El operativo se realizó en conjunto con agentes del el Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y a la Policía Federal, en San Antonio de Areco.
El procedimiento se llevó a cabo en la finca "El Ombú", donde más de un centenar de trabajadores oriundos de Santiago del Estero que trabajaban en la desflorada de maíz, vivían en condiciones de hacinamiento e insalubridad en el mismo establecimiento donde trabajaban.
Las víctimas dormían en nueve casillas de chapa, donde en cada una había 16 cuchetas, sin baños ni agua potable. Además, en el lugar había otras tres construcciones que funcionaban como duchas y cocinas –les daban guiso, carne, fideos, yerba mate y dos bidones de agua por cuadrilla, compuesta por siete trabajadores-, y una carpa, de unos 80 metros cuadrados, que funcionaba de comedor.
La orden de allanamiento la dictó el Juzgado Federal de Campana, a raíz de una inspección realizada por la AFIP. El equipo profesional del Programa Nacional de Rescate realizó entrevistas a varios trabajadores para conocer cuáles eran sus condiciones laborales y de los testimonios se desprendió que trabajaban en arduas jornadas que incluían sábados, domingos y feriados, con la promesa de cobro de sueldo más horas extras.
La metodología utilizada para captar a los trabajadores era la de reclutar a un jefe de cuadrilla -que según los especialistas también era víctima de explotación- que a su vez reclutaba a los trabajadores en varios pueblos de la provincia del norte argentino. Una vez aquí la mayoría de los empleados no sabía ni cuándo ni cómo ni cuanto iban a cobrar por el trabajo realizado.
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