La capital bonaerense y los municipios vecinos presentaron Basura Cero, puntapié inicial para salir del modelo CEAMSE y comenzar a gestionar sus propios residuos. En el medio, un paro de trabajadores reclamó por el cierre del relleno de Ensenada, una situación más que delicada para la futura gestión.
Una vez más, la gestión de los residuos se puso en el centro de la agenda pública. Esta vez, el disparador fueron los trabajadores del relleno que la CEAMSE administra en Ensenada. Se negaron a recibir la basura, porque dicen que el pronto cierre del centro repercutirá sobre sus fuentes de trabajo. Además, pidieron precisiones a los municipios de la región con cabecera en La Plata sobre su decisión de salirse del ente estatal responsable en la actualidad de la recolección y la disposición de la basura metropolitana.
El pasado 1 de septiembre se abrió un paréntesis, luego de largos días de idas y venidas, en la discusión que involucró a la Asociación Gremial de Obreros y Empleados de la CEAMSE (AGOEC), a la propia empresa pública encarga de la basura metropolitana, a las autoridades de la provincia de Buenos Aires y a los municipios que integran el Consorcio Región Capital (en adelante, “el Consorcio”) La Plata, Ensenada, Brandsen, Punta Indio y Berisso. Los ejes del conflicto: el cierre dispuesto por la Justicia bonaerense del relleno de Punta Lara en Ensenada y la creación de uno nuevo, que será operado por el Consorcio.
La problemática permite varias aristas. Por un lado, la Suprema Corte de Buenos Aires estableció en 2007 el cierre del relleno de Punta Lara por su impacto sanitario. Es uno de los tres que la CEAMSE utiliza para disponer los residuos de la metrópolis, una cantidad que ronda las 400 mil toneladas mensuales. El fallo judicial establece la creación de una planta alternativa. En medio de la causa judicial, los distritos del Consorcio decidieron salirse de la lógica CEAMSE y gestionar ellos mismos sus propios desperdicios. Lo hicieron amparándose en la ley 13.592, que la Provincia promulgó hace tres años. Así las cosas, el Consorcio promovió Basura Cero, una iniciativa que incluye la separación en origen, el reciclaje (acciones soslayadas por la CEAMSE) y la construcción de una nueva planta que permitirá recuperar el 50% de la basura.
En declaraciones al Id Metropolitano, Sergio Federovisky, de la Agencia Ambiental platense, remarcó: “Es una decisión política tomada. Faltan los pasos administrativos necesarios. De acuerdo con una ley provincial hemos decidido desarrollar nuestra propia política ambiental, y dentro de ella está la gestión los residuos”. El Gobierno bonaerense de Daniel Scioli avaló al Gran La Plata y autorizó el nuevo centro que reemplazará al de Punta Lara.
En ese marco, se desató durante varias semanas de agosto el conflicto que tuvo como protagonistas a los trabajadores de la AGOEC. Alertaron sobre la pérdida de fuentes de trabajos ante el cierre del relleno. Además, quieren participación en un futuro centro. “Queremos cuidar fuentes laborales. Tenemos experiencia en el trabajo en relleno y queremos que se nos tenga en cuenta en una futura gestión diferente a la actual. Estamos dispuesto a conversar”, aclaró a diferentes medios Rafael Cuyás, dirigente de AGOEC.
Sin embargo, desde el Consorcio observaron otra intencionalidad en la protesta. “Fue una extorsión del gremio en acuerdo con la CEAMSE para evitar que nos salgamos de esa lógica”, señaló Federovisky. En el mismo sentido se expresó Marcelo Martínez, de la ONG de Ensenada Nuevo Ambiente: “No es cierto que se pierdan fuentes de trabajo. Tenemos la experiencia del cierre de Villa Domínico, en la que no se perdieron puestos. Parece ser una maniobra contra el Consorcio por querer salirse de la CEAMSE”, afirmó a Id Metropolitano. La asociación es una activa militante por la clausura del relleno de Punta Lara.
