En la actualidad, existen métodos relativamente sencillos para detectar la enfermedad de Chagas. Mediante un simple análisis de sangre un individuo puede saber si es portador del parásito que causa la patología.
Resulta útil para el seguimiento clínico de los infectados y es de gran importancia en mujeres en edad fértil dado que puede realizarse el rastreo en el recién nacido y, en caso de haber adquirido la infección, implementar un tratamiento efectivo para curar la enfermedad.
Los doctores Guillermo Nuñez y Vanesa Chávez son bioquímicos de Manlab, Diagnóstico Bioquímico y Genómico (www.genesis-manlab.com.ar) indicaron que el Chagas es una afección causada por el parásito Trypanosoma cruzi, que ataca diversos órganos, principalmente corazón, esófago y colon.
"Aunque existen varias vías de transmisión, en la Argentina aproximadamente un 85% de los casos se originan por transmisión vectorial, es decir, a través de heridas en la piel de individuos susceptibles, causadas por picaduras de vinchucas portadoras del parásito. La segunda vía relevante es durante el embarazo.
Se han descrito también la vía de transmisión transfusional, por trasplante de órganos, la vía oral y por accidentes de laboratorio", indicaron los bioquímicos.
Los especialistas indicaron que "por ausencia de políticas públicas de prevención en países desarrollados, la primera de ellas es la responsable de la globalización del Chagas".
"La OMS considera a esta enfermedad como uno de los principales problemas de salud pública en América latina, en donde la Argentina es uno de los países endémicos para esta parasitosis.
La OMS estima que en Sudamérica alrededor de 10 millones de personas están infectadas por T. cruzi debido a las malas condiciones de vida, a la presencia de la vinchuca y a la insuficiencia de políticas públicas, entre otros", manifestaron.
Asimismo, en las últimas décadas se ha observado con mayor frecuencia en los Estados Unidos, Canadá, muchos países europeos y algunos del Pacífico Occidental a causa de la movilidad de la población latinoamericana. Nuevamente, la principal vía de transmisión son las transfusiones sanguíneas.
El consenso de 2010 define 2 fases clínicas de la enfermedad: la aguda, que se produce durante las primeras semanas de la infección, y la fase crónica, a la que algunos individuos pueden evolucionar y en donde se producen las afecciones en los órganos, principalmente el corazón (Argentina).
Aunque se cree que el tratamiento de la patología para los casos crónicos en adultos sólo permite aliviar los síntomas, puede curarse si se la detecta tempranamente (durante la fase aguda de la infección) mediante la administración de drogas antiparasitarias.
La detección se realiza mediante diversos métodos de laboratorio (parasitológicos y serológicos o bioquímicos) dependiendo de la fase de la infección y del estado inmunitario del individuo infectado.
Vale la pena destacar que la detección de enfermos de Chagas es clave ya que los casos importados en zonas en donde la vinchuca está establecida pueden desencadenar una secuencia de casos secundarios, es decir, los infectados pueden transmitir el parásito a vinchucas sanas que, a su vez, lo transmitirán a individuos sanos.
Los casos en mujeres embarazadas deben ser monitoreados para determinar la ocurrencia o no de transmisión congénita.
En individuos adultos portadores del parásito, su detección es fundamental para realizar el seguimiento clínico de la fase crónica y el cuidado de la calidad de vida del paciente.
En todos los casos, los pacientes y familiares deben estar bien informados sobre la prevención de la transmisión dado que la persona portadora no puede donar sangre ni órganos.
Por otra parte, según la Organización Panamericana de la Salud, las últimas estimaciones de casos (2006) indican que en la Argentina habría 7,3 millones de personas expuestas, 1,6 millones de infectadas y más de 300 mil afectadas por cardiopatías de origen chagásico.
La prevalencia de infección por T. cruzi en embarazadas fue de 6,8 % en el año 2000 y de 4,2% en 2009. En base a estos datos, se estima que cada año nacen 1.300 niños infectados por transmisión congénita.
Cabe consignar que 9/10 niños tratados en fase aguda y 7/10 tratados en fase crónica se curan. La prevalencia media de infección por T. cruzi en niños menores de 14 años fue de 1,5 % en 2009. (Asteriscos TV).
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