Por iniciativa impulsada por la Subsecretaría de Políticas Públicas de Juventudes del municipio. El objetivo del programa es la recuperación del espacio público por medio del arte y fortalecer así los lazos sociales entre las familias del distrito.
El arte es una forma de expresión que se puede transmitir de diferentes formas y por distintos canales. El muralismo urbano es una de esas posibles maneras en que la juventud comprometida con su tiempo y gran protagonista en la última década en el espacio público, trata de comunicar su pensamiento con trazos y colores que combinados conforman una idea, una opinión, un punto de vista de la historia.
En Malvinas Argentinas los jóvenes tomaron como propia la bandera de ser parte de los acontecimientos, por lo que el municipio creó la Subsecretaría de Políticas Públicas de Juventudes, con Solange Jiménez a la cabeza.
“Los programas generan inclusión e identidad en los barrios. Con los murales planteamos una actividad de participación ciudadana pero también insistimos para que tengan sus propias iniciativas”, remarca Solange.
La juventud organizada puso en marcha su proyecto de “Murales participativos” en los barrios, promoviendo el desarrollo social, educativo y cultural en el distrito. “El muralismo es la palabra hecha colores; es la memoria en las fachadas”, sostienen.
Los murales varían según los acontecimientos, como el que se pintó para el 2 de abril en conmemoración por los caídos de la Guerra de Malvinas; o el de La Última Cena para Pascuas. O bien se plasman las ideas de los alumnos para hacer de las instituciones educativas, un lugar cercano, amigable y que genere sentido de pertenencia, como lo hecho en la reinauguración del Jardín de Infantes Comunitario de Pablo Nogués.
Así, por intermedio de la creación de este nuevo espacio, surge un nexo altamente demandado y necesario, entre la juventud y la administración pública.
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