(La Política On Line). El viceministro de Desarrollo Social habló con LPO sobre la creciente crítica a la situación de los pobres en la Argentina. Defendió las estadísticas oficiales y cruzó a la Iglesia: “también están involucrados en la problemática social”. Afirma que el dengue se propagó por fallas de frontera y que el tarifazo del gas no afectó a las clases bajas.
¿Cuál es la respuesta del Ministerio de Desarrollo Social al Vaticano y a la Iglesia argentina por la pobreza?
Desde 2003 el gobierno nacional ha puesto el tema de la pobreza como política de Estado. Cuando hablo de Estado hablo de todos, no sólo del gobierno, otros sectores como la Iglesia, que están involucrados en la problemática social. Es imposible abordar desde el Estado abordar toda la política social, porque eso encierra educación, salud, planificación. Como política de gobierno, desde 2003 a la fecha se incrementó el presupuesto del ministerio en más del 650%. Puedo dar otros datos: en pensiones, se pasaron de 172.000 a 830.000, y de 150 pesos a 770. En el programa Familias tenemos 700.000 destinatarios; en el cooperativismo tenemos 300.000 personas incorporadas; y también se ha tarjetizado el complemento de seguridad alimentaria, que se trabaja con las provincias y los municipios.
¿Tienen estimado un número general de beneficiarios de planes sociales?
Se han transformado los planes. Hoy tenés el plan Familias y el Jefes y Jefas, que entre los dos estarás en 1.100.000 beneficiarios, cuando en 2002 eran 2.500.000. ¿Por qué la reducción? Primero porque bajaron los indicadores de pobreza e indigencia, que van de la mano del empleo. Por otro lado, porque en 2003 los mayores créditos presupuestarios estaban en el programa alimentario y hoy están en generación de empleo.
Antes venían de afuera a darnos su receta, pero ahora las hacemos nosotros. No es lo mismo el Impenetrable chaqueño o Tartagal con respecto, por ejemplo, al conurbano bonaerense. Los antiguos programas enlatados, que eran para todos los mismo y que se gastaban en consultoras para medir la pobreza, hoy podemos decir que todos los programas están financiados con fondos del gobierno nacional. Por eso me llama la atención el por qué hoy se está tocando el tema de la pobreza y por qué en años anteriores no, donde los indicadores no han cambiado.
Ahora, el año pasado el país no quedó exento de la crisis internacional y algunos problemas económicos internos, que se tradujo en muchos despidos. ¿Está seguro que entre el año pasado y lo que va de 2009 esos indicadores no se modificaron?
El gobierno tomó medidas para paliar esta situación. Yo no quiero hablar de números porque atrás de cada decimal de esos números hay personas. No quiero lucrar con el tema de la pobreza. Pero el Ministerio de Economía y el de Trabajo han trabajado para no achicar las jornadas laborales ni que haya despidos. Uno ve en comparación cómo ha llegado la crisis a la Argentina con respecto a Europa, y vemos que a nosotros nos rozó por la balanza comercial y por todas las reservas que tiene el país, por eso han podido bajar esta semana los bonos.
Pero las cifras son un poco el eje de esta pelea dialéctica. El Episcopado habló de 40% de pobreza, Néstor Kirchner de 23% y para el Indec es un 15%. ¿Cuáles son los cálculos del Ministerio?
Hay distintas formas de medir la pobreza. Por necesidades básicas insatisfechas, que tienen distintos indicadores como cuántas personas viven en una habitación, si tienen agua, si tienen luz, si tienen cloacas; la Encuesta Permanente de Hogares, donde nosotros hacemos unas fichas sociales. El tema es dinámico. Puedo decir que hay zonas donde el tema de la crisis pega más en la pobreza que en otras. Insisto con que de cifras no quiero hablar, pero veo que dicen el 40%. Si en el año 2001 los jóvenes de la Argentina se iban del país porque estábamos en el fondo del mar, hoy no puede haber un 40% de pobreza. Yo esas cifras no las comparto.
¿Entonces respalda las mediciones del Indec?
Yo tengo la medición a diciembre del año pasado y puede haber variado en algo posiblemente.
¿De cuánto es esa medición?
La misma: 15,3 de pobreza, 4,4 de indigencia y 7,56 de desocupación.
El cardenal Bergoglio hizo especial hincapié en la situación de los pobres en la ciudad de Buenos Aires. ¿Cómo trabaja el ministerio en el ámbito porteño y cómo analiza la gestión macrista en este aspecto?
