Para que Argentina se reponga del empobrecimiento de la población sufrido en las últimas seis décadas, la caída en la producción de bienes y servicios, el deterioro en educación, valores sociales, salud y vivienda, y el hacinamiento y miseria en el conurbano bonaerense y en ciudades del interior, se requiere un plan maestro de más de veinte años que fije el rumbo para lograrlo y que sea compartido y defendido en el tiempo por los ciudadanos.
Pensar que fijado el plan todo está resuelto, es un extravío mental.
Los timoneles del rumbo y la ciudadanía deben saber que se presentarán vientos calmos, favorables, desfavorables y tormentas. Es la realidad inmutable de todas las sociedades, producida por la sana, inevitable y creativa insatisfacción del ser humano y por hechos o circunstancias que están fuera de su control.
Sin embargo, como el rumbo es llegar al objetivo de la recuperación nacional y al mejoramiento de su población, que requiere inevitablemente tiempo, las tormentas se deben capear y retomar nuevamente el rumbo.
La ciudadanía argentina es abrumadoramente de pensamiento de centro, con preferencias de ideas sostenidas por la izquierda o por la derecha; rechaza visceral y repulsivamente el populismo, la demagogia, los extremismos, y el servilismo. Los dirigentes políticos deben registrar el pensamiento ciudadano.
Dr. Marcelo Castro Corbat
Pensar que fijado el plan todo está resuelto, es un extravío mental.
Los timoneles del rumbo y la ciudadanía deben saber que se presentarán vientos calmos, favorables, desfavorables y tormentas. Es la realidad inmutable de todas las sociedades, producida por la sana, inevitable y creativa insatisfacción del ser humano y por hechos o circunstancias que están fuera de su control.
Sin embargo, como el rumbo es llegar al objetivo de la recuperación nacional y al mejoramiento de su población, que requiere inevitablemente tiempo, las tormentas se deben capear y retomar nuevamente el rumbo.
La ciudadanía argentina es abrumadoramente de pensamiento de centro, con preferencias de ideas sostenidas por la izquierda o por la derecha; rechaza visceral y repulsivamente el populismo, la demagogia, los extremismos, y el servilismo. Los dirigentes políticos deben registrar el pensamiento ciudadano.
Dr. Marcelo Castro Corbat
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