En el marco del Congreso Argentino de Radiología, en una sesión conjunta, la Sociedad Argentina de Radiología (SAR) y la Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía de Trauma (SAMCT) presentan una sesión orientada a la nueva modalidad de atención del paciente traumatizado.
“Dado que la radiología es esencial en la atención del trauma para orientar la estrategia médica a seguir, consideramos que esta temática debe ser abordada en el principal congreso que se realiza en nuestro país relacionado con esta especialidad, donde asisten más de 2500 profesionales de la salud”, destacó Alfredo Buzzi, Presidente de la Sociedad Argentina de Radiología.
Hoy, las imágenes son decisorias en la determinación de las lesiones producidas por un trauma en un paciente, ya sea encefálico, cervical, torácico, abdominal, de la columna vertebral o de los miembros. “Una orientación clara y precisa de las lesiones traumáticas a tratar, permite aumentar las posibilidades de sobrevida del paciente traumatizado, disminuyendo muertes evitables. También se logra disminuir el grado de discapacidad posterior.”, declaró el Dr. Alfredo Buzzi, Presidente de la SAR.
Los pacientes traumatizados requieren algún tipo de diagnóstico por imágenes. Cuando el paciente traumatizado severo ingresa y es asistido en el área de recepción se efectúan tres radiografías: Rx de columna cervical, Rx de la pelvis y Rx de Tórax. El examen inicial se completa con un examen ecográfico específico para buscar lesiones traumáticas (llamado FAST, sigla de “Focused Assessment with Sonography for Trauma”), que debe hacerse en forma seriada si se presentaran dudas en la evaluación.
“El dialogo entre el equipo que recibe al paciente y el médico radiólogo es de vital importancia a fin de elegir el método más adecuado para conseguir el mejor diagnóstico con la menor irradiación posible”, afirmó el Dr. Jorge Neira, Presidente de la Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía de Trauma.
TRAUMA
El concepto “trauma” se define como el daño intencional o no intencional producido al organismo debido a su brusca exposición a fuentes o concentraciones de energía mecánica, química, térmica, eléctrica o radiante que sobrepasan su margen de tolerancia, o a la ausencia de elementos esenciales para la vida como el calor y el oxígeno.
Son ejemplos de lesiones asociadas a la energía mecánica las caídas, las producidas por arma de fuego o arma blanca o por colisiones vehiculares; a energía química, las quemaduras producidas por compuestos químicos; de energía térmica, las quemaduras por altas temperaturas de diversa índole (sol, fuego); de energía eléctrica, las electrocuciones por energía eléctrica domiciliaria, laboral o por el impacto de un rayo; y de energía radiante, las producidas por los efectos de la radiación ionizante (síndrome agudo de irradiación). Por su parte, la ausencia de calor puede producir hipotermia, ya sea localizada (pie de trinchera, congelaciones, etc.) o generalizada (Sumersión en aguas heladas, frío ambiental intenso); y la ausencia de oxígeno se observa en los ahogamientos, los ahorcamientos o en el síndrome de inhalación de humo.
Las causas incluyen la violencia social, traducida en homicidios, suicidios y otros hechos de violencia, que promueve una variedad creciente de lesiones intencionales y, además, es la responsable del 50% de las causas de muerte por enfermedad trauma.
Las lesiones no intencionales, producidas en diferentes ámbitos (doméstico, recreativo, laboral, escolar), por colisiones vehiculares y caídas, representan el 50% restante. Es importante destacar que de las lesiones no intencionales la mitad de las causas de muerte se debe a colisiones vehiculares.
En general la ocurrencia de las lesiones se pensaba que estaban asociadas a lo impredecible y, por lo tanto, a lo inevitable. Hoy en día este concepto cambió, ya que desde hace décadas se asume que el trauma es una enfermedad y, por ende, es pasible de ser controlada. En relación al término accidente la OMS señala que el “término accidente, ampliamente utilizado, puede dar la impresión de inevitabilidad y de impredecibilidad.”
