"Es un dolor inexplicable la pérdida de una hija, lo que se siente y cómo se extraña. Pero más allá de todo este dolor siento paz y tranquilidad de haber hecho las cosas bien con mi hija, el que me conoce sabe el amor que le brindamos".
Así recordó Roque Arias a su hija Valentina, al cumplirse el lunes un año del vuelco del colectivo que les quitó la vida a esa chica de entonces 13 años y a otras 14 personas, la mayoría jóvenes bailarines de la academia Soul Dance de la localidad bonaerense de Grand Bourg.
Este joven papá lleva su duelo de otra forma y prefiere recordar con alegría a su hija mayor (tiene una niña de dos años).
"Valentina era una persona de luz, era felicidad y alegría, solidaria, una chica con una chispa especial, tenía muchas virtudes y la acompañamos en esto que es el baile, que le encantaba", agregó Roque.
Y aunque esta "es una fecha difícil para toda la familia, yo quiere recordar a mi hija como a ella le hubiera encantado que la homenajeen", dijo a Diario UNO.
El 28 de mayo Valentina hubiera cumplido 14 años y ese día sus compañeros de escuela la homenajearon con una suelta de globos y sus compañeros de Soul Dance con un baile.
Esto motivó a Roque a organizar un homenaje para su hija, otros sobrevivientes y fallecidos en la tragedia de la Cuesta de los Terneros, en San Rafael.
Pide justicia
De la parte legal del caso, Roque prefiere no hablar y ha delegado el tema en su abogado porque quiere abocarse a homenajear a su hija.
De todos modos manifestó que en su momento "nos juntamos con los otros papás para pedir que al chofer (Jorge Pinelli padre, que sobrevivió al vuelco) lo imputen y no vuelva a manejar, pero cuatro meses después ves que sigue conduciendo un colectivo con chicos y sin registro, y quiso coimear a la Gendarmería. No escarmienta a pesar de que perdió a su hijo".
Añadió que "esa bronca hizo que nosotros vayamos a pedir justicia para que lo imputen y no maneje más, ahora todo está en manos de la Justicia, sé que va a tomar un veredicto y va a determinar cómo sigue todo esto".
Roque, que impulsó la construcción de una especie de santuario en el lugar del vuelco, evalúa volver a San Rafael. "Quiero ir a la capilla que hicimos con tanto amor, la verdad es que encuentro algo, siento algo, quiero ir a prender unas velitas a Vale. Quiero hacer algo para que ese lugar esté más lindo y a la gente que vaya no le cause tanto dolor, y pueda prender una vela y rezar". (Diario Uno).
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