La verdad que no veo un trabajo sólido en el gobierno de la Ciudad con respecto a las políticas sociales. Hace poco tiempo querían erradicar villas y ahora van a sacar a toda gente que está en hoteles. Ahora, ¿qué hacemos con esas personas? Yo bajo en un día la pobreza a cero, pero ¿cuál es el planteo? ¿Esa gente la expulsamos a dónde, a otro provincia? Ojalá uno pudiera desandar el camino con respecto a la concentración de la población alrededor de las grandes zonas urbanas, pero las políticas del pasado creó esto. Pero la solución no es expulsarlos.
También es importante el trabajo en el conurbano, la concentración de pobres más grande del país.
Estamos trabajando muy fuerte con los intendentes, con las organizaciones de la sociedad civil, generando puestos de trabajo y, además, un trabajo muy fuerte con el plan Ahí. Que refiere a ahí, ahí en las zonas más vulnerables, ahí donde falta todo, ahí donde nunca llegó nadie. Lugares donde no tienen ni agua ni cloacas, y están acá nomás.
En el Congreso algunos bloques de la oposición están tratando de impulsar un proyecto para que se estipule la Asignación Universal por Hijo. Más allá del monto a establecer, ¿Le parece un recurso viable?
Hoy el Estado está cubriendo gran parte de los chicos. Más o menos, si se toma la cantidad de niños que son unos 12 millones, estamos llegando a más de 4 millones de chicos. Pero después el resto hay que desmenuzarlo: si es trabajo en negro, si es chico indocumentado, si es chico de zona rural que no se ha detectado. Si en la población económicamente activa vos tenés un 38% de trabajo en negro, eso se traslada a una cantidad de chicos que hoy por hoy no los tenemos identificados. Más los indocumentados.
¿El nivel de indocumentados es alto?
En algunas zonas es grande, si.
La última tiene que ver con algo que ya abandonó un poco la agenda, como fue la explosión del dengue en la Argentina. ¿Cómo se entiende que se haya desarrollado tanto en el país una enfermedad estrechamente ligada al índice de pobreza?
Cuando fue la inundación en Tartagal nosotros aplicamos un trabajo muy fuerte y casi no hubo casos. Creo que faltó control en la zona de frontera y, una vez que se introdujo, se propaga fácilmente. El ministro Manzur está trabajando desde ahora, porque las larvas no mueren, para que ante el primer calor podamos tener controlada la situación.
¿Cuál es la respuesta del Ministerio de Desarrollo Social al Vaticano y a la Iglesia argentina por la pobreza?
Desde 2003 el gobierno nacional ha puesto el tema de la pobreza como política de Estado. Cuando hablo de Estado hablo de todos, no sólo del gobierno, otros sectores como la Iglesia, que están involucrados en la problemática social. Es imposible abordar desde el Estado abordar toda la política social, porque eso encierra educación, salud, planificación. Como política de gobierno, desde 2003 a la fecha se incrementó el presupuesto del ministerio en más del 650%. Puedo dar otros datos: en pensiones, se pasaron de 172.000 a 830.000, y de 150 pesos a 770. En el programa Familias tenemos 700.000 destinatarios; en el cooperativismo tenemos 300.000 personas incorporadas; y también se ha tarjetizado el complemento de seguridad alimentaria, que se trabaja con las provincias y los municipios.
¿Tienen estimado un número general de beneficiarios de planes sociales?
Se han transformado los planes. Hoy tenés el plan Familias y el Jefes y Jefas, que entre los dos estarás en 1.100.000 beneficiarios, cuando en 2002 eran 2.500.000. ¿Por qué la reducción? Primero porque bajaron los indicadores de pobreza e indigencia, que van de la mano del empleo. Por otro lado, porque en 2003 los mayores créditos presupuestarios estaban en el programa alimentario y hoy están en generación de empleo.
Antes venían de afuera a darnos su receta, pero ahora las hacemos nosotros. No es lo mismo el Impenetrable chaqueño o Tartagal con respecto, por ejemplo, al conurbano bonaerense. Los antiguos programas enlatados, que eran para todos los mismo y que se gastaban en consultoras para medir la pobreza, hoy podemos decir que todos los programas están financiados con fondos del gobierno nacional. Por eso me llama la atención el por qué hoy se está tocando el tema de la pobreza y por qué en años anteriores no, donde los indicadores no han cambiado.
