martes, junio 26, 2018

“Decidimos viajar a San Rafael para cerrar el círculo del dolor que tenemos”


“No tengo palabras para agradecer a los sanrafaelinos que nos ayudaron cuando ocurrió el accidente”, fueron las primeras palabras de Mirta Solís en su visita a San Rafael. La mujer es la madre de María de los Ángeles Pérez, una de las víctimas fatales del accidente de la Cuesta de los Terneros, hecho que se recordó ayer en diversos actos tanto en la localidad bonaerense de Grand Bourg como en el departamento.

“Decidimos viajar a San Rafael para cerrar el círculo del dolor que tenemos, aunque sé que éste dura toda la vida, pero acá estamos. Soy una madre que nunca va a dejar a su nieta, que la vamos a luchar como lo hacemos desde el día 26 de junio, cuando estuve en el hospital Notti acompañando a Agustina Leiva”, dijo en referencia a su nieta, quien también estuvo en el accidente y quedó con graves secuelas.

De nuestra ciudad sólo recordaba aquel doloroso día, sacado como de una de las peores historias de horror que pueda vivir una madre. Es que sólo recorrió el camino desde el aeropuerto hasta el hospital para reconocer el cuerpo de su hija y luego partir a Mendoza para acompañar a su nieta hasta mediados de junio, tiempo en el que estuvo internada en la provincia.

Ahora, un año después, Mirta volvió al departamento en compañía de su nieta, de quien se hace cargo su padre. Sin embargo, comparte muchos momentos con ella. Y es que es su única familia hoy, puesto que su esposo falleció al mes y cinco días del accidente y por eso contó con profunda tristeza que “de cuatro personas que tenía mi familia, quedamos solamente dos”.

Agustina, de tan sólo 8 años, comenzó a bailar desde los 2. Ese profundo amor por la danza lo heredó de su madre, María de los Ángeles, quien también fue bailarina. Tras el accidente, pudo volver a bailar después de 10 meses y aunque las secuelas quedan, las ganas están. “Antes que andar en bici o jugar, ella prefiere bailar, eso es lo que ama”, aseguró Mirta.

A pesar de todo lo que han vivido estas mujeres, la fuerza de Mirta sale de ver a Agustina, “de ver lo guerrera que fue desde el primer momento que la encontré aquí en San Rafael. Ese primer día me prometí no bajar los brazos y le pedí a Dios y después a mis dos ángeles (su hija y esposo) que me dieran fuerza”.

En cuanto a los aspectos legales, aseguró no estar muy involucrada con el tema, porque como lo contó, eligió estar solamente al cuidado de Agustina. “Por más que salgamos beneficiados, a mí no me van a devolver nada, tal vez estaremos más tranquilos, porque fueron causantes de la muerte de 14 personas. Eso me reconfortaría medianamente, pero nada más”, agregó.

La mujer, que mantiene contacto con personas en nuestro departamento, vino para participar en la conmemoración del accidente que se realizó en el Kilómetro Cero. Por ese acto y por todos los detalles que ha recibido, agradeció una vez más al “corazón hermoso que tienen todos, no cualquiera organiza un evento como éste, para un cumpleaños todos están, pero para esto sabemos que no”.

Para concluir, expresó en medio de lágrimas que “los papás no estamos preparados ante la pérdida de un hijo, es duro y difícil, pero tenemos que buscar en nuestro interior una llama que nos haga continuar, y hay que hacerlo, con el dolor y la ausencia, porque la vida es una y hay que saber vivirla y acompañarla de pequeños actos de amor”. (Diario San Rafael).

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