En enero la Municipalidad de San Isidro encabezada por el Intendente Gustavo Posse llevó a cabo numerosos eventos promocionales en playas a más de 400 km del partido. Todos ellos fueron financiados por medio de las tasas que los vecinos pagamos cada mes y no tienen otro fin que el de posicionar políticamente al Intendente.
Los eventos fueron concretados en la costa atlántica de Buenos Aires, precisamente en Mar del Plata y Pinamar. Las actividades realizadas fueron variadas ya que hubo clases de cocina saludable, clínicas de golf y rugby e incluso un recital en la playa. El Intendente de San Isidro: Gustavo Posse, quién se encontraba de licencia por vacaciones, asistió a cada una de estas actividades. Fueron también presenciadas por importantes funcionarios municipales, promotoras y distintas personalidades del espectáculo. Cabe aclarar que no me opongo a la promoción del deporte ni de los artistas locales, ya que es valioso y necesario.
Sin embargo, creo que en este caso el Señor Intendente le está faltando el respeto a todos los vecinos y comerciantes que con mucho esfuerzo pagan mes a mes sus tasas, que además han venido aumentando sistemáticamente todos los años por encima de la inflación real. Que un municipio del norte del conurbano organice este tipo de eventos a más de 400 kilómetros de distancia de su territorio, sin otro fin que el de promocionar y posicionar a su Intendente para que el día de mañana “pegue el salto” hacia otro cargo electivo, habla de un desprecio hacia los vecinos de San Isidro y la gestión municipal.
La recaudación de fondos a través de las tasas debe tener como único fin mejorar San Isidro. Me pregunto, ¿cuál es el beneficio que reciben los habitantes del partido tras la realización de dichos eventos, de qué manera aumenta ello su calidad de vida? La respuesta es obvia: de ninguna manera. Por este motivo, las acciones llevadas a cabo por el Municipio revelan la utilización de fondos públicos para un interés personal: en este caso, posicionarse políticamente.
Es notorio cómo se utiliza la maquinaria estatal al servicio de un proyecto político personal confundiendo estado con partido político. Se dispone de los recursos públicos para beneficio propio. Todo esto agravado por un panorama económico nacional incierto que invita más a la prudencia y a cuidar el gasto público que al despilfarro que asistimos. Los vecinos de San Isidro no pagan tasas e impuestos para financiar la campaña de ningún político, sino para tener servicios de calidad y obras que mejoren su nivel de vida.
Esta lógica de servirse del estado para lograr objetivos personales es un claro exponente de la vieja política, junto con el apriete de inspectores municipales a partidos políticos opositores, el uso de la publicidad oficial para disciplinar a los medios, el “copamiento” del recinto del Concejo Deliberante con empleados municipales cuando se tratan temas sensibles y la escasa transparencia en la gestión pública.
En conclusión, los sanisidrenses no podemos permitir que nuestro Intendente despilfarre nuestros recursos en sus aventuras políticas. Tenemos que exigir que se rinda cuentas de los actos de gobierno con transparencia y que se destine los recursos a hacer de San Isidro un lugar mejor. Por eso, desde el Bloque ConVocación por San Isidro hemos presentado un pedido de informes para saber cuánto le costó al vecino este show mediático en la costa. Esperamos que desde los otros bloques nos acompañen y desterremos estas prácticas propias de la vieja política de nuestro municipio.
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