Lo que sería una vergüenza en cualquier lugar del mundo serio, en la Argentina es motivo de orgullo militante: la pauta publicitaria oficial se distribuye con el único criterio de garantizar la subsitencia de medios paraoficialistas cuya principal función es escribir el "diario de Yrigoyen (de Cristina) cada día", y contarle a los argentinos cómo cada paso del gobierno es un acierto.
Las inconsistencias de la forma en que se distribuye la pauta es contundente.
La Voz del Interior, el diario más importante de Córdoba, recibió publicidad oficial por $ 710.000 entre enero y noviembre de 2010. Como tiene una circulación promedio de 52.659 ejemplares, el Estado gastó $ 12,90 anuales por ejemplar.
En el mismo período, por cada ejemplar vendido por el diario Buenos Aires Económico (también conocido como BAE, que arrancó siendo de Sergio Szpolski y luego pasó al grupo Olmos), el Gobierno desembolsó $ 4.500 por ejemplar: gastó $ 8,1 millones para los 1.800 diarios que BAE vende (obsequia) por día.
En términos absolutos, la pauta del Ejecutivo para los medios afines al oficialismo es hasta 350 veces más grande en la relación de gasto por ejemplar (o “costo por contacto”, que es la variable que miran las marcas a la hora de decidir sus inversiones publicitarias) que cuando se trata de medios independientes.
Los diarios y medios de empresas de tradición periodística y alta audiencia (como Clarín, La Nación y Perfil) reciben muy poco, mientras que los ultraoficialistas (Página/12, Tiempo Argentino o Crónica ) obtienen abundantes recursos públicos.
Entre enero y noviembre, el Gobierno destinó $ 2.285 por cada ejemplar vendido de Página 12 (serían alrededor de 14.000, según datos del mercado), mientras que gastó $ 27 por cada ejemplar de Clarín (que vendió un promedio de 251.543 ejemplares, sólo en Capital Federal y Gran Buenos Aires, según datos verificados por el Instituto Verificador de Circulaciones.
El aparato de propaganda K también está generando fuertes negocios. La mitad del Grupo 23 (de Sergio Szpolski) se vendió en US$ 12,5 millones a Matías Garfunkel. La compañía facturó $ 116 millones en 2010: la mayoría fue plata del Estado. El dinero oficial también empujó al grupo Olmos (que ya tenía Crónica) a sumar el BAE, que vende 4 veces menos que El Cronista o Ambito Financiero.
En la televisión, la mayor bendición oficial es para Canal 9, del mexicano Angel González y sus papeles no están en regla. Eso no impide que el Gobierno le destine casi $ 70 millones en avisos.
Ese dinero alimenta ciclos como “Duro de domar”, “Televisión Registrada” y “Bajada de línea”, de escaso rating, pero ferviente vocación por alabar al Gobierno y criticar a la oposición y la prensa independiente, más al estilo de la Italia fascista de Benito Mussolini que a un Estado de Derecho. (Asteriscos Tv).
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