De cualquier modo, el Consorcio incluyó en los pliegos de licitación del nuevo relleno una cláusula en la que se considera la situación de los trabajadores. “Pusimos que sea favorecida la empresa que de lugar a los empleados. Es un reclamo que puede ser legítimo. Igualmente, creemos que de fondo está nuestra salida de la CEAMSE”, describió Federovisky.
La nueva planta costará alrededor de 100 millones de pesos y contará con financiamiento de la provincia de Buenos Aires. Recibirá las 24 mil toneladas que el Consorcio produce mensualmente, con una población cercana al millón de personas. Los especialistas consultados para la elaboración de Basura Cero consideran que alrededor del 50% o 60% de los desperdicios es material orgánico aprovechable como energía, gas o compost. El nuevo esquema fue ratificado por las legislaturas locales.
“Tenemos expectativas por la experiencia del Consorcio. Creemos que es un buen paso para cerrar finalmente el relleno de Ensenada. De hecho nosotros trabajamos en un proyecto anterior muy parecido al de Basura Cero”, señaló Martínez. Igualmente, se mostró cauto: “Ya llevamos más de mil días en nuestro cronómetro de la impunidad. Hay una resolución de la Corte que los funcionarios y la CEAMSE desoyeron. No tienen alternativas. Buscan ganar tiempo para mantener abierta la planta”.
De concretarse la salida del Gran La Plata, se tratará del primer grupo de municipios en salirse del modo de gestión que desde hace 30 años lleva a cabo la CEAMSE. Hasta el momento, el ente estatal se ocupa del traslado y la disposición de toda la basura metropolitana. El eje de su accionar enfatiza en los rellenos sanitarios, soslayando otras políticas como la separación en origen o la reutilización. Los expertos coinciden en que su política fue exitosa hace décadas, ahora requiere un salto de calidad.
La ley provincial de gestión integral de los residuos, la citada 13.592, ofreció a los municipios metropolitanos que adhirieran o propusieran alternativas a la CEAMSE. El Consorcio jugó su carta con la presentación de Basura Cero. Con el tiempo habrá que evaluar con qué resultado.
Una vez más, la gestión de los residuos se puso en el centro de la agenda pública. Esta vez, el disparador fueron los trabajadores del relleno que la CEAMSE administra en Ensenada. Se negaron a recibir la basura, porque dicen que el pronto cierre del centro repercutirá sobre sus fuentes de trabajo. Además, pidieron precisiones a los municipios de la región con cabecera en La Plata sobre su decisión de salirse del ente estatal responsable en la actualidad de la recolección y la disposición de la basura metropolitana.
El pasado 1 de septiembre se abrió un paréntesis, luego de largos días de idas y venidas, en la discusión que involucró a la Asociación Gremial de Obreros y Empleados de la CEAMSE (AGOEC), a la propia empresa pública encarga de la basura metropolitana, a las autoridades de la provincia de Buenos Aires y a los municipios que integran el Consorcio Región Capital (en adelante, “el Consorcio”) La Plata, Ensenada, Brandsen, Punta Indio y Berisso. Los ejes del conflicto: el cierre dispuesto por la Justicia bonaerense del relleno de Punta Lara en Ensenada y la creación de uno nuevo, que será operado por el Consorcio.
La problemática permite varias aristas. Por un lado, la Suprema Corte de Buenos Aires estableció en 2007 el cierre del relleno de Punta Lara por su impacto sanitario. Es uno de los tres que la CEAMSE utiliza para disponer los residuos de la metrópolis, una cantidad que ronda las 400 mil toneladas mensuales. El fallo judicial establece la creación de una planta alternativa. En medio de la causa judicial, los distritos del Consorcio decidieron salirse de la lógica CEAMSE y gestionar ellos mismos sus propios desperdicios. Lo hicieron amparándose en la ley 13.592, que la Provincia promulgó hace tres años. Así las cosas, el Consorcio promovió Basura Cero, una iniciativa que incluye la separación en origen, el reciclaje (acciones soslayadas por la CEAMSE) y la construcción de una nueva planta que permitirá recuperar el 50% de la basura.
