Tras la derrota en las urnas, la Casa Rosada decidió aumentar la cantidad de efectivos de Gendarmería en el conurbano. Está también en sintonía con reclamos de intendentes K.
Tras la derrota electoral en las primarias del pasado 11 de agosto, el Gobierno parece reaccionar ante el descontento de la sociedad por el tema de la inseguridad, decidió aumentar la Gendarmería Nacional en uno de las zonas más sensibles al delito: el conurbano bonaerense.
En los próximos días, se completará el relevo de gendarmes en el área metropolitana con un establecimiento de un dispositivo preventivo con 6000 efectivos aportados por destacamentos móviles, la reserva táctica de la fuerza federal, y de otras unidades del interior del país.
Los nuevos uniformados reemplazarán a los 3500 que actualmente prestaban servicio en la zona, en el marco del Operativo Centinela, con un aumento de 2500 hombres en relación al actual operativo.
Con estas nuevas medidas, el operativo regresa a los 6000 efectivos anunciado inicialmente, en diciembre de 2010, cuando se ordenó un despliegue de fuerzas federales en el Conurbano para combatir la "sensación de inseguridad".
El intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, reconoció que parte de la derrota kirchnerista en la provincia de Buenos Aires fue un castigo por los problemas con la inseguridad. "Lo que sucedió tiene que ver en un 70% con la inseguridad. Más allá de lo que podamos hacer con más cámaras, policías y Gendarmería, necesitamos que los jueces sean expeditivos", dijo.
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