“La gente ya no pone los pies en la tierra pelada. Sus manos se han alejado de hierbas y flores, no dirigen su mirada al Cielo, sus oídos están sordos al canto de los pájaros, su nariz se ha hecho insensible a causa de los humos de los tubos de escape y su lengua y su paladar han olvidado los sabores sencillos de la Naturaleza.
Los cinco sentidos han crecido aislados del orden natural. La gente se ha alejado dos o tres escalones del hombre verdadero...los verdaderos gozos y deleites del hombre eran un éxtasis natural. Esto sólo existe en la Naturaleza y se desvanece lejos de la Tierra. Un medio ambiente no puede existir fuera de la naturaleza, y así la agricultura deberá ser el fundamento para vivir. El retorno de toda la gente al campo para cultivar la tierra y crear aldeas de hombres verdaderos es el camino a seguir para la creación de ciudades ideales y naciones ideales”. M.Fukuoka.
La “sociedad del conocimiento” de la cual tanto se habla en Argentina, comienza por “desconocer” toda “sabiduría” que no sea patentable o que no produzca algún tipo de “retorno”, es por esta razón que cuando la humanidad y además, el Planeta tierra está inmerso en una de las crisis globales mas profundas, los estrados políticos ponen sus esfuerzos en procurar “inventos” de energía limpia y de trabajo verde con nuevos transgénicos y mas bioeconomía, que permitan el crecimiento y el consumo.
Como hacen habitualmente, los centros del “conocimiento” tildarán de retrógrados a todos quienes propongan otros caminos, otras formas más convivenciales, de compartir los bienes comunes que pertenecen a todos los seres humanos. Bienes de la creación, que intencionalmente se denominan recursos para que unos pocos se los apropien y privaticen, socavando la base misma de la soberanía alimentaria .Soberanía, que es el eje de las propuestas del Grupo de Reflexión Rural.
Nuestro GRR, ha tenido una experiencia muy intensa el día 22 de marzo de 2009, al recibir en la casa de Jorge E. Rulli, en Marcos Paz, a Panos Manikis, principal discípulo y difusor del método de agricultura natural de Masanobu. Fukuoka. Nacido en Grecia en el año 1951, Panos se recibió de ingeniero agrónomo, pero jamás trabajó como tal, desconforme con la propuesta agrícola que le ofrecía el mundo académico, comprometió los años de su juventud en la búsqueda de nuevos caminos. Fue en esa búsqueda como que llegó a sus manos un pequeño libro en inglés “La revolución de un rastrojo” de Masanobu Fukuoka, y fue sin dudas el día en que su vida comenzó a cambiar por completo. Hoy todas sus energías están destinada a llevar la palabra del maestro a quienes la solicitan y no sólo siembra verde en los desiertos sino que también, siembra semillas en los corazones de la gente”.
La agricultura natural es un método de agricultura desarrollado por el japonés Fukuoka, en el que no se necesitan maquinarias ni productos químicos, tan solo algo de trabajo y la capacidad de “sintonizar” con el entorno, haciéndose uno con los cultivos que se desarrollan. Tampoco es necesario labrar el suelo ni abonarlo. Su método de agricultura requiere menos labor que cualquier otro conocido. No causa contaminación y no necesita combustibles fósiles. En sus plantaciones de arroz de Japón, Fukuoka logró rendimientos tan altos como las explotaciones tradicionales más productivas. La diferencia fundamental es que Fukuoka practica la agricultura, cooperando con la naturaleza, en lugar de tratar de dominarla "conquistándola".
Los 4 principios de la agricultura natural son:
No trabajar, no arar ni dar vuelta la tierra;
No utilizar fertilizantes químicos, ni compost preparado;
No desmalezar mediante carpidas ni herbicidas.
Con un decir suave y pausado, con un portuñol aprendido en sus años jóvenes errantes, y en búsqueda del conocimiento, Panos Manikis cautivó a la concurrencia – unos 35 participantes, en su mayoría jóvenes - con sus propuestas concretas y experimentadas a lo largo de muchos años de prácticas agronómicas, a la vez que sacudió a todos profundamente con la dura verdad de que: “Todos quedan encantados con estas ideas, así como con la filosofía de la agricultura natural…pero veo muy pocos seguidores en la práctica”.
Durante el taller se confeccionaron las famosas bolitas de arcilla (nendo dango) usando una proporción de cuarenta partes de arcilla por parte de semillas mezcladas. Como semillas se usaron un conjunto de hortalizas de otoño invierno. Por la tarde se hicieron prácticas de sembrado de las bolitas de arcilla sobre el terreno previamente dispuesto y se realizaron algunas prácticas de poda de frutales. Se tuvo asimismo ocasión de ver proyecciones de trabajos realizados tanto en Grecia como en Japón, sobre grandes extensiones de zonas desérticas o arrasadas por incendios, donde se consideraba imposible recuperar esa naturaleza con los costos insignificantes y la mano de obra voluntaria del método Fukuoka. El camino de la Agricultura Natural de Fukuoka ha probado de esa manera, ser capaz de remediar y recuperar zonas extremadamente inhóspitas, ha probado ser capaz de reverdecer los desiertos y las montañas rocosas. Aunque no nos atrevimos a expresarlo en palabras, todos los participantes alimentamos con estas nuevas y revolucionarias experiencias, la posibilidad de recuperar nuestros suelos en franco proceso masivo de desertización y pérdida de fertilidad, debido a los actuales monocultivos transgénicos.
