BUENOS AIRES, Octubre 08, (PUNTO CERO) La Asociación de Agentes de Propaganda Médica de la República Argentina (AAPM-CTA) denunció la extranjerización absoluta de la venta de insulina en nuestro país con la confirmada venta del Laboratorio nacional Beta a la multinacional farmacéutica Sanofi-Aventis, dejando al mercado argentino de fármacos sin el único proveedor local de insulina.
La venta de este laboratorio nacional también se observa con preocupación por parte de legisladores nacionales de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de la Nación, Colegios profesionales y la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación.Beta es el único laboratorio que fabrica insulina en el país, ya que las multinacionales Eli Llily, Sanofi Aventis y Novo Nordisk importan el producto. El laboratorio Denver comercializa insulina pero de origen brasileño. A pedido de AAPM-CTA, la Comisión de Salud de la Cámara baja presentó un pedido de informes sobre el abastecimiento futuro de insulina en el mercado argentino, impulsado por Claudio Lozano (CTA), avalado entre otros por Graciela Rosso (FPV) y Leonardo Gorbacs (ARI).
"La provisión de insulina debe ser considerada un bien estratégico. Nos preocupa que Argentina siga extranjerizando de manera increíble la producción de medicamentos esenciales", puntualizó el secretario del gremio de visitadores médicos, José Charreau.
La insulina no es la única preocupación que genera la fusión. Sanofi-Aventis tiene 187 visitadores médicos y Beta alrededor de 170, por lo que el sindicato acudió al Ministerio de Trabajo para exigir garantías sobre la continuidad de las fuentes de trabajo luego de la negociación y fusión empresaria en ciernes.
"La extranjerización del mercado farmacéutico en Argentina es un espiral que no se detiene. Los laboratorios de origen extranjero representan apenas el 28,7% de los laboratorios, pero participan del 45,5% de las ventas globales del sector. Mientras venden empresas nacionales que producen productos tan básicos como la insulina, las empresas multinacionales obviamente recortan sus plantillas de personal dejando en todas estas fusiones a los trabajadores como víctimas directas con la consecuente pérdida de fuentes de trabajo”, denunció Ricardo Peidro, secretario general de la Asociación Agentes de Propaganda Médica.
La venta de este laboratorio nacional también se observa con preocupación por parte de legisladores nacionales de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de la Nación, Colegios profesionales y la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación.Beta es el único laboratorio que fabrica insulina en el país, ya que las multinacionales Eli Llily, Sanofi Aventis y Novo Nordisk importan el producto. El laboratorio Denver comercializa insulina pero de origen brasileño. A pedido de AAPM-CTA, la Comisión de Salud de la Cámara baja presentó un pedido de informes sobre el abastecimiento futuro de insulina en el mercado argentino, impulsado por Claudio Lozano (CTA), avalado entre otros por Graciela Rosso (FPV) y Leonardo Gorbacs (ARI).
"La provisión de insulina debe ser considerada un bien estratégico. Nos preocupa que Argentina siga extranjerizando de manera increíble la producción de medicamentos esenciales", puntualizó el secretario del gremio de visitadores médicos, José Charreau.
La insulina no es la única preocupación que genera la fusión. Sanofi-Aventis tiene 187 visitadores médicos y Beta alrededor de 170, por lo que el sindicato acudió al Ministerio de Trabajo para exigir garantías sobre la continuidad de las fuentes de trabajo luego de la negociación y fusión empresaria en ciernes.
"La extranjerización del mercado farmacéutico en Argentina es un espiral que no se detiene. Los laboratorios de origen extranjero representan apenas el 28,7% de los laboratorios, pero participan del 45,5% de las ventas globales del sector. Mientras venden empresas nacionales que producen productos tan básicos como la insulina, las empresas multinacionales obviamente recortan sus plantillas de personal dejando en todas estas fusiones a los trabajadores como víctimas directas con la consecuente pérdida de fuentes de trabajo”, denunció Ricardo Peidro, secretario general de la Asociación Agentes de Propaganda Médica.
El también secretario de Derechos Humanos de la CTA Nacional subrayó que “la industria farmacéutica cree que en Argentina no se deben respetar ni las legislaciones laborales ni los derechos del trabajador más básicos y que pueden hacer lo que quieran”. Y añadió: “Desde AAPM hemos declarado el estado de alerta y asamblea permanente con posibilidad de comenzar un plan de lucha con medidas de fuerza para defender cada una de las fuentes de trabajo de los visitadores médicos del Laboratorio Beta" (PUNTO CERO).
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