El candidato presidencial por Unión Popular, Eduardo Duhalde, está convencido de que si logra conseguir el segundo puesto en las internas de agosto podrá capitalizar el "voto útil" del electorado opositor para forzar una segunda vuelta. El cierre de listas K, la venganza de los intendentes y el fantasma del 2009.
Los operadores duhaldistas festejaron como un triunfo el cierre de las alianzas ante la justicia electoral. Es que el primer objetivo de su estrategia había sido logrado: Unión Popular, el partido del ex presidente, cerró acuerdos con casi 70 fuerzas provinciales y presentará 427 listas en territorio bonaerense.
La estrutura que impulsará la postulación de Duhalde evidentemente no alcanza la magnitud del PJ, pero no es para nada despreciable. Tendió puentes con fuerzas locales en todos los distritos del país y presentará candidatos en cada una de las provincias, superando incluso a la UCR, que continúa con serias dificultades en Chubut, Río Negro y Santiago del Estero, por ejemplo.
En el Conurbado, Unión Popular impulsó más de un candidato por distrito, generando una fuerte competencia que, sin duda, tendrá su correlato en el número de votantes. "En 40 días pudimos armar una suerte de Partido Justicialista paralelo. Nos preparamos para dar una batalla crucial, que serán las internas de agosto", aseguró uno de los principales armadores del duhaldismo, Chiche Aráoz.
Y agregó: "Somos los únicos, además del PJ y la UCR, que estamos en condiciones de cubrir los 80 mil fiscales que se requerirán para controlar los más de 13.200 centros de votación".
En diálogo con La Política Online, Aráoz explicó que el eje central de su táctica se ubica en las internas, porque si allí consiguen el segundo puesto, el electorado antikirchnerista se concentrará detrás de la figura del ex presidente para evitar otro mandato de Cristina. Se basan en el proceso que los analistas denominaron "voto útil".
"Con todas las alianzas que construimos, los sondeos ya nos ubican en un segudo lugar, detrás de la Presidenta. En este momento tenemos que trabajar para que Alfonsín no se caiga", detalló el operador.
Pero son dos los escollos que presenta la táctica de Duhalde. Por un lado, el alto nivel de intención de voto de Cristina Kirchner, que hace soñar al oficialismo con una definición en la primera vuelta. Por otro lado, y en paralelo, el candidato radical muestra un descenso sostenido en las encuestas.
Contrariamente a lo que se podría esperar, en Unión Popular no celebran la caída de Alfonsín. El problema es que de esa masa de votos perdidos, inevitablemente un porcentaje se filtra hacia la Presidenta. "Para ella un puntito puede ser mucho en su carrera para evitar el balottage. Por eso, nuestro plan es empezar a realzar la figura de Alfonsín. Necesitamos que todo el arco opositor mida bien, porque después de las internas nosotros aglutinaremos esos votos", detalló Aráoz.
La venganza de los Barones
El cierre de listas en el kirchnerismo, se sabe, dejó un tendal de heridos. La bomba estalló cuando se supo que la Presidenta les daría paso a los jovenes de La Cámpora a costillas de relegar algunos de sus aliados históricos, como los sindicalistas de la CGT, los movimientos sociales o los intendentes justicialistas del Conurbano.
El malestar se hizo público con las declaraciones de Juan Carlos Schmidt, Omar Viviani y Luís D'Elía, entre otros. Pero por lo bajo son muchos los que no comprenden la decisión de la Casa Rosada. Lo cierto es que el duhaldismo intenta aprovechar la furia de algunos jefes comunales.
No son pocas las voces que advirtieron que podría suceder lo mismo que en 2009, cuando más de un intendente apostó por lo bajo a Franciso De Narváez. El propio Mario Ishii, de José C. Paz, acusó a sus pares de jugar a dos puntas, tras la derrota de Néstor Kirchner: "Voy a salir a cazar a los traidores que no respaldaron este modelo y a verlos cara a cara".
"Todo esto nos beneficia, porque a ellos les quita dinamismo. Los intendentes van a pelear en la interna para ganar sus lugares como candidatos, pero después se la van a cobrar. Le quitarán su fuerza. Y está claro que nosotros, al salir segundos, seremos la mejor apuesta", analizó Aráoz.
El silencio del PRO
De lograr una buena performance en agosto, el duhaldismo espera sumar principalmente a los seguidores de Alberto Rodríguez Saá y una buena porción de los votantes de Alfonsín-De Narváez. Pero también buscará el acompañamiento explícito de Macri, quien por ahora se muestra reticente a hacer declaraciones en su apoyo.
Luego de bajarse de la presidencial, el jefe de Gobierno de la Ciudad anunció que daría libertad de acción en cada una de las provincias. Pero más allá de sus declaraciones, en los hechos el PRO acordó con Eduardo Duhalde en varias provincias: Santa Fe, Entre Ríos y la provincia de Buenos Aires son algunos ejemplos de esta unidad silenciosa.
No sería llamativo que el segundo puesto en las primarias también fuerce a una definición del PRO. La respuesta de Federico Pinedo en una entrevista televisiva puede dar alguna pista al respecto. "¿A quién va a votar para presidente?", preguntó el periodista. Y el diputado macrista contestó: "Seguramente al que salga segundo en las primarias".