La “sociedad del conocimiento” de la cual tanto se habla en Argentina, comienza por “desconocer” toda “sabiduría” que no sea patentable o que no produzca algún tipo de “retorno”, es por esta razón que cuando la humanidad y además, el Planeta tierra está inmerso en una de las crisis globales mas profundas, los estrados políticos ponen sus esfuerzos en procurar “inventos” de energía limpia y de trabajo verde con nuevos transgénicos y mas bioeconomía, que permitan el crecimiento y el consumo.
Como hacen habitualmente, los centros del “conocimiento” tildarán de retrógrados a todos quienes propongan otros caminos, otras formas más convivenciales, de compartir los bienes comunes que pertenecen a todos los seres humanos. Bienes de la creación, que intencionalmente se denominan recursos para que unos pocos se los apropien y privaticen, socavando la base misma de la soberanía alimentaria .Soberanía, que es el eje de las propuestas del Grupo de Reflexión Rural.
Nuestro GRR, ha tenido una experiencia muy intensa el día 22 de marzo de 2009, al recibir en la casa de Jorge E. Rulli, en Marcos Paz, a Panos Manikis, principal discípulo y difusor del método de agricultura natural de Masanobu. Fukuoka. Nacido en Grecia en el año 1951, Panos se recibió de ingeniero agrónomo, pero jamás trabajó como tal, desconforme con la propuesta agrícola que le ofrecía el mundo académico, comprometió los años de su juventud en la búsqueda de nuevos caminos. Fue en esa búsqueda como que llegó a sus manos un pequeño libro en inglés “La revolución de un rastrojo” de Masanobu Fukuoka, y fue sin dudas el día en que su vida comenzó a cambiar por completo. Hoy todas sus energías están destinada a llevar la palabra del maestro a quienes la solicitan y no sólo siembra verde en los desiertos sino que también, siembra semillas en los corazones de la gente”.
La agricultura natural es un método de agricultura desarrollado por el japonés Fukuoka, en el que no se necesitan maquinarias ni productos químicos, tan solo algo de trabajo y la capacidad de “sintonizar” con el entorno, haciéndose uno con los cultivos que se desarrollan. Tampoco es necesario labrar el suelo ni abonarlo. Su método de agricultura requiere menos labor que cualquier otro conocido. No causa contaminación y no necesita combustibles fósiles. En sus plantaciones de arroz de Japón, Fukuoka logró rendimientos tan altos como las explotaciones tradicionales más productivas. La diferencia fundamental es que Fukuoka practica la agricultura, cooperando con la naturaleza, en lugar de tratar de dominarla "conquistándola".
Los 4 principios de la agricultura natural son:
No trabajar, no arar ni dar vuelta la tierra;
No utilizar fertilizantes químicos, ni compost preparado;
No desmalezar mediante carpidas ni herbicidas.
Con un decir suave y pausado, con un portuñol aprendido en sus años jóvenes errantes, y en búsqueda del conocimiento, Panos Manikis cautivó a la concurrencia – unos 35 participantes, en su mayoría jóvenes - con sus propuestas concretas y experimentadas a lo largo de muchos años de prácticas agronómicas, a la vez que sacudió a todos profundamente con la dura verdad de que: “Todos quedan encantados con estas ideas, así como con la filosofía de la agricultura natural…pero veo muy pocos seguidores en la práctica”.
Durante el taller se confeccionaron las famosas bolitas de arcilla (nendo dango) usando una proporción de cuarenta partes de arcilla por parte de semillas mezcladas. Como semillas se usaron un conjunto de hortalizas de otoño invierno. Por la tarde se hicieron prácticas de sembrado de las bolitas de arcilla sobre el terreno previamente dispuesto y se realizaron algunas prácticas de poda de frutales. Se tuvo asimismo ocasión de ver proyecciones de trabajos realizados tanto en Grecia como en Japón, sobre grandes extensiones de zonas desérticas o arrasadas por incendios, donde se consideraba imposible recuperar esa naturaleza con los costos insignificantes y la mano de obra voluntaria del método Fukuoka. El camino de la Agricultura Natural de Fukuoka ha probado de esa manera, ser capaz de remediar y recuperar zonas extremadamente inhóspitas, ha probado ser capaz de reverdecer los desiertos y las montañas rocosas. Aunque no nos atrevimos a expresarlo en palabras, todos los participantes alimentamos con estas nuevas y revolucionarias experiencias, la posibilidad de recuperar nuestros suelos en franco proceso masivo de desertización y pérdida de fertilidad, debido a los actuales monocultivos transgénicos.
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