(Diario Hoy). A más tardar en agosto, la conducción del PJ pasará a una mesa chica. Scioli se focalizará en reposicionarse tomando distancia de Kirchner.
Mientras el Gobierno nacional hace intentos desesperados por retomar la iniciativa política luego de la derrota electoral, Daniel Scioli apunta a dos objetivos claros: comenzar a tomar distancia sutilmente del matrimonio presidencial y meterse de lleno en la gestión bonaerense para tratar de recomponer su imagen.
Un primer paso para avanzar en ese sentido consiste en sacarse de encima la pesada mochila de la conducción partidaria del PJ que Néstor Kirchner le impuso pocas horas después del rechazo del electorado en las urnas a la oferta oficial.
El gobernador Daniel Scioli empieza a contar los días hasta que la conducción del Partido Justicialista (PJ) pase a manos de una mesa chica y, finalmente, pueda volcarse de lleno a la gestión de gobierno.
De aquí a un mes, aproximadamente, Scioli, en su carácter de vicepresidente del partido a cargo de la presidencia, llamará al Consejo Nacional Justicialista para que designe una mesa de conducción y de esa manera quedará liberado de la responsabilidad que hasta ahora sólo le significó cuestionamientos y dolores de cabeza.
El mandatario provincial podrá ser o no integrante de esa mesa chica; no es su obsesión, pero habrá terminado entonces con su rol de normalizador del PJ. “Lo nuestro es la gestión y nos abocaremos a ella ni bien se encamine el proceso en el partido”, aclaró.
Sin embargo, Scioli ya no será el mismo que antes del domingo 28 de junio, en lo que respecta a su relación con Kirchner y con el fundamentalismo kirchnerista.
Lejos está el ex vicepresidente de la Nación (2003-2007) de romper filas con el matrimonio Kirchner, pero se mostrará más acorde con su propia personalidad. Esto se traduce en que entablará una buena relación con todos, sean peronistas oficialistas o disidentes u opositores.
Agenda
Prueba de ello es que el mandatario provincial ya tiene agendados encuentros con los opositores Francisco De Narváez y Margarita Stolbizer. Scioli ya se reunió con Martín Sabbatella y con los 134 intendentes de la Provincia en un claro gesto de apertura política que ahora busca profundizar.
Claro que la independencia del kirchnerismo la deberá ir construyendo con gestos concretos pero sin apurarse, ya que corre dos riesgos: que el Gobierno central corte el flujo de recursos a la Provincia, que atraviesa una situación financiera comprometida, y que la opinión pública vea en Scioli un
giro político repentino que podría volverse en su contra.
Lo concreto es que el gobernador ya tiene decidido avanzar en la construcción de un perfil político lejano al de los Kirchner. Pero todo es sutil y metódico.
Prueba de ello es que ayer el secretario general de la Gobernación, José “Pepe” Scioli, elogió el llamado al diálogo por parte del Ejecutivo nacional, al precisar que “la Presidenta mostró su voluntad de convocar y escuchar a todos los actores sociales y, unánimemente, hubo una respuesta positiva a esa convocatoria, así que tenemos las mejores expectativas para que ello se produzca”,
expresó.
En esa línea, José Scioli indicó que “ahora llegó el momento de mostrar con responsabilidad, sin especulaciones y con una enorme generosidad, las ideas y proyectos, dejar de lado mezquindades y no olvidar que el objetivo del diálogo es la voluntad en la búsqueda de consensos”.
Mientras el Gobierno nacional hace intentos desesperados por retomar la iniciativa política luego de la derrota electoral, Daniel Scioli apunta a dos objetivos claros: comenzar a tomar distancia sutilmente del matrimonio presidencial y meterse de lleno en la gestión bonaerense para tratar de recomponer su imagen.
Un primer paso para avanzar en ese sentido consiste en sacarse de encima la pesada mochila de la conducción partidaria del PJ que Néstor Kirchner le impuso pocas horas después del rechazo del electorado en las urnas a la oferta oficial.
El gobernador Daniel Scioli empieza a contar los días hasta que la conducción del Partido Justicialista (PJ) pase a manos de una mesa chica y, finalmente, pueda volcarse de lleno a la gestión de gobierno.
De aquí a un mes, aproximadamente, Scioli, en su carácter de vicepresidente del partido a cargo de la presidencia, llamará al Consejo Nacional Justicialista para que designe una mesa de conducción y de esa manera quedará liberado de la responsabilidad que hasta ahora sólo le significó cuestionamientos y dolores de cabeza.
El mandatario provincial podrá ser o no integrante de esa mesa chica; no es su obsesión, pero habrá terminado entonces con su rol de normalizador del PJ. “Lo nuestro es la gestión y nos abocaremos a ella ni bien se encamine el proceso en el partido”, aclaró.
Sin embargo, Scioli ya no será el mismo que antes del domingo 28 de junio, en lo que respecta a su relación con Kirchner y con el fundamentalismo kirchnerista.
Lejos está el ex vicepresidente de la Nación (2003-2007) de romper filas con el matrimonio Kirchner, pero se mostrará más acorde con su propia personalidad. Esto se traduce en que entablará una buena relación con todos, sean peronistas oficialistas o disidentes u opositores.
Agenda
Prueba de ello es que el mandatario provincial ya tiene agendados encuentros con los opositores Francisco De Narváez y Margarita Stolbizer. Scioli ya se reunió con Martín Sabbatella y con los 134 intendentes de la Provincia en un claro gesto de apertura política que ahora busca profundizar.
Claro que la independencia del kirchnerismo la deberá ir construyendo con gestos concretos pero sin apurarse, ya que corre dos riesgos: que el Gobierno central corte el flujo de recursos a la Provincia, que atraviesa una situación financiera comprometida, y que la opinión pública vea en Scioli un
giro político repentino que podría volverse en su contra.
Lo concreto es que el gobernador ya tiene decidido avanzar en la construcción de un perfil político lejano al de los Kirchner. Pero todo es sutil y metódico.
Prueba de ello es que ayer el secretario general de la Gobernación, José “Pepe” Scioli, elogió el llamado al diálogo por parte del Ejecutivo nacional, al precisar que “la Presidenta mostró su voluntad de convocar y escuchar a todos los actores sociales y, unánimemente, hubo una respuesta positiva a esa convocatoria, así que tenemos las mejores expectativas para que ello se produzca”,
expresó.
En esa línea, José Scioli indicó que “ahora llegó el momento de mostrar con responsabilidad, sin especulaciones y con una enorme generosidad, las ideas y proyectos, dejar de lado mezquindades y no olvidar que el objetivo del diálogo es la voluntad en la búsqueda de consensos”.
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