lunes, agosto 08, 2011

De la Sota arrasó en Córdoba y ganó en su ley

Ganó con holgura tras una cuidada campaña, en la que casi no hizo oír su voz. El día fue todo suyo: votó en su protegido Río Cuarto, sus militantes festejaron ni bien cerraron los comicios, logró que Juez reconociera temprano la derrota y terminó poniéndole límites a Cristina.
José Manuel de la Sota volvió a ser gobernador de Córdoba con una victoria apabullante contra Luis Juez y el radical Oscar Aguad, que superó todos los sondeos previos que lo marcaban arriba por pocos puntos y obligó al kirchnerismo a improvisar su apoyo, en una provincia donde nunca logró marcar el ritmo del PJ.

La victoria de De la Sota comenzó a anunciarse temprano: ni bien terminó el escrutinio, el canal 10 de Córdoba rompió la veda para difundir la tradicional encuesta de la Universidad de Córdoba, que tiene como rectora a la kirchnerista Carina Scotto.

Lo hizo sin números y sólo con el detalle de que existía “una amplia diferencia” del candidato del PJ. En su bunker de la capital ya difundían bocas de urna que lo daban como amplio ganadores, pero recién cuando conocieron los datos de la universidad comenzaron a celebrar.

De la Sota había votado temprano en Río Cuarto, donde hace tres años se mudó junto a su ex ministra Adriana Nazario, pero sorprendió al anunciar que no tenía previsto viajar a la capital.

Fue una de las tantas distracciones que ensayó una minuciosa campaña, sin reportajes ni presentaciones masivas y prolíficos spots televisivos producidos por Ramiro Agulla.

Luis Juez montó su bunker en el hotel Sheraton y vía twitter pidió temprano desconocer los datos que lo daban como derrotado: “Sabíamos que iban a venir las operaciones desde Buenos Aires”, se lamentó.

Se refería a una supuesta movida para darlo perdedor temprano motorizada por el kirchnerismo, que en toda la tarde estuvo muy activo para subirse al triunfo de De la Sota.

Tal es así que poco después de las 18 horas funcionarios del intendente de Córdoba Daniel Giacomino, un ex juecista definido como soldado de la presidenta, comenzaron a burlarse de Juez vía twitter. Poco después, el arribo de dirigentes kirchneristas causó revuelo y golpes entre los delasotistas que esperaban a su líder.

El candidato del Frente Cívico confió ciegamente en el sistema de mesas testigo de Santa Fe que le facilitó Hermes Binner, pero tuvo que esperar para empezar a implementarlo porque, una vez más, el escrutinio oficial comenzó recién a las 21.

Una hora y media después, las 319 medidas por los técnicos santafesinos obligaron a Juez a tirar la toalla. “Mañana los radicales tendrán que dar explicaciones”, cerró Juez un prolijo discurso, presagiando un resultado que lo dejaría a la par de Oscar Aguad pero con la mitad de votos que De la Sota.

Prefirió no pegarle al ganador pero le advirtió que controlará que cumpla con las promesas que él no se animó a hacer. Fue el punto más débil de su campaña, basada en recuperar el dinero que se pierde por la corrupción para invertirlo en obra pública.

De la Sota fue más a fondo: sorprendió con un boleto escolar gratuito para docentes, alumnos y personal de maestranza. Aguad llegó a anunciar un aumento del 50% para los docentes.

La resignación de Juez no pasó inadvertida entre los pocos militantes que habían ingresado al pequeño salón alquilado por el PJ, donde un pequeño escenario con atril preparado parecía a la espera de la celebración de De la Sota.

Todos comenzaron a abuchear cuando el candidato del Frente Cívico apareció por la pantalla gigante, pero se silenciaron ni bien el videograph de la televisión anunció su rendición. Los técnicos se apuraron en darle audio a esa imagen de la derrota que sería la antesala de la celebración, marcha peronista incluida.

Los delasotiastas que empezaban a allegar hablaban de una diferencia de más de 20 puntos que ya marcaban los primeros cómputos oficiales.

El gobernador electo apareció después de que Aguad reconociera la derrota entre globos rojos y amarillos que adornaron la histórica Casa Radical, la última marca que le dejó el asesoramiento de Jaime Durán Barba.

Lo hizo en el escenario construido en la vereda del bunker y con su compañera de fórmula Alicia Pregno, el gobernador saliente Juan Schiaretti , el candidato a intendente Héctor Campana y su inseparable esposa.

Sobre las tablas y con el triunfo a cuestas, tampoco improvisó: metódico, leyó un discurso con definiciones fuertes y mensajes directos a la Casa Rosada. “Ya no soy un peronista cordobés: soy un cordobés peronista. El orden de los factores sí altera el producto”, aclaró.

Pidió terminar con las disputas entre los dirigentes mencionando varios ismos: peronismo, radicalismo y, también, kirchnerismo, que en Córdoba nunca tuvo nada que ver con el PJ.

“No hay razones para dividir a los argentinos”, siguió. Y terminó con mensajes en cadena a Cristina Kirchner. “Necesitamos una Argentina unida, con provincias fuertes y autónomas. A la Nación les digo que cuenten con Córdoba para trabajar. Para unir y no para dividir”.

Le agradeció a industriales, chacareros y empresarios que lo apoyaron en la campaña, moral y económicamente. Fue su primer gran paso para ganar. Que completó con el voto de los cordobeses. (La Política OnLine).

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