BUENOS AIRES, Agosto 01, (PUNTO CERO) El gobierno argentino ya envió al Congreso un proyecto por el que se eleva el piso del impuesto a las Ganancias a 4.600 pesos, pero ahora estudia una reforma más amplia de ese gravamen, con el objetivo de eliminar las exenciones que benefician a las rentas provenientes de activos financieros.
Se evitaría así el impacto fiscal de 1.500 millones de pesos que ocasionará la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias que se presentó el lunes en el Congreso, y el posible alza de 20 o 25 por ciento en el salario familiar.
Según cifras preliminares a las que accedieron algunos medios, esta medida podría reportar al Fisco entre 2.500 y 3.500 millones de pesos anuales.
La idea principal es que incluya, al igual que en la mayoría de los países del Primer Mundo, a todas las rentas que se obtienen a partir de la compraventa de acciones, títulos públicos e incluso los plazos fijos, entre otros.
También se discute la posibilidad de sumar las ganancias de capital que obtienen los empresarios cuando venden una empresa.
Como contrapartida, no se descarta un aliciente a la inversión de utilidades en la compra de bienes de capital y maquinaria que podría significar un costo fiscal adicional para el Estado que oscilaría entre 300 y 1.000 millones de pesos.
El oficialismo prevé que en 15 días se aprobarán los cambios en Diputados y en el Senado se apuraría su aprobación, según estimó el presidente del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi. La norma sería retroactiva a enero de este año (PUNTO CERO).
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