La sociedad mejora si los ciudadanos pueden desarrollar sus talentos. Si el contexto político-institucional no lo permite, el cuerpo social empeora. Es la historia del avance de la civilización.
El talento es la capacidad de una persona para el ejercicio de una actividad. Cada persona, por causas neurológicas o fisiológicas tiene sus propios y distintos talentos, pero para que se desarrollen mejorando a la sociedad, cada una debe esforzarse y trabajar para perfeccionar su obra, desde la más modesta a la más destacada.
Nuestro país anula o destruye talentos con las burdas ficciones de justicia social o estado de bienestar basadas en que:- la sociedad es intrínsecamente injusta, dando a algunos lo que quita a otros, y que:- solo el Estado puede corregir esa injusticia. Los países que fueron políticamente pervertidos con esos mitos, impidieron el progreso social. En el caso argentino, empeoró a la sociedad y es causa del escándalo público de la indigencia. Además, transformó al Estado en un organismo incapaz y enfermo de corrupción.
Parafraseando: desarrollar los talentos para mejorar la sociedad requiere una disciplina tenaz y paciencia. El bienestar social lo produce el trabajo del hombre: nunca vendrá del cielo ni del Estado.
El talento es la capacidad de una persona para el ejercicio de una actividad. Cada persona, por causas neurológicas o fisiológicas tiene sus propios y distintos talentos, pero para que se desarrollen mejorando a la sociedad, cada una debe esforzarse y trabajar para perfeccionar su obra, desde la más modesta a la más destacada.
Nuestro país anula o destruye talentos con las burdas ficciones de justicia social o estado de bienestar basadas en que:- la sociedad es intrínsecamente injusta, dando a algunos lo que quita a otros, y que:- solo el Estado puede corregir esa injusticia. Los países que fueron políticamente pervertidos con esos mitos, impidieron el progreso social. En el caso argentino, empeoró a la sociedad y es causa del escándalo público de la indigencia. Además, transformó al Estado en un organismo incapaz y enfermo de corrupción.
Parafraseando: desarrollar los talentos para mejorar la sociedad requiere una disciplina tenaz y paciencia. El bienestar social lo produce el trabajo del hombre: nunca vendrá del cielo ni del Estado.
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