existían en el momento de diseñar la arquitectura institucional constitutiva de nuestra República y de la Provincia misma.
Hoy la región metropolitana representa un tercio de la población de la República Argentina, del cual un 25% pertenece al Conurbano.
En términos de concentración poblacional, estamos referenciándonos con San Pablo (Brasil), que tiene el doble de habitantes que la metrópolis Buenos Aires. Pero si se toma en términos de proporción en relación al total de la población, San Pablo es el 14% de Brasil y la región metropolitana es el 32% de la Argentina. Es difícil encontrar en la realidad mundial algún fenómeno comparable en cuanto al grado de concentración de desarrollo y de población que exhibe la región metropolitana.
En los últimos 4 censos nacionales, desde 1970 hasta 2010, se sucedieron 40 años con gobiernos militares y democráticos, de diferentes signos políticos y toda clase de vientos que han soplado en la economía mundial. Y no importa cual haya sido la década, se mantiene la tendencia en el interior de la provincia de Buenos Aires, de perder población que se concentra en el Conurbano. La Ciudad de Buenos Aires, desde el punto de vista poblacional, está sobrehabitada, de manera que la región metropolitana crece de ‘este lado’ de la General Paz, en el territorio de la Provincia.
Esta dinámica de concentración poblacional no se ha revertido en los últimos años, donde está ocurriendo algo muy distinto a los demás períodos, con un modelo basado en la inclusión, en las oportunidades de empleo, en altos niveles de producción. Y sin embargo la tendencia se mantiene, lo que evidencia que está faltando otro elemento que desactive este proceso y es precisamente un plan de desarrollo. Tenemos que incorporar otro elemento a nuestro actual menú de políticas que nos permita convertir en proceso de crecimiento económico en un proceso de desarrollo social, económico y productivo equilibrado en nuestro territorio.
En la provincia de Buenos Aires reconocemos que hay dos economías. En total, la Provincia suma 310.000 km2 aproximadamente. En el interior –excluyendo el Conurbano- entran unas 11 provincias de Formosa, casi 2 provincias de Córdoba, hay una República Federal de Alemania completa. Tenemos el 70% del territorio continental de Francia, la población del país de Chile (incluyendo al conurbano) y también tenemos incluyendo toda la Provincia, la economía de Chile. El interior de la Provincia nos pide un determinado análisis. Este interior está listo para hacer realidad los conceptos de la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner de industrializar la ruralidad. En el interior de la Provincia hay capacidad de producir riqueza, de retener y apañar a la población. En ese punto se aplica el plan de desarrollo: conseguir declarar como objetivo estratégico que a más de 200 km del área metropolitana emerjan con más fuerza los sectores productivos para empezar a revertir esta historia de concentración en la región metropolitana.
En la Región Metropolitana provincial tenemos un desafío de gestión plurijurisdiccional. En una misma región compiten tres niveles de gobierno más los municipios. Tenemos además el Gobierno Federal Argentino, que tiene su sede en la propia Ciudad de Buenos Aires y que regula políticas fundamentales para el funcionamiento de la región. Necesitamos articular, complementar y trabajar en conjunto las políticas de transporte, las políticas de saneamiento ambiental, las políticas de salud, las políticas educativas, con las distintas direcciones de políticas que hacen al funcionamiento de una gran ciudad.
Por este motivo, planteamos el principio del Plan de Regionalización, que propone la creación de instrumentos que transmitan la base del desarrollo productivo-económico-social equilibrado en el territorio con igualdad de posibilidades. Igualdad de oportunidades para que los jóvenes que pertenecen a las familias del interior, no tengan que buscar otros horizontes para encontrar oportunidades de desarrollo, que podría tener en su propio distrito.
Hablamos de que mejore la calidad de vida, porque sabemos perfectamente que las personas que migran desde el interior y se concentran en el conurbano, muchas veces resignan niveles de calidad de vida, para tener ciertas oportunidades de desarrollo en lo familiar y personal.
En este marco, entendemos que los ámbitos jurisdiccionales políticos tenemos que convertirnos y lograr articular plataformas institucionales que sean facilitadoras de los consorcios productivos que promuevan las asociatividad de municipios, la desconcentración del Estado Provincial y que por supuesto apuesten fuerte, fortaleciendo los niveles de gobierno que se encuentran en mejores condiciones para dar una respuesta rápida a los ciudadanos de los sectores productivos.
El plan de Regionalización incluye un plan de desarrollo del territorio, que como elementos fundamentales contiene una política de desconcentración del aparato provincial, una línea de fortalecimiento de autonomía municipal y el reconocimiento de una región metropolitana.
Para poder soportar una Provincia que se empieza a gobernar en base a regiones y que apuesta a través de políticas de descentralización y economías de municipios con sus gobiernos locales, necesitamos hacer un lifting en las propias estructuras del Estado. Por eso en el Plan se encuentran algunos elementos de reforma del Estado.
¿Qué es la Región Metropolitana que contiene el Plan? es más regionalización para enfrentar el gran nudo de gobernabilidad del sistema político argentino que ha comprometido la estabilidad de las instituciones en la Argentina muchas veces, la última de las cuales la recordamos perfectamente, pasó hace apenas 10 años. El núcleo del desafío de gobernabilidad del sistema político se encuentra acá en la Región Metropolitana y específicamente en el conurbano. (Informe Digital Metropolitano).
En este marco de análisis podemos comprender los niveles del alcance de esta iniciativa que tienen las características de un plan de desarrollo, aunque se haya hecho conocido como un plan de regionalización. Vale preguntarnos, entonces, cual es la dinámica de la provincia de Buenos Aires.