En declaraciones al Id Metropolitano, Sergio Federovisky, de la Agencia Ambiental platense, remarcó: “Es una decisión política tomada. Faltan los pasos administrativos necesarios. De acuerdo con una ley provincial hemos decidido desarrollar nuestra propia política ambiental, y dentro de ella está la gestión los residuos”. El Gobierno bonaerense de Daniel Scioli avaló al Gran La Plata y autorizó el nuevo centro que reemplazará al de Punta Lara.
En ese marco, se desató durante varias semanas de agosto el conflicto que tuvo como protagonistas a los trabajadores de la AGOEC. Alertaron sobre la pérdida de fuentes de trabajos ante el cierre del relleno. Además, quieren participación en un futuro centro. “Queremos cuidar fuentes laborales. Tenemos experiencia en el trabajo en relleno y queremos que se nos tenga en cuenta en una futura gestión diferente a la actual. Estamos dispuesto a conversar”, aclaró a diferentes medios Rafael Cuyás, dirigente de AGOEC.
Sin embargo, desde el Consorcio observaron otra intencionalidad en la protesta. “Fue una extorsión del gremio en acuerdo con la CEAMSE para evitar que nos salgamos de esa lógica”, señaló Federovisky. En el mismo sentido se expresó Marcelo Martínez, de la ONG de Ensenada Nuevo Ambiente: “No es cierto que se pierdan fuentes de trabajo. Tenemos la experiencia del cierre de Villa Domínico, en la que no se perdieron puestos. Parece ser una maniobra contra el Consorcio por querer salirse de la CEAMSE”, afirmó a Id Metropolitano. La asociación es una activa militante por la clausura del relleno de Punta Lara.
De cualquier modo, el Consorcio incluyó en los pliegos de licitación del nuevo relleno una cláusula en la que se considera la situación de los trabajadores. “Pusimos que sea favorecida la empresa que de lugar a los empleados. Es un reclamo que puede ser legítimo. Igualmente, creemos que de fondo está nuestra salida de la CEAMSE”, describió Federovisky.
La nueva planta costará alrededor de 100 millones de pesos y contará con financiamiento de la provincia de Buenos Aires. Recibirá las 24 mil toneladas que el Consorcio produce mensualmente, con una población cercana al millón de personas. Los especialistas consultados para la elaboración de Basura Cero consideran que alrededor del 50% o 60% de los desperdicios es material orgánico aprovechable como energía, gas o compost. El nuevo esquema fue ratificado por las legislaturas locales.
“Tenemos expectativas por la experiencia del Consorcio. Creemos que es un buen paso para cerrar finalmente el relleno de Ensenada. De hecho nosotros trabajamos en un proyecto anterior muy parecido al de Basura Cero”, señaló Martínez. Igualmente, se mostró cauto: “Ya llevamos más de mil días en nuestro cronómetro de la impunidad. Hay una resolución de la Corte que los funcionarios y la CEAMSE desoyeron. No tienen alternativas. Buscan ganar tiempo para mantener abierta la planta”.
De concretarse la salida del Gran La Plata, se tratará del primer grupo de municipios en salirse del modo de gestión que desde hace 30 años lleva a cabo la CEAMSE. Hasta el momento, el ente estatal se ocupa del traslado y la disposición de toda la basura metropolitana. El eje de su accionar enfatiza en los rellenos sanitarios, soslayando otras políticas como la separación en origen o la reutilización. Los expertos coinciden en que su política fue exitosa hace décadas, ahora requiere un salto de calidad.
La ley provincial de gestión integral de los residuos, la citada 13.592, ofreció a los municipios metropolitanos que adhirieran o propusieran alternativas a la CEAMSE. El Consorcio jugó su carta con la presentación de Basura Cero. Con el tiempo habrá que evaluar con qué resultado.
(Fuente: Informe Digital metropolitano).
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