Los alumnos de 1º a 6º años de primaria del Colegio Santa María de Luján de San Isidro visitaron diversos asilos y hogares de ancianos para entregar a los abuelos 362 pesebres, y cantar junto a ellos villancicos navideños.
Hubo dos mensajes contundentes del Papa que inspiraron a Carlos Franchi -director de Primaria del Colegio Santa María de Luján-, a llevar adelante este proyecto de aprendizaje-servicio: “No deben tener miedo de la bondad, ni tampoco de la ternura. El verdadero poder es el servicio. Se necesita cuidar a la gente, cuidar de cada persona con amor, especialmente a los niños, a los ancianos, a todos los que son frágiles y que frecuentemente están alejados de nuestro corazón”. También resultaron clave las palabras de Francisco durante la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro: “Quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle (…) Las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir.”
Los alumnos de 3º año de la escuela Secundaria Santa María de Luján, junto al profesor de arte Pablo Novelletto, se encargaron de la confección de los 362 pesebres - trípticos, mientras que los más chicos se ocuparon de entregarlos. Las instituciones que acogieron esta acción solidaria fueron los geriátricos Hogar Feliz y Hogar Marín de Beccar, la Residencia García y el geriátrico San Ramón de San Isidro, y el predio recreativo Puerto Libre de Martínez. A su vez, un grupo de alumnos de 6º año replicó el gesto misionero en la Escuela 451 de Colón, Entre Ríos durante su viaje de estudios.
Según relata Franchi “El acercamiento intergeneracional siempre es importante y enriquecedor, sobre todo en una época del año como la Navidad en la que las personas nos sensibilizamos de modo especial. Tanto los chicos, como los docentes y los abuelos vivimos una mañana conmovedora. Fue una oportunidad para lograr un encuentro verdadero y una posibilidad de transmitir un mensaje de esperanza”.
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