En 1869 se realizó primer censo nacional en la entonces flamante República Argentina, lo que hoy sería la región metropolitana representaba entonces el 2% aproximadamente de la población de todo el país, y el interior de la Provincia, el 14%.
A lo largo del proceso de industrialización a mediados del siglo pasado, se genera una concentración poblacional y aparece un fenómeno nuevo, una región metropolitana y un conurbano de la provincia de Buenos Aires que no existían en el momento de diseñar la arquitectura institucional constitutiva de nuestra República y de la Provincia misma.
Hoy la región metropolitana representa un tercio de la población de la República Argentina, del cual un 25% pertenece al Conurbano.
En términos de concentración poblacional, estamos referenciándonos con San Pablo (Brasil), que tiene el doble de habitantes que la metrópolis Buenos Aires. Pero si se toma en términos de proporción en relación al total de la población, San Pablo es el 14% de Brasil y la región metropolitana es el 32% de la Argentina. Es difícil encontrar en la realidad mundial algún fenómeno comparable en cuanto al grado de concentración de desarrollo y de población que exhibe la región metropolitana.
En los últimos 4 censos nacionales, desde 1970 hasta 2010, se sucedieron 40 años con gobiernos militares y democráticos, de diferentes signos políticos y toda clase de vientos que han soplado en la economía mundial. Y no importa cual haya sido la década, se mantiene la tendencia en el interior de la provincia de Buenos Aires, de perder población que se concentra en el Conurbano. La Ciudad de Buenos Aires, desde el punto de vista poblacional, está sobrehabitada, de manera que la región metropolitana crece de ‘este lado’ de la General Paz, en el territorio de la Provincia.
Esta dinámica de concentración poblacional no se ha revertido en los últimos años, donde está ocurriendo algo muy distinto a los demás períodos, con un modelo basado en la inclusión, en las oportunidades de empleo, en altos niveles de producción. Y sin embargo la tendencia se mantiene, lo que evidencia que está faltando otro elemento que desactive este proceso y es precisamente un plan de desarrollo. Tenemos que incorporar otro elemento a nuestro actual menú de políticas que nos permita convertir en proceso de crecimiento económico en un proceso de desarrollo social, económico y productivo equilibrado en nuestro territorio.
En la provincia de Buenos Aires reconocemos que hay dos economías. En total, la Provincia suma 310.000 km2 aproximadamente. En el interior –excluyendo el Conurbano- entran unas 11 provincias de Formosa, casi 2 provincias de Córdoba, hay una República Federal de Alemania completa. Tenemos el 70% del territorio continental de Francia, la población del país de Chile (incluyendo al conurbano) y también tenemos incluyendo toda la Provincia, la economía de Chile. El interior de la Provincia nos pide un determinado análisis. Este interior está listo para hacer realidad los conceptos de la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner de industrializar la ruralidad. En el interior de la Provincia hay capacidad de producir riqueza, de retener y apañar a la población. En ese punto se aplica el plan de desarrollo: conseguir declarar como objetivo estratégico que a más de 200 km del área metropolitana emerjan con más fuerza los sectores productivos para empezar a revertir esta historia de concentración en la región metropolitana.
En la Región Metropolitana provincial tenemos un desafío de gestión plurijurisdiccional. En una misma región compiten tres niveles de gobierno más los municipios. Tenemos además el Gobierno Federal Argentino, que tiene su sede en la propia Ciudad de Buenos Aires y que regula políticas fundamentales para el funcionamiento de la región. Necesitamos articular, complementar y trabajar en conjunto las políticas de transporte, las políticas de saneamiento ambiental, las políticas de salud, las políticas educativas, con las distintas direcciones de políticas que hacen al funcionamiento de una gran ciudad.
Por este motivo, planteamos el principio del Plan de Regionalización, que propone la creación de instrumentos que transmitan la base del desarrollo productivo-económico-social equilibrado en el territorio con igualdad de posibilidades. Igualdad de oportunidades para que los jóvenes que pertenecen a las familias del interior, no tengan que buscar otros horizontes para encontrar oportunidades de desarrollo, que podría tener en su propio distrito.
Hablamos de que mejore la calidad de vida, porque sabemos perfectamente que las personas que migran desde el interior y se concentran en el conurbano, muchas veces resignan niveles de calidad de vida, para tener ciertas oportunidades de desarrollo en lo familiar y personal.
En este marco, entendemos que los ámbitos jurisdiccionales políticos tenemos que convertirnos y lograr articular plataformas institucionales que sean facilitadoras de los consorcios productivos que promuevan las asociatividad de municipios, la desconcentración del Estado Provincial y que por supuesto apuesten fuerte, fortaleciendo los niveles de gobierno que se encuentran en mejores condiciones para dar una respuesta rápida a los ciudadanos de los sectores productivos.
El plan de Regionalización incluye un plan de desarrollo del territorio, que como elementos fundamentales contiene una política de desconcentración del aparato provincial, una línea de fortalecimiento de autonomía municipal y el reconocimiento de una región metropolitana.
Para poder soportar una Provincia que se empieza a gobernar en base a regiones y que apuesta a través de políticas de descentralización y economías de municipios con sus gobiernos locales, necesitamos hacer un lifting en las propias estructuras del Estado. Por eso en el Plan se encuentran algunos elementos de reforma del Estado.
¿Qué es la Región Metropolitana que contiene el Plan? es más regionalización para enfrentar el gran nudo de gobernabilidad del sistema político argentino que ha comprometido la estabilidad de las instituciones en la Argentina muchas veces, la última de las cuales la recordamos perfectamente, pasó hace apenas 10 años. El núcleo del desafío de gobernabilidad del sistema político se encuentra acá en la Región Metropolitana y específicamente en el conurbano. (Informe Digital Metropolitano).
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