Así lo indica un informe de la Unesco, en el que se advierte que en nuestro país se redujo en 13 puntos la brecha en jóvenes de 20 años de nivel económico bajo. Precisa que “Argentina mejoró en los últimos diez años en términos de cobertura, con los llamados planes de segunda oportunidad" para retomar estudios y completar el nivel medio o superior, como Fines y Progresar.
Latinoamérica avanzó en la última década hacia una mayor democratización en sus sistemas educativos y la reducción de algunas desigualdades, especialmente en el secundario, donde Argentina redujo en 13 puntos la brecha en jóvenes de 20 años de nivel económico bajo, según un estudio de la Unesco.
El informe del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IPE) de la Unesco, que se debate desde hoy en el X Foro Latinoamericano de la Educación, reconoce como uno de los mayores desafíos lograr "una mejora en los aprendizajes" en la región.
En esa meta intervienen "factores intra y extraescolares y varía de acuerdo a cada país", dijo Margarita Poggi, directora regional del IPE y responsable del trabajo.
Respecto de las desigualdades, el estudio detalla una disminución en especial en el segmento del nivel preescolar (menores de 5 años) del orden de los 12.5 puntos y en el grupo de entre 15 y 17 años, que se sitúa en los 10 puntos porcentuales. A esa reducción contribuyen "las políticas de extensión de la obligatoriedad de la educación, que en los 90 se fijó hasta los 15 años y en la década que arranca en el 2000 se estableció hasta la finalización del segundo ciclo de la secundaria", expuso Poggi.
"Las leyes marcan el horizonte hacia donde quiere apuntar un país", dijo la experta y señaló que "Argentina mejoró en los últimos diez años en términos de cobertura, con los llamados planes de segunda oportunidad" para retomar estudios y completar el nivel medio o superior, como Fines y Progresar.
El informe destaca que en la última década Argentina redujo la brecha en 13 puntos en jóvenes de 20 años con nivel secundario completo que provienen de un nivel socioeconómico bajo y en el 14,8 de los que provienen de sectores medios.
Chile y Bolivia lideran ese segmento, con reducciones de 23,7 y 23,6 puntos, respectivamente, mientras que Colombia, Perú y El Salvador son los dos únicos países latinoamericanos que aumentaron la brecha en este nivel socieducativo.
Poggi destacó que a nivel regional "se sigue constatando que la desigualdad en el acceso a la educación está distribuida en los diversos grupos sociales y afecta de manera más marcada a los sectores más pobres".
Reducir las brechas sociales y geográficas en el secundario "es uno de los mayores desafíos para las políticas educativas en los próximos años en Latinoamérica, especialmente si se quiere cumplir con las leyes que los Estados vienen definiendo para ese nivel", remarcó. Otro desafío regional pendiente "es la mejora de los aprendizajes, en lo cual intervienen factores intra y extraescolares", indicó.
Entre las causas intraescolares, detalló, mejorar el clima en la escuela "es uno de los principales" desafíos y resolverlo demanda "un mayor liderazgo de los directivos". "Los últimos casos de violencia son la contracara de un ambiente educativo", expresó la directora del IPE y añadió que en los últimos años "se produjo en las escuelas una visibilización de la diversidad".
Un estudio del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) destacado en el informe ubica al clima escolar -el agrado y la tranquilidad que siente el alumno en el colegio y en relación con sus compañeros- entre otros factores, como "la variable intraescolar que mayor influencia ejerce en el rendimiento de un alumno".
El estudio del IPE enumera mecanismos de segregación social que contribuyen a la exclusión de niños, adolescentes y jóvenes en la región y coloca en primer lugar "la ausencia de la gratuidad en el acceso y permanencia en la educación obligatoria".
También menciona la infraestructura edilicia, el equipamiento y los mecanismos de selección encubierta de alumnos que realizan algunas escuelas basados en normas no escritas, como enviar a los repetidores a otro turno o directamente a otro colegio. "La repitencia en la región se ve como un factor negativo, no como un factor de remediación del año no aprobado, ya que el alumno que repite el año generalmente disminuye su rendimiento escolar", advierten los expertos de la Unesco. (Inforegión).
El informe del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IPE) de la Unesco, que se debate desde hoy en el X Foro Latinoamericano de la Educación, reconoce como uno de los mayores desafíos lograr "una mejora en los aprendizajes" en la región.
En esa meta intervienen "factores intra y extraescolares y varía de acuerdo a cada país", dijo Margarita Poggi, directora regional del IPE y responsable del trabajo.
Respecto de las desigualdades, el estudio detalla una disminución en especial en el segmento del nivel preescolar (menores de 5 años) del orden de los 12.5 puntos y en el grupo de entre 15 y 17 años, que se sitúa en los 10 puntos porcentuales. A esa reducción contribuyen "las políticas de extensión de la obligatoriedad de la educación, que en los 90 se fijó hasta los 15 años y en la década que arranca en el 2000 se estableció hasta la finalización del segundo ciclo de la secundaria", expuso Poggi.
"Las leyes marcan el horizonte hacia donde quiere apuntar un país", dijo la experta y señaló que "Argentina mejoró en los últimos diez años en términos de cobertura, con los llamados planes de segunda oportunidad" para retomar estudios y completar el nivel medio o superior, como Fines y Progresar.
El informe destaca que en la última década Argentina redujo la brecha en 13 puntos en jóvenes de 20 años con nivel secundario completo que provienen de un nivel socioeconómico bajo y en el 14,8 de los que provienen de sectores medios.
Chile y Bolivia lideran ese segmento, con reducciones de 23,7 y 23,6 puntos, respectivamente, mientras que Colombia, Perú y El Salvador son los dos únicos países latinoamericanos que aumentaron la brecha en este nivel socieducativo.
Poggi destacó que a nivel regional "se sigue constatando que la desigualdad en el acceso a la educación está distribuida en los diversos grupos sociales y afecta de manera más marcada a los sectores más pobres".
Reducir las brechas sociales y geográficas en el secundario "es uno de los mayores desafíos para las políticas educativas en los próximos años en Latinoamérica, especialmente si se quiere cumplir con las leyes que los Estados vienen definiendo para ese nivel", remarcó. Otro desafío regional pendiente "es la mejora de los aprendizajes, en lo cual intervienen factores intra y extraescolares", indicó.
Entre las causas intraescolares, detalló, mejorar el clima en la escuela "es uno de los principales" desafíos y resolverlo demanda "un mayor liderazgo de los directivos". "Los últimos casos de violencia son la contracara de un ambiente educativo", expresó la directora del IPE y añadió que en los últimos años "se produjo en las escuelas una visibilización de la diversidad".
Un estudio del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) destacado en el informe ubica al clima escolar -el agrado y la tranquilidad que siente el alumno en el colegio y en relación con sus compañeros- entre otros factores, como "la variable intraescolar que mayor influencia ejerce en el rendimiento de un alumno".
El estudio del IPE enumera mecanismos de segregación social que contribuyen a la exclusión de niños, adolescentes y jóvenes en la región y coloca en primer lugar "la ausencia de la gratuidad en el acceso y permanencia en la educación obligatoria".
También menciona la infraestructura edilicia, el equipamiento y los mecanismos de selección encubierta de alumnos que realizan algunas escuelas basados en normas no escritas, como enviar a los repetidores a otro turno o directamente a otro colegio. "La repitencia en la región se ve como un factor negativo, no como un factor de remediación del año no aprobado, ya que el alumno que repite el año generalmente disminuye su rendimiento escolar", advierten los expertos de la Unesco. (Inforegión).
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