Esta cifra corresponde al banco de datos con que cuenta la Oficina Municipal de Empleo. Muchos buscan un segundo trabajo. Mientras tanto, lleva adelante operativos en barrios y localidades. Días atrás, en San Fermín, se anotaron un promedio de 20 mujeres por hora.
Los operativos descentralizados que la Oficina Municipal de Empleo comenzó a implementar recientemente pueden mostrar un fotograma de una película compleja como es la búsqueda de trabajo como así también ofrecer un panorama aproximado de la situación laboral que atraviesan muchos vecinos en el distrito.
Hasta ahora, los operativos se desarrollaron en la Casa de la Juventud que funciona en barrio El Quinto, en la sociedad de fomento de Villa del Parque, en la Delegación Municipal de Carlos Keen y la semana pasada en el CIC de barrio San Fermín.
Cada lugar mostró distintas realidades. Prematuro resulta para los responsables de la Oficina Municipal trazar cuál es el cuadro de situación, aunque esperan tener una evaluación más precisa cuando sumen otros barrios y localidades, algo previsto para los próximos meses.
Mientras tanto, este miércoles el operativo se trasladó a la zona más pobre de Luján. Por el CIC de barrio San Fermín pasaron vecinos tanto de éste como de otros barrios cercanos a dejar sus curriculums o simplemente anotarse en el banco de datos con la ilusión de conseguir -vía municipio- un empleo estable, mejor remunerado y en blanco.
La licenciada Belén Rodríguez y coordinadora del área, comentó como dato llamativo que a poco de haber comenzado el dispositivo ya se habían acercado unas 20 personas, ritmo que se sostenía por hora. Un número más que significativo en relación a los anteriores operativos.
Por la Casa de la Juventud lo hicieron unos 25 jóvenes, casi la misma cantidad de personas llegaron a Villa del Parque mientras que en Carlos Keen se inscribieron 11 personas con necesidad de tener un primer trabajo o mejorar su situación laboral a partir de un segundo empleo.
En San Fermín, la mayoría de las interesadas fueron mujeres y predominantemente jóvenes casi todas con uno o más hijos. Todas buscan un trabajo que no sea precarizado y tener un horizonte más promisorio que cuidar niños, atender un kiosco o realizar tareas domésticas sin ser registradas por los empleadores.
Dentro de este grupo de vecinas había personas sin estudios como así también llegaron a traer el CV vecinas con terciario incluso cumplido.
La presencia mayoritaria de mujeres para la licenciada Rodríguez puede explicarse por el momento del día, dado que a la mañana los hombres suelen estar ocupados ya sea trabajando o haciendo una changa.
“Nos enteramos por Facebook. La idea es venir a buscar trabajo. No tengo mucha experiencia pero espero empezar a trabajar para tener más experiencia”, dijo Daiana, mamá de dos hijos pequeños y residente en Santa Marta quien se ilusiona con poder terminar la casa y mejorar la situación familiar en caso de conseguir empleo. “A mí me viene bien cualquier cosa”, sostuvo quién llegó acompañada por Laura, vecina del mismo barrio, madre de cuatro criaturas y con la necesidad imperiosa de trabajar. “Estuve de niñera, panadera, moza. Trabajo desde los 11 años. Es la primera vez que vengo a la Oficina de Empleo y espero tener suerte porque la verdad es que necesito trabajar para seguir adelante”.
EN ASCENSO
La afluencia de personas que acuden a la Oficina Municipal de Empleo se viene incrementando desde hace un año, a pesar que muchos vecinos no tengan conocimiento que existe esta estructura en el Estado Municipal.
Integrar el listado oficial no implica que puedan ser llamados a trabajar en la Municipalidad, como es la creencia que algunos tienen. La Oficina de Empleo además de anotar, brinda cursos de capacitación enfocados muchas veces a oficios. De hecho, por estos días hay unos 60 vecinos inscriptos para un curso de electricidad que, si bien no saldrán matriculados, al menos tendrán una base para poder perfeccionarse si así lo desee más adelante. Y muchos de los anotados, son mujeres.
Según la coordinadora del área en dependencias suman unos 4.000 los curriculums presentados y si bien la cifra supera con holgura la oferta laboral, del total hay un gran porcentaje que ya tiene un trabajo y lo que busca es un sub empleo o segundo trabajo.
A través de los distintos planes que ofrece la Oficina, se cuenta con un abanico de posibilidades para conseguir un primer empleo o reinsertarse, en el caso de quienes tuvieron un trabajo y lo perdieron. Dentro del panorama de oportunidades, se ofrecen los entrenamientos laborales, por el cual empresas o comercios locales acuden a la oficina en busca de mano de obra.
Tras una selección el perfil de las personas disponibles, ya sea edad, capacitación o no que tenga en el rubro y otros detalles, la persona se reinserta en el ámbito laboral.
Los integrantes de la Oficina de Empleo dan cuenta de una realidad que se palpa desde afuera y que complica aún más la ocupación de quienes integran la población económicamente activa: salvo excepciones cada vez más acotadas, no existe una cultura del trabajo en muchos de quienes se presentan en la Oficina.
De 25 años en adelante es el perfil mayoritario de quienes buscan trabajo en Luján, y si bien los números son parejos, hay más mujeres detrás de un empleo que no sea precarizado.
Aunque no lleva a cabo una encuesta de indicadores del mercado de trabajo en el municipio, la caja de repercusión que es la Oficina de Empleo sirve para estimar, al menos, una aproximación a la desocupación de la población laboralmente activa. (El Civismo).
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