Ahora, el año pasado el país no quedó exento de la crisis internacional y algunos problemas económicos internos, que se tradujo en muchos despidos. ¿Está seguro que entre el año pasado y lo que va de 2009 esos indicadores no se modificaron?
El gobierno tomó medidas para paliar esta situación. Yo no quiero hablar de números porque atrás de cada decimal de esos números hay personas. No quiero lucrar con el tema de la pobreza. Pero el Ministerio de Economía y el de Trabajo han trabajado para no achicar las jornadas laborales ni que haya despidos. Uno ve en comparación cómo ha llegado la crisis a la Argentina con respecto a Europa, y vemos que a nosotros nos rozó por la balanza comercial y por todas las reservas que tiene el país, por eso han podido bajar esta semana los bonos.
Pero las cifras son un poco el eje de esta pelea dialéctica. El Episcopado habló de 40% de pobreza, Néstor Kirchner de 23% y para el Indec es un 15%. ¿Cuáles son los cálculos del Ministerio?
Hay distintas formas de medir la pobreza. Por necesidades básicas insatisfechas, que tienen distintos indicadores como cuántas personas viven en una habitación, si tienen agua, si tienen luz, si tienen cloacas; la Encuesta Permanente de Hogares, donde nosotros hacemos unas fichas sociales. El tema es dinámico. Puedo decir que hay zonas donde el tema de la crisis pega más en la pobreza que en otras. Insisto con que de cifras no quiero hablar, pero veo que dicen el 40%. Si en el año 2001 los jóvenes de la Argentina se iban del país porque estábamos en el fondo del mar, hoy no puede haber un 40% de pobreza. Yo esas cifras no las comparto.
¿Entonces respalda las mediciones del Indec?
Yo tengo la medición a diciembre del año pasado y puede haber variado en algo posiblemente.
¿De cuánto es esa medición?
La misma: 15,3 de pobreza, 4,4 de indigencia y 7,56 de desocupación.
El cardenal Bergoglio hizo especial hincapié en la situación de los pobres en la ciudad de Buenos Aires. ¿Cómo trabaja el ministerio en el ámbito porteño y cómo analiza la gestión macrista en este aspecto?
La verdad que no veo un trabajo sólido en el gobierno de la Ciudad con respecto a las políticas sociales. Hace poco tiempo querían erradicar villas y ahora van a sacar a toda gente que está en hoteles. Ahora, ¿qué hacemos con esas personas? Yo bajo en un día la pobreza a cero, pero ¿cuál es el planteo? ¿Esa gente la expulsamos a dónde, a otro provincia? Ojalá uno pudiera desandar el camino con respecto a la concentración de la población alrededor de las grandes zonas urbanas, pero las políticas del pasado creó esto. Pero la solución no es expulsarlos.
También es importante el trabajo en el conurbano, la concentración de pobres más grande del país.
Estamos trabajando muy fuerte con los intendentes, con las organizaciones de la sociedad civil, generando puestos de trabajo y, además, un trabajo muy fuerte con el plan Ahí. Que refiere a ahí, ahí en las zonas más vulnerables, ahí donde falta todo, ahí donde nunca llegó nadie. Lugares donde no tienen ni agua ni cloacas, y están acá nomás.
En el Congreso algunos bloques de la oposición están tratando de impulsar un proyecto para que se estipule la Asignación Universal por Hijo. Más allá del monto a establecer, ¿Le parece un recurso viable?
Hoy el Estado está cubriendo gran parte de los chicos. Más o menos, si se toma la cantidad de niños que son unos 12 millones, estamos llegando a más de 4 millones de chicos. Pero después el resto hay que desmenuzarlo: si es trabajo en negro, si es chico indocumentado, si es chico de zona rural que no se ha detectado. Si en la población económicamente activa vos tenés un 38% de trabajo en negro, eso se traslada a una cantidad de chicos que hoy por hoy no los tenemos identificados. Más los indocumentados.
¿El nivel de indocumentados es alto?
En algunas zonas es grande, si.
La última tiene que ver con algo que ya abandonó un poco la agenda, como fue la explosión del dengue en la Argentina. ¿Cómo se entiende que se haya desarrollado tanto en el país una enfermedad estrechamente ligada al índice de pobreza?
Cuando fue la inundación en Tartagal nosotros aplicamos un trabajo muy fuerte y casi no hubo casos. Creo que faltó control en la zona de frontera y, una vez que se introdujo, se propaga fácilmente. El ministro Manzur está trabajando desde ahora, porque las larvas no mueren, para que ante el primer calor podamos tener controlada la situación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario