(De la edición gráfica Nº 546). Entrevista a Lucrecia Lencina, artista y profesora de danzas, es de malvinas Argentinas y desarrolla su actividad docente en el GT, Gimnasio teresa, ubicado en el barrio La Cabaña.
En silencio ha construido una carrera artística que le ha permitido pisar los principales escenarios del país y muchos del exterior.
Con ideas firmas y convicción sabe hacia adonde apunta y va y asi nos habló:
Lucrecia Lencina: -bailo desde muy chica, pase por varios estilos, danza jazz, hip hop, regaetton, me gusta aprender mucho, es mi característica fundamental, aprender y encarar cosas nuevas.-
Periodista: -¿de dónde nace la pasión por la danza?-
L. L.: -Nace sin querer, mi mamá es profesora de gimnasia y me obligaba a hacer gimnasia desde muy chiquita, hasta que un día dije… a mi no me gusta hacer esto, pero me gusta el ambiente, la actividad del ambiente, relacionarme con gente, aprender. Así que me llevó a una academia, ahí comencé y nunca más lo deje.-
P.: -¿Por qué opción de la danza comenzó?-
L. L.: -Arranque por la danza jazz y los ritmos latinos pero bailándolos muy mal, no era lo que me llenaba en realidad, pero era lo que había y lo que había empezado. Hasta que un día, en un espectáculo que participe, conocí un profesor que bailaba en el escenario hip hop y sentí el click. Comencé a tomar clases con él, a conocer más el hip hop y el regaetton que es lo que más me gusta.-
P.: -¿Cómo se va llevando el aprender y la evolución?-
L. L.: -Con práctica, no quedarse, evolucionar, hoy que sigo tomando clases, nunca deje de hacerlo, más allá de haber terminado un profesorado, haber empezado otro, tener siempre un profesor al lado que va corrigiendo cosas.-
P.: -De alumna a profesora, ¿cómo se vive?-
L. L.: -En poco tiempo fue, porque di clases mientras las tomaba, pero se va viendo que uno en determinado momento entra como pollo mojado, está atrás de una clase, le sale todo mal, no engancha nada, pero se le pone ganas y esfuerzo y un día le pones pila y podes enseñar lo que tanto te costo aprender.
Por eso me da cosa, cuando viene alguien y me dice… “No me sale”… No… no te sale… no… “Hoy no te sale”… te va a salir, con práctica, con esfuerzo, es un camino largo que nunca va a terminar.-
P.: -Hablamos de la profesora… ¿Dónde ubicamos a la artista?-
L. L.: -Uyyy, creo que a veces la artista se pierde, uno se involucra más por la rama de la docencia y deja de lado lo que es el artista. A veces uno se olvida que es artista, que puede mostrarse y la verdad que a veces lo pienso y que es una pena, que no bailo y ahí tomó clases y trato de incentivar más a la artista.
Pero hay satisfacciones, como por ejemplo entrar a una clase y ver alumnos que están hace más de diez años y siguen.
Otra satisfacción es que una de mis mejores amigas, la conocí dando clases y ahora me reemplaza cuando no puedo dar clases.-
P.: -Muchas veces un artista, tiene otras facetas en la vida cotidiana, que no se ven, ¿Cómo se acomodan esos caminos paralelos?-
L. L.: -No es fácil, hubo épocas en las que no dormía casi, pero jamás hubiese suspendido una actuación o una clase, un ensayo, es complicado, pero es lo que a uno le gusta.
De estudiar en la universidad, levantarse temprano para ir a trabajar y después llegar al ensayo muerta, pero que te da todas las pilas para seguir.
Es complicado, pero creo que todos los pueden hacer, si uno lo quiere, lo hace, no es imposible.-
P.: -¿Cuánto influye en el arte o la docencia tener una formación universitaria?-
L. L.: -Muchísimo, planifico mejor las clases. Darle un buen formato, anual, semestral.
De cada clase tengo la planificación hecha, minutos estoy, intensidad, estar ordenada.
Soy obsesiva con la planificación, ayuda mucho. Además suma para el trato pedagógico con los chicos, con los adolescentes. Sin la formación universitaria hubiese costado más.-
P.: -¿Cómo está de la danza en la región?-
L. L.: -Es caro estudiar danza, pertenecer al mundo de la danza, de todas maneras Malvinas tiene muchos artistas que han surgido.
A veces no tomamos conciencia de cuanta gente capacitada que hay. Hay una gran evolución. Cada vez más gente bailando, haciendo actividades, dedicándose a la danza.
Antes no se encontraba esto. Ahora hay escuelas, muchos profesores, cada vez más y está buenísimo.-
P.: -¿Por qué el perfil tan bajo?-
L. L.: -No se… siempre lo pienso y me digo, hoy voy salir y me la voy a creer, pero no me sale.
Soy como soy y pienso más en la unidad del grupo, en la fuerza de la unión, no solamente en mi, quizás sea eso-
P.: -¿Cómo se acomoda, escuela, danza y familia?-
L. L.: -Mi familia es muy compañera, muy compañeros todos. La mayoría son músicos, menos yo. Soy la oveja negra, la única que no se dedicó a la música.
Mi pareja también siempre está, los chicos, la escuela también, llegan a los ensayos, son puntuales, no se pierde tiempo.-
P.: -¿Dónde ubico a Lucrecia?-
L. L.: -Lucrecia está en todos lados, porque trabaja, estudia, da clases.
Las clases las estamos dando en Ing. Pablo Nogués, barrio La Cabaña, mi origen y lugar de toda la vida.
He tenido como un compromiso que siempre iba a dar clases ahí, quizás alguna vez cambie, pero soy de La Cabaña. Ahí nos pueden encontrar todos los martes y jueves, Nazca 4477, Nazca y Morse.-
P.: -¿Se puede crecer desde un barrio?-
L. L.: -Siiiii… hoy vivo en Villa de Mayo y como no recordar a Hernán Piquin, por citar un ejemplo.
Hay mucha gente que no tiene su fama, pero ha crecido muchísimo.-
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