El Colegio de Escribanos porteño informó que en abril se escrituraron 3.718 operaciones por un total de 1.037 millones de pesos, con una baja interanual del 35,5 por ciento. Si se consideran los datos del cuatrimestre, el número de escrituras acumuló en ese período una caída del 39,0% y, medida en pesos, la baja fue del 31,8%, con respecto al período enero-abril de 2008.
En la comparación mensual, en abril se concretaron un 2,6% más de escrituras que en marzo, y el monto total superó al del tercer mes del año por un 3 %.Hasta aquí los fríos datos estadísticos.
Como siempre se recuerda deste este espacio, la relevancia de este informe sobre la compraventa de inmuebles consiste en que es un indicador –uno de los pocos– del mercado inmobiliario. Es muy utilizado también por la confiabilidad que tiene, lo cual no es un dato menor.
Hay que tener en cuenta que la operación de compraventa reflejada se realizó al menos 60 a 90 días antes o más, y que no todas las escrituraciones responden a operaciones, sino que se añaden donaciones, edificios terminados cuyas unidades se escrituran y sucesiones, entre otras. En abril se realizaron 3.718 escrituraciones, el valor más bajo de la última década.
Pero si se lo compara con abril del 2008, arrojó el segundo valor más alto de la década, que fue de 6.043 escrituras.Es decir, ni tanto, ni tan poco...Estas 6.043 escrituras por un valor de 1.608 millones de pesos fueron precisamente la consecuencia lógica del punto más alto al que llegó la actividad inmobiliaria, para luego comenzar su caída.
Debe recordarse que el conflicto con el campo comenzó el 11 del marzo del 2008, un sector que prácticamente dejó de invertir en inmuebles y era el que había motorizado el crecimiento de la actividad inmobiliaria en todo el país.El fin de los soja como generadora de dólares destinados a la inversión en ladrillos se profundizó en octubre y noviembre del 2008, sumados a las consecuencias de la crisis financiera internacional y la falta de créditos hipotecarios.
Históricamente, son precisamente los meses de mayores escrituraciones, al igual que diciembre. Y si se hacen de comparaciones, la cantidad más alta de la década fue en abril del 2002 con 8.035 escrituras, precisamente en plena crisis. ¿Cómo se explica?
Algunos memoriosos recordarán que el 20 de febrero de 2002 el Banco Central emitió la circular 3481, que flexibilizaba el corralito y posibilitaba que los que “reciben certificados de depósitos de plazos fijos reprogramados como parte de pago van a poder usarse para pagar inmuebles, autos cero kilómetro y maquinaria agrícola, vial e industrial nueva”. La operatoria estuvo autorizada hasta el 15 de abril y podía ser realizada tanto por el titular original del certificado del depósito como por los eventuales endosantes.
Un punto importante fue que los endosos dentro del mismo banco (es decir, los correspondientes a depósitos realizados en una entidad) podían ser ilimitados.Comprar inmuebles fue una de las maneras de rescatar fondos del corralito, y por eso se registró en abril del 2002 el mayor número de escrituras de la última década.
Simplemente un ejemplo, para entender que el sector inmobiliario tiene un comportamiento muy diferente a otros como el automotor o el de electrodomésticos, y que la comparación estrictamente numérica, no sólo no explica su comportamiento, ni el futuro de la actividad y sí, a veces, puede perjudicarlo innecesariamente.
En cuanto a montos en pesos, en abril del 2002 se escrituraron 8035 por 617,5 millones, en el 2008 las 6043 efectuadas fueron por 1.608 millones y las de 2009, 3718, por 1.037 millones. Estos últimos valores reflejan los exiguos controles de la Afip en las transacciones del mercado inmobiliario, además obviamente el fuerte aumento de los precios de los inmuebles a partir del 2005.
No se puede negar la crisis ni la incertidumbre por las elecciones, ni la falta de créditos hipotecarios hasta que se lanzaron hace una semana las líneas del Banco Hipotecario.
Todavía es un mercado de contado, en dólares, mientras la gente gana en pesos. Y lo que siempre está pendiente es encarar una política sostenida que posibilite el acceso a la vivienda para la mayoría de la población, y no solamente para algunos sectores.
El artículo 14 bis de la Constitución Nacional sostiene que el Estado "asegurará el “derecho a una vivienda digna”, pero solamente es recordado en foros, charlas y seminarios de vivienda para especialistas e interesados en el tema.
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