Todas las fichas están puestas en las internas. Un paso en falso puede destruir la estrategia de Duhalde. Las respuestas están muy cerca, en el mes de agosto. Y la primaria, sin duda, está funcionando como una primera vuelta de la oposicion. (La Política OnLine).
Los operadores duhaldistas festejaron como un triunfo el cierre de las alianzas ante la justicia electoral. Es que el primer objetivo de su estrategia había sido logrado: Unión Popular, el partido del ex presidente, cerró acuerdos con casi 70 fuerzas provinciales y presentará 427 listas en territorio bonaerense.
La estrutura que impulsará la postulación de Duhalde evidentemente no alcanza la magnitud del PJ, pero no es para nada despreciable. Tendió puentes con fuerzas locales en todos los distritos del país y presentará candidatos en cada una de las provincias, superando incluso a la UCR, que continúa con serias dificultades en Chubut, Río Negro y Santiago del Estero, por ejemplo.
En el Conurbado, Unión Popular impulsó más de un candidato por distrito, generando una fuerte competencia que, sin duda, tendrá su correlato en el número de votantes. "En 40 días pudimos armar una suerte de Partido Justicialista paralelo. Nos preparamos para dar una batalla crucial, que serán las internas de agosto", aseguró uno de los principales armadores del duhaldismo, Chiche Aráoz.
Y agregó: "Somos los únicos, además del PJ y la UCR, que estamos en condiciones de cubrir los 80 mil fiscales que se requerirán para controlar los más de 13.200 centros de votación".
En diálogo con La Política Online, Aráoz explicó que el eje central de su táctica se ubica en las internas, porque si allí consiguen el segundo puesto, el electorado antikirchnerista se concentrará detrás de la figura del ex presidente para evitar otro mandato de Cristina. Se basan en el proceso que los analistas denominaron "voto útil".
"Con todas las alianzas que construimos, los sondeos ya nos ubican en un segudo lugar, detrás de la Presidenta. En este momento tenemos que trabajar para que Alfonsín no se caiga", detalló el operador.
Pero son dos los escollos que presenta la táctica de Duhalde. Por un lado, el alto nivel de intención de voto de Cristina Kirchner, que hace soñar al oficialismo con una definición en la primera vuelta. Por otro lado, y en paralelo, el candidato radical muestra un descenso sostenido en las encuestas.
Contrariamente a lo que se podría esperar, en Unión Popular no celebran la caída de Alfonsín. El problema es que de esa masa de votos perdidos, inevitablemente un porcentaje se filtra hacia la Presidenta. "Para ella un puntito puede ser mucho en su carrera para evitar el balottage. Por eso, nuestro plan es empezar a realzar la figura de Alfonsín. Necesitamos que todo el arco opositor mida bien, porque después de las internas nosotros aglutinaremos esos votos", detalló Aráoz.
La venganza de los Barones
El cierre de listas en el kirchnerismo, se sabe, dejó un tendal de heridos. La bomba estalló cuando se supo que la Presidenta les daría paso a los jovenes de La Cámpora a costillas de relegar algunos de sus aliados históricos, como los sindicalistas de la CGT, los movimientos sociales o los intendentes justicialistas del Conurbano.
El malestar se hizo público con las declaraciones de Juan Carlos Schmidt, Omar Viviani y Luís D'Elía, entre otros. Pero por lo bajo son muchos los que no comprenden la decisión de la Casa Rosada. Lo cierto es que el duhaldismo intenta aprovechar la furia de algunos jefes comunales.
No son pocas las voces que advirtieron que podría suceder lo mismo que en 2009, cuando más de un intendente apostó por lo bajo a Franciso De Narváez. El propio Mario Ishii, de José C. Paz, acusó a sus pares de jugar a dos puntas, tras la derrota de Néstor Kirchner: "Voy a salir a cazar a los traidores que no respaldaron este modelo y a verlos cara a cara".
"Todo esto nos beneficia, porque a ellos les quita dinamismo. Los intendentes van a pelear en la interna para ganar sus lugares como candidatos, pero después se la van a cobrar. Le quitarán su fuerza. Y está claro que nosotros, al salir segundos, seremos la mejor apuesta", analizó Aráoz.
El silencio del PRO
De lograr una buena performance en agosto, el duhaldismo espera sumar principalmente a los seguidores de Alberto Rodríguez Saá y una buena porción de los votantes de Alfonsín-De Narváez. Pero también buscará el acompañamiento explícito de Macri, quien por ahora se muestra reticente a hacer declaraciones en su apoyo.
Luego de bajarse de la presidencial, el jefe de Gobierno de la Ciudad anunció que daría libertad de acción en cada una de las provincias. Pero más allá de sus declaraciones, en los hechos el PRO acordó con Eduardo Duhalde en varias provincias: Santa Fe, Entre Ríos y la provincia de Buenos Aires son algunos ejemplos de esta unidad silenciosa.
No sería llamativo que el segundo puesto en las primarias también fuerce a una definición del PRO. La respuesta de Federico Pinedo en una entrevista televisiva puede dar alguna pista al respecto. "¿A quién va a votar para presidente?", preguntó el periodista. Y el diputado macrista contestó: "Seguramente al que salga segundo en las primarias".
Todas las fichas están puestas en las internas. Un paso en falso puede destruir la estrategia de Duhalde. Las respuestas están muy cerca, en el mes de agosto. Y la primaria, sin duda, está funcionando como una primera vuelta de la oposicion. (La Política OnLine).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario