martes, febrero 01, 2011

Pese a las promesas oficiales, la autopista a Cañuelas cumplió once años sin terminarse

Once años después de la inauguración, el gobierno anunció la realización del último tramo de la autovía Ezeiza- Cañuelas, que ya causó 17 muertes por accidentes de tránsito. Sin embargo, en febero del año pasado habían realizado el mismo anuncio y según denuncian los vecinos "sólo pintaron líneas amarillas en el asfalto".

Son los cuatro kilómetros de la sinrazón. Cuatro mil metros de desidia que se suman once años de responsabilidades no asumidas que dejaron como saldo 17 muertos, 53 heridos, e incontables familias destruidas por el dolor y la bronca de saber que la mayoría de los fatales accidentes podría haberse evitado.

Años de un luto para Cañuelas que podría tener fin si es que esta vez sí las autoridades cumplen la promesa de terminar el último tramo de la autopista que comunica a la ciudad tambera con Ezeiza.

La autopista Ezeiza- Cañuelas fue construida con el objetivo de alivianar el tránsito que ingresaba desde el sur de la Provincia y que lo hacía al área metropolitana por la ruta 205. En 1999, fue inaugurado el primer tramo, entre Ezeiza y Vicente Casares, y en el 2000 se habilitó el trecho hasta el kilómetro 59, poco antes de la entrada a Cañuelas.

El proyecto contemplaba su extensión hasta la ciudad de Saladillo pasando por Lobos, y de hecho se expropiaron todos los campos en los márgenes de la ruta 205 hasta esa localidad. Sin embargo, fuentes oficiales confirmaron a LPO que en el mejor de los casos sólo se construirá el puñado de kilómetros que quedan hasta la rotonda de Cañuelas.

Según la página web de Autopistas al Sur, la empresa que tiene la concesión del camino hasta el 2021, en sus casi 42 kilómetros la autovía actualmente cuenta con dos carriles por mano, dos distribuidores y seis intercambiadores. Sin embargo, al llegar al fatídico kilómetro 59, la autopista finaliza abruptamente y se transforma en una peligrosa ruta de doble mano, sin separación entre carriles, con casi nula señalización y poca iluminación hasta el kilómetro 63, en la rotonda donde se unen la rutas 205 y 3.

Ese tramo de la autovía, conocido como “La Pérgola” es considerado como “de mediano peligro” por el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI). Los adelantamientos, la imprudencia con la que conducen algunos automovilistas y la falta de visibilidad producto de fábricas de ladrillos y la niebla, hacen del tramo un combo fatalísimo.

El costo de no terminar la obra

Según cuentan en la localidad bonaerense, un feroz pelea entre el radicalismo y el peronismo de Cañuelas, determinó que el por entonces presidente Carlos Menem castigara al ex intendente Héctor Rivarola (UCR) con una autopista a medio hacer.

Uno de los últimos accidentes ocurrió el 17 de enero de 2010 y se cobró la vida de dos jóvenes de Cañuelas, Jordan Frasseren, de 26 años, y Gastón Norberto Pranzetti, de 33, que viajaban en un Citroen C3 desde Capital y chocaron con un camión Mercedes Benz.

Luego del hecho, sus familias comenzaron a organizarse para pedir la culminación de las obras. Crearon grupos de discusión en Internet y fueron directamente a interpelar al intendente, Gustavo Arrieta. Luego de varias reuniones con autoridades del Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) recibieron el juramento de que la obra iba a comenzarse en febrero del año pasado. Es más, el secretario de Obras Públicas, José López, se había comprometido públicamente a dar comienzo a los trabajos.

Los vecinos autoconvocados se ilusionaron para que la tragedia no golpee a otros pero luego de una rimbombante llegada de una oficina de Vialidad Nacional y otra de la Agencia de Seguridad Vial a la vera de la ruta, comprobaron que las obras sólo incluyeron la demarcación de la doble línea amarilla y la colocación de algunos carteles y luminarias.

El anuncio

La presión aumentó considerablemente durante el año pasado aunque, reunión tras reunión, evasivas era lo que cosechaban. En diciembre, finalmente, se produjo el tan ansiado anuncio: Arrieta, el gerente técnico de OCCOVI, Oscar Elorriaga; el subgerente de Corredores Viales, Ricardo Quejillaver y el subsecretario de Obras Territoriales del Municipio, Julián Bautista, anunciaron en diciembre la culminación de la autopista con un costo de 20 millones de pesos que serán financiados por la Nación.

Según confirmaron a LPO desde el Municipio, la obra hasta la rotonda de la ruta 3 y la 205 debería estar comenzando en febrero y estará a cargo de Autopistas al Sur.

“Hubo un tema de papelerío por eso se demoró la construcción. Este es un tema que lo maneja el OCCOVI y un privado, no es mucho lo que podemos hacer”, señaló Bautista. LPO intentó comunicarse con el OCCOVI y AEC.S.A (Autopistas al Sur) para interiorizarse sobre el proceso de licitación de la obra pero no obtuvo respuesta positiva.

El plan también incluye también un distribuidor desde el kilómetro 68 de la ruta 3 hacia la autopista con el fin de que el tránsito pesado no ingrese al casco urbano de Cañuelas. Hoy el trazado de la ruta 3, desde el sur, hace una curva en zonas urbanas antes de entrar en la ruta 6 y en la autovía.

Esos trabajos también serán financiados con fondos del Estado Nacional y tienen un costo de 220 millones de pesos aproximadamente. Demandarán dos años de ejecución y será realizada por la concesionaria de la Ruta 3, el denominado Corredor Vial 1.

De todos modos, los familiares de las víctimas de accidentes de tránsito sobre la autovía y vecinos en general, descreen de la nueva promesa.

“Nos habían dicho que los trabajos empezaban el año pasado y nada. Sólo pintaron unas líneas Esperemos que ahora cumplan aunque no se que decir. Tenemos que ver primero”, señaló Ivonne Pranzetti, hermana de Gastón Pranzetti. (La Política OnLine).

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