El aumento de precios en las naftas programado para este viernes por
efecto de la aplicación del cambio normativo que impuso la Reforma
Tributaria a la venta de combustibles quedó suspendido.
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, le pidió a las compañías postergar la aplicación de ese gravamen.
Luego
de las reuniones que se llevaron a cabo desde las 5 de la tarde, las
empresas petroleras se fueron del Ministerio de Energía con una decisión
abierta sobre si aumentaban o no los precios de la nafta mañana.
Fuentes
del Gobierno explicaron que la decisión de absorber o no el impuesto se
está discutiendo entre los directivos que participaron de las reuniones
con el ministro Juan Aranguren. Con la nueva suba, el litro de nafta
súper se pagaría a $26 en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano,
mientras que en el interior del país el litro en las estaciones de
servicio implicaría un desembolso de 28 pesos.
Según la
modificación que se pasó en diciembre, los montos fijos del impuesto "se
actualizarán por trimestre calendario, sobre la base de las variaciones
del Índice de Precios al Consumidor (IPC)" tomando en cuenta los
cambios inflacionarios acumulados desde enero de este año. El pedido del
Gobierno no es el primero a las petroleras luego de los coletazos
cambiarios que se vivieron. Luego del salto del dólar a $25 a mediados
de mayo, el Ministerio de Energía cerró un acuerdo con YPF, Pan American
Energy y Shell Argentina en el que esas petroleras pusieron en pausa
los precios de los combustibles hasta el 1° de julio.
Si bien
tanto del Ministerio de Energía, como de las empresas refinadoras se
mantiene un singular hermetismo sobre el sorpresivo freno al aumento
previsto, fuentes confiables del sector destacaron "dudas sobre la forma
de instrumentación del ajuste impositivo", y la imposibilidad de las
firmas de no trasladar ese efecto al valor final para el consumidor.
Los
expertos destacan que "la industria ya viene con un notable rezago en
su política de precios, por el acuerdo que habían firmado en mayo cuando
se les impidió aumentar entre 7 y 8 por ciento".
Pero además,
mayo fue un mes particular porque el crudo Brent aumentó un 20% y el
peso argentino se devaluó un 40%. "Se trata de un combinación que
alienta la exportación y desincentiva la venta al mercado interno a los
valores actuales", apuntan los consultados. Algunos analistas especulan
con que desde la cartera a cargo de Juan Aranguren se resuelva otorgar a
las refinadoras un precio diferencial para el valor del barril, de los
USD 78 a USD 80 actuales, a un rango de USD 60 / USD 65, para no afectar
el cuadro inflacionario que en mayo habría vuelto a aproximarse al
rango del 3%, como en abril.
Se estima que en la continuidad de
la reunión de los técnicos del sector con el ministro en el curso de
mañana se cierre un acuerdo que permita sostener los precios en todo
junio.
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