En este sentido el Dr. Jorge Neira, Presidente de la Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía del Trauma expresa que “se lo debe disociar del concepto accidente tanto para referirse al hecho potencialmente traumático como a la lesión. Es necesario comprender el proceso causal de los mismos para lograr un desarrollo de las estrategias de control de la enfermedad”
La importancia de la información para la prevención está demostrada por la efectividad de los Centros de Trauma dada la incorporación del Registro de Trauma. Armar los patrones de ocurrencia, identificar los grupos de riesgo para cada tipo de lesión específica y, en consecuencia, utilizar la información recabada como punto de partida orientador, es fundamental para la selección y el diseño de medidas preventivas.
TRAUMA – UN NUEVO ENFOQUE INTERDISCIPLINARIO
Dada la falta de un marco teórico y de normativas para la atención de pacientes traumatizados se debía resolver la impronta que estos pacientes imponen. En este contexto, había que lograr que el paciente fuera asistido en el lugar y tiempo indicado para incrementar las posibilidades de sobrevida y, en consecuencia, disminuir las muertes evitables.
Con este objetivo se conformó una Coalición de Sociedades Médicas para la Certificación Profesional, la Categorización y Acreditación Institucional en Trauma, Emergencia y Desastre (CICCATED). Estas organizaciones se propusieron implementar en nuestro país un Sistema de Atención del Trauma, que funcione como una red institucional en sus tres estadios. (pre-hospitalaria, hospitalaria y post-hospitalaria).
Esta nuevo aporte sobre la concepción del trauma permite actuar progresivamente en los distintos niveles de prevención asociados a las tres etapas del acontecimiento traumático: prevención primaria (evitar que el hecho se produzca); la prevención secundaria (evitar o mitigar las lesiones y su gravedad mientras se produce el hecho); y la prevención terciaria (comienza con la atención precoz del lesionado e incluye la participación de la comunidad capacitada).
Asimismo, se estableció la importancia de contar en cada Servicio de Trauma con todos los servicios básicos de apoyo (laboratorio, Rayos X y hemoterapia), diagnóstico por imágenes, ecografía general y ecocardiografía transtorácica (incluida la ecografía en el departamento de urgencias) y tomografía computada. Además, en la guardia activa durante las 24 horas debe estar dotado de equipo de Rayos X portátil.
Asimismo, siguiendo las experiencias de los países con más trabajo desarrollado en la temática, se inicio la categorización y acreditación de los establecimientos asistenciales.
“Dado que la radiología es esencial en la atención del trauma para orientar la estrategia médica a seguir, consideramos que esta temática debe ser abordada en el principal congreso que se realiza en nuestro país relacionado con esta especialidad, donde asisten más de 2500 profesionales de la salud”, destacó Alfredo Buzzi, Presidente de la Sociedad Argentina de Radiología.
Hoy, las imágenes son decisorias en la determinación de las lesiones producidas por un trauma en un paciente, ya sea encefálico, cervical, torácico, abdominal, de la columna vertebral o de los miembros. “Una orientación clara y precisa de las lesiones traumáticas a tratar, permite aumentar las posibilidades de sobrevida del paciente traumatizado, disminuyendo muertes evitables. También se logra disminuir el grado de discapacidad posterior.”, declaró el Dr. Alfredo Buzzi, Presidente de la SAR.
Los pacientes traumatizados requieren algún tipo de diagnóstico por imágenes. Cuando el paciente traumatizado severo ingresa y es asistido en el área de recepción se efectúan tres radiografías: Rx de columna cervical, Rx de la pelvis y Rx de Tórax. El examen inicial se completa con un examen ecográfico específico para buscar lesiones traumáticas (llamado FAST, sigla de “Focused Assessment with Sonography for Trauma”), que debe hacerse en forma seriada si se presentaran dudas en la evaluación.
“El dialogo entre el equipo que recibe al paciente y el médico radiólogo es de vital importancia a fin de elegir el método más adecuado para conseguir el mejor diagnóstico con la menor irradiación posible”, afirmó el Dr. Jorge Neira, Presidente de la Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía de Trauma.
TRAUMA
El concepto “trauma” se define como el daño intencional o no intencional producido al organismo debido a su brusca exposición a fuentes o concentraciones de energía mecánica, química, térmica, eléctrica o radiante que sobrepasan su margen de tolerancia, o a la ausencia de elementos esenciales para la vida como el calor y el oxígeno.
