domingo, abril 13, 2008

¿DIALOGO? ¿CONSENSO?. Por Diputado Juan A. GOBBI

BUENOS AIRES, Abril 13, (PUNTO CERO) La gente de campo se posicionó obviamente en los sectores rurales, pero también en los sectores urbanos.
Las medidas adoptadas por el Gobierno fundamentalmente respecto a la soja y al girasol, asoció en cadena a los productores tamberos y ganaderos, que vienen sufriendo desde hace tiempo en silencio. Unió a entidades ruralistas que representan sectores del campo diferentes.
Se agolparon en las rutas – a veces detrás de sus dirigentes otras autoconvocados- y las cortaron solo para los camiones que transportaban productos del sector agrícola – ganadero y de industrias relacionadas al mismo.
El Gobierno se desorientó, nunca lo habían enfrentado con tanta decisión, tanta difusión y en paz. Analizó erróneamente que el diálogo implicaba rendición. Fue para adelante, a ciegas, con un discurso áspero y prepotente, y en lugar de buscar la calma logró que sectores urbanos salieran a realizar los viejos pero efectivos cacerolazos.
A estos argentinos que trabajan los enfrentó con las fuerzas de choque pagas que adhieren al gobierno.
Se vio por televisión nadie nos lo contó, los ánimos se caldearon más, el Gobierno caminaba hacia el abismo redoblando la apuesta con una actitud pendenciera y rechazando el diálogo.
Como expresa un periodista, "lo ocurrido, resume la confusión de un Gobierno a la defensiva que muestra su peor cara lastimándose a sí mismo y pagando altos costos políticos por convertir en un tsunami un problema con el campo que era un vaso de agua si se aplicaba el sentido común"[1].
Al final el Gobierno buscó el diálogo y el consenso, generando una apertura a medias, pero abandonando la actitud de quebrar el movimiento y ponerlo de rodillas.
Hubo idas y vueltas, con más discursos erráticos, hasta que llegó una solución que si bien no satisfizo a todo el sector, logró aplacar los ánimos, levantar los cortes y restaurar la paz social.
Lo ocurrido en principio dejó en claro que en primer lugar el sector agropecuario acaba de descubrir una fortaleza que desconocía y las formas de interactuar con el Gobierno han cambiado, y en segundo lugar han logrado informar con claridad a la gente que ya sea por vía de impuestos o retenciones, es uno de los sectores que permitió el parcial resurgimiento del país. Es mas, lograron introducir con sencillez pero con contundencia la existencia de un país "Federal" en lo institucional, pero " Unitario" en la distribución de recursos.
Para entender lo que significa la concentración de recursos en sede Nacional basta ver que el total de las retenciones estimadas de la provincia de Buenos Aires, que es de $13.621.512.854,84, equivale a 5 presupuestos y medio de Salud; a 1,20 presupuestos de Educación; a 14 presupuestos y medio de Obras Públicas y a 4 presupuestos y medio de Seguridad.
Semejante aporte que producen la provincia de Buenos Aires, es absorbido por el Tesoro Nacional, sin que un solo peso se coparticipe a la misma.
Está claro que se podrían realizar, muchas cosas para el bienestar de la gente, si hubiera una equitativa distribución de la renta Nacional.
Es necesario entonces el diálogo y la búsqueda de consensos. Un viejo diputado define con una frase al Gobierno de los Kirchner, "Siempre logran por violación lo que pueden conseguir por seducción"[2]. Bueno esta vez no lo lograron, por el contrario ocurrieron cosas inimaginables pero positivas a saber:
1. El Gobierno tuvo que retroceder antes de caer al abismo, y establecer mecanismos de diálogo y consenso.
2. Los sectores ruralistas se unieron y mostraron un poder robusto, pero aprendieron que solos no pueden y abrazaron con afecto el apoyo de los sectores urbanos.
3. Los sectores agropecuarios plantaron la bandera de la distribución, bregando por un país federal en lo institucional y en la asignación de recursos, y esto constituye un paso muy importante para construir un país con igualdad de oportunidades.
4. Hay certeza de lo que ocurrió y hay una cuasi-certeza que el Gobierno debe haber aprendido la lección de que es necesario dejar la prepotencia, la arrogancia y abrazar la humildad que establezcan los cimientos de un diálogo profundo que permitan consensos duraderos.
Ha sido un momento difícil. Dejó lecciones, muchas de ellas muy buenas. Ha quedado en claro que la violencia verbal o física no conduce a ningún lado. Es necesario entonces y fundamentalmente eliminar el peso de la violencia entre hermanos la cual es una responsabilidad del conjunto de la ciudadanía, pero fundamentalmente del Gobierno.
De esta manera seguiremos creciendo en paz, buscando el bienestar de la gente y la distribución equitativa de la riqueza y bregando por un país Federal en todas sus formas – Todo esto se puede cristalizar con diferencias, pero con diálogo y sin violencia- No es poca cosa…
[1] Alfredo Leuco (Diario Perfil – Sábado 29/03/08)
[2] Idem (PUNTO CERO).

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