Marcelo Longobardi contó en Radio Mitre su encuentro con el presidente Mauricio Macri:
Los periodistas políticos, los dueños de los medios, los directores de los diarios, los columnistas, por lo general hablan con los funcionarios y hablan con los presidentes. Y esto es una cosa normal, que ocurre en los países democráticos. Una práctica muy saludable, que en la Argentina más o menos, existió con todos los presidentes, hasta los Kirchner.
Yo recuerdo que el más normal de todos había sido Duhalde, que tenía una relación con los periodistas políticos de un diálogo, no te digo permanente, pero bastante fluido.
Yo he tenido estas relaciones con casi todos los presidentes de Argentina. Agarré el final de Alfonsín, he tenido varias conversaciones, mejores o peores, con Menem, bastantes normales con los presidentes Duhalde y De la Rúa. Y algunas conversaciones con los Kirchner, algunas de las cuales he hecho públicas, sobre todo después de la muerte de Néstor Kirchner, y sobre todo mi última reunión con él, que fue una reunión violenta.
Esta práctica saludable ha regresado con el presidente Macri. Y ha regresado, yo entiendo que con muchos de nuestros colegas con los que el Presidente mantiene conversaciones de algún nivel, con naturalidad, con franqueza y con intercambios de información normales, en lo que es un país democrático.
Yo he tenido oportunidad de conversar en privado tres veces con el presidente Macri, desde que es presidente, la última vez fue el domingo pasado. Y tenía muchas ganas de contarlo. He tenido una conversación larguísima con el presidente Macri.
Una cosa rarísima, de la normalidad que rodea la vida del presidente Macri un fin de semana. El presidente Macri no está en Olivos los domingos, está en su casa. En una vida totalmente normal, como puede ser la mía o la suya. El café lo sirve la señora de Macri. El Presidente se sienta y hace hasta preguntas. Una cosa rarísima, sobre todo considerando mis últimas experiencias, que en vez de recibir preguntas recibía trompadas, agresiones, incluso insultos.
Macri es un tipo que no ha cambiado mucho.
La segunda cosa que me llamó la atención, es que en materia judicial y en materia de libertad de expresión, el Presidente no interviene. El Presidente entiende que está pasando un muy mal momento económico, y entiende que no tiene más remedio, y lo encontré muy dispuesto a pagar el costo que significa salir del extravío económico argentino.
El Presidente entiende que las encuestas lo respaldan.
Me llamó la atención ver al Presidente como entretenido, viendo como el peronismo enloquece ante la presencia de lo que él entiende, es un cuerpo extraño, que son ellos. Son el antisistema contra el sistema. Las alianzas políticas, y los gobernadores, y las elecciones del 2017, no son una preocupación para el presidente Macri.
Finalmente, encontré un tipo mucho más duro de lo que se ve. Para adentro, para adentro de su gobierno, el Presidente es un tipo muy duro, y para afuera también. (Contexto Tucumán).
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