Tras una pésima elección del Frente para la Victoria, las versiones del pase del intentendente de Bahía Blanca, Gustavo Bevilacqua, al armado de Sergio Massa se acrecientan y desatan una guerra política. Desde la Rosada le piden a Scioli que haga reasumir al ministro de Producción, Cristian Breitenstein.
El complejo escenario político de Bahía Blanca se profundizó tras las elecciones primarias. Fuentes del sciolismo admiten hoy que Gustavo Bevilacqua podría saltar al armado del Frente Renovador tras las elecciones de octubre.
Hay señales claras: Bevilacqua no le puso al cuerpo a la campaña de agosto y el Frente para la Victoria terminó en cuarto lugar. "Soy dueño de pararme donde quiera", respondió horas después de la elección ante una pregunta sobre un eventual pase al massismo.
Otras: El intendente interino sigue manteniendo relaciones intactas con Dámaso Larraburu, histórico armador del peronismo en Bahía Blanca, que hoy trabaja para Sergio Massa.
Además, un concejal de Bevilacqua, Rafael Morini, ex secretario de Promoción Social de Bahía Blanca que se fue tras un escándalo con el programa Carnes para Todos, ya aseguró su pase al massismo.
Esa ciudad -la más importante del sudoeste bonaerense- quedó en el centro de la tormenta tras la elección. Allí se impuso el denarvaismo con su Frente por la Libertad y el Trabajo y el oficialismo quedó relegado al cuarto lugar.
El escenario es complejo para el kirchnerismo. Desde la Casa Rosada le apuntan por no haberse comprometido decididamente con la campaña. “Mi decisión fue no involucrarnos, considerando que se trataba de elecciones primarias. Por eso preferí no gastar en publicidad”, se excusó días después.
Desde el entorno del intendente dicen que tenía sus motivos: A último momento el diputado provincial randazzista, Marcelo Feliú, impulsó una colectora bajo el nombre del Frente Social que logró sacar el 8% de los votos. Votos que quizás hubieran sido del candidato de Bevilacqua que apenas llegó al 13%.
El jefe comunal no ocultó su malestar por esa lista y aseguró que le hubiese gustado dirimir la lista oficialista en una interna. "Será un debate que tendremos que hacernos de acá en adelante. Ahora los plazos ya pasaron aunque, en el cierre de listas, me hubiese gustado competir", dijo.
Las tensiones se vieron hoy cuando el kirchnerismo desembarcó para la firma del contrato para la construcción de una central termoeléctrica. Allí estuvieron Daniel Scioli, Martín Insaurralde y Julián Dominguez.
Pero en una de las fotos oficiales quedaron juntos el ministro de Produccción, Cristian Breitenstein (intendente electo pero con licencia), Bevilacqua y Feliú. Fue Julián Domínguez quien bromeó intentando romper el hielo del momento: “Esto es un milagro”, dijo al verlos juntos, inmóviles y en silencio.
La situación también es compleja para el sciolismo. Es que si Bevilacqua decide finalmente pasarse al massismo, desde la Rosada le pedirán a Scioli que reasuma Breitenstein.
Las fuerzas opositoras al Frente Para la Victoria se sumaron en el reclamo para que se garantice claridad en la conducción política de la región. “Lo que pasa es una vergüenza institucional. Se revolean por la cabeza la intendencia y es muy difícil que la gente lo procese porque el intendente ha pedido licencia, se fue de Ministro y dejó un jefe comunal suplente pero, ahora, se pelean por el lugar”, dijo al portal Letra P el diputado nacional por la UCR, Juan Pedro Tunessi.
La paradoja además es que Bevilacqua siempre fue considerado más kirchnerista que el propio Breitenstein parte del sciolismo. Hoy, entre ambos no tienen ningún tipo de contacto. Todos los puentes, aseguran en el entorno del Gobernador, están rotos. (La Política OnLine).
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