El Concejo Deliberante distinguió a los pilarenses que compitieron en la categoría. El Vasco Oyhanart llegó en el histórico Ford Falcon subcampeón y fue ovacionado.
El Honorable Concejo Deliberante rindió homenaje a los expilotos pilarenses de Turismo Carretera, en un emotivo acto que se llevó a cabo ayer por la mañana en el salón de sesiones del palacio municipal.
La ceremonia fue encabezada por el presidente del HCD, Gustavo Trindade, y contó con la participación del secretario general de la Asociación Corredores de Turismo Carretera (ACTC), Rubén Gil Bisella, el director del área de Turismo, Fabián Martínez, y el intendente de Campana, Sebastián Abella.
El acto se realizó en sintonía con los festejos por los 80 años del TC y fueron distinguidos todos los pilotos locales que supieron representar al distrito en la categoría en las décadas de 1960, 1970, 1980 y 1990.
Los agasajados
Así, bajo la ordenanza 298/17, se homenajeó a Osvaldo Lynn, Carlos Lynn, Daniel Perlo, Ángel Becco, Javier Azar, Gustavo Fontana, Roberto Videle, Mariano Oyhanart y Jorge Oyhanart, quien llegó a la plaza 12 de Octubre en su emblemático Ford Falcon blanco con vivos azules y se llevó la gran ovación de la mañana de ayer.
Recuerdos
También hubo menciones especiales para los recordados Ítalo Florencio Armando Píccolo, Carlos Luaces y Hugo Lavallén. "Todos, en mayor o menor medida, hicieron grande al TC”, destacó Gil Bisella.
La entrega de diplomas estuvo precedida por un video que repasó la trayectoria de cada uno de los homenajeados. La secuencia de imágenes regó el salón con un fuerte sentimiento de añoranza por la época en la que el TC recorría las rutas del país. Eran tiempos de pilotos-mecánicos, de peñas en los talleres y de un espíritu amateur que hoy está prácticamente erradicado del ambiente.
Esas características, propias del automovilismo argentino anterior al nuevo milenio, engloban a todos los distinguidos desde Píccolo, pionero del automovilismo local que debutó en 1962, hasta Javier Azar, el único de los agasajados que no pudo asistir a la ceremonia (asiste a su hijo Diego Azar, que está compitiendo en el TRV6 con su equipo, en Rosario).
El público colmó el salón de sesiones y aplaudió cada imagen, del primero al último de los hombres y máquinas que llevaron la bandera de Pilar por las rutas del país, pero nada equiparó el fervor que desató cada aparición del Falcon de Oyhanart en acción por los circuitos semipermanentes.
La idolatría por la figura del Vasco sigue tan intacta como en sus épocas de gloria deportiva y una muestra de ello fue la presencia de varios fanáticos del óvalo que se acercaron con banderas y posters de Oyhanart para llevarse un autógrafo y una foto con su ídolo.
Luego de la ceremonia y aprovechando el marco de una reunión inédita con todos los teceítas de Pilar, hubo tiempo para el clásico intercambio de anécdotas cultivadas alrededor de los motores. Fanáticos y protagonistas, agradecidos. (Pilar a Diario).
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