Son ejemplos de lesiones asociadas a la energía mecánica las caídas, las producidas por arma de fuego o arma blanca o por colisiones vehiculares; a energía química, las quemaduras producidas por compuestos químicos; de energía térmica, las quemaduras por altas temperaturas de diversa índole (sol, fuego); de energía eléctrica, las electrocuciones por energía eléctrica domiciliaria, laboral o por el impacto de un rayo; y de energía radiante, las producidas por los efectos de la radiación ionizante (síndrome agudo de irradiación). Por su parte, la ausencia de calor puede producir hipotermia, ya sea localizada (pie de trinchera, congelaciones, etc.) o generalizada (Sumersión en aguas heladas, frío ambiental intenso); y la ausencia de oxígeno se observa en los ahogamientos, los ahorcamientos o en el síndrome de inhalación de humo.
Las causas incluyen la violencia social, traducida en homicidios, suicidios y otros hechos de violencia, que promueve una variedad creciente de lesiones intencionales y, además, es la responsable del 50% de las causas de muerte por enfermedad trauma.
Las lesiones no intencionales, producidas en diferentes ámbitos (doméstico, recreativo, laboral, escolar), por colisiones vehiculares y caídas, representan el 50% restante. Es importante destacar que de las lesiones no intencionales la mitad de las causas de muerte se debe a colisiones vehiculares.
En general la ocurrencia de las lesiones se pensaba que estaban asociadas a lo impredecible y, por lo tanto, a lo inevitable. Hoy en día este concepto cambió, ya que desde hace décadas se asume que el trauma es una enfermedad y, por ende, es pasible de ser controlada. En relación al término accidente la OMS señala que el “término accidente, ampliamente utilizado, puede dar la impresión de inevitabilidad y de impredecibilidad.”
En este sentido el Dr. Jorge Neira, Presidente de la Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía del Trauma expresa que “se lo debe disociar del concepto accidente tanto para referirse al hecho potencialmente traumático como a la lesión. Es necesario comprender el proceso causal de los mismos para lograr un desarrollo de las estrategias de control de la enfermedad”
La importancia de la información para la prevención está demostrada por la efectividad de los Centros de Trauma dada la incorporación del Registro de Trauma. Armar los patrones de ocurrencia, identificar los grupos de riesgo para cada tipo de lesión específica y, en consecuencia, utilizar la información recabada como punto de partida orientador, es fundamental para la selección y el diseño de medidas preventivas.
TRAUMA – UN NUEVO ENFOQUE INTERDISCIPLINARIO
Dada la falta de un marco teórico y de normativas para la atención de pacientes traumatizados se debía resolver la impronta que estos pacientes imponen. En este contexto, había que lograr que el paciente fuera asistido en el lugar y tiempo indicado para incrementar las posibilidades de sobrevida y, en consecuencia, disminuir las muertes evitables.
Con este objetivo se conformó una Coalición de Sociedades Médicas para la Certificación Profesional, la Categorización y Acreditación Institucional en Trauma, Emergencia y Desastre (CICCATED). Estas organizaciones se propusieron implementar en nuestro país un Sistema de Atención del Trauma, que funcione como una red institucional en sus tres estadios. (pre-hospitalaria, hospitalaria y post-hospitalaria).
Esta nuevo aporte sobre la concepción del trauma permite actuar progresivamente en los distintos niveles de prevención asociados a las tres etapas del acontecimiento traumático: prevención primaria (evitar que el hecho se produzca); la prevención secundaria (evitar o mitigar las lesiones y su gravedad mientras se produce el hecho); y la prevención terciaria (comienza con la atención precoz del lesionado e incluye la participación de la comunidad capacitada).
Asimismo, se estableció la importancia de contar en cada Servicio de Trauma con todos los servicios básicos de apoyo (laboratorio, Rayos X y hemoterapia), diagnóstico por imágenes, ecografía general y ecocardiografía transtorácica (incluida la ecografía en el departamento de urgencias) y tomografía computada. Además, en la guardia activa durante las 24 horas debe estar dotado de equipo de Rayos X portátil.
Asimismo, siguiendo las experiencias de los países con más trabajo desarrollado en la temática, se inicio la categorización y acreditación de los establecimientos asistenciales.
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