Luego de rechazar ofertas de compra y la ayuda del Estado, que prometió Néstor Kirchner en campaña, la principal empresa láctea del país reestructurará sus pasivos.
Pascual Mastellone, tras tomar la decisión de no vender su empresa y de rechazar el prometido auxilio de crédito oficial, decidió contratar al banco Merrill Lynch para reestructurar sus pasivos. Según el diario Crítica de la Argentina, a través de un comunicado de la empresa a la Bolsa de Comercio, la empresa infomó que la entidad proveerá “asesoramiento respecto de nuestra situación económica y financiera y análisis de alternativas para su optimización”.
El banco inversor estadounidense se encargará de asesorar a La Serenísima y de administrar los plazos de sus deudas de ahora en adelante. “La empresa seguirá funcionando con capitales propios y en manos de sus actuales accionistas”, contó a este diario una fuente cercana a la firma. Tras la promesa de asistencia financiera de boca del ex presidente Néstor Kirchner en la planta de General Rodríguez el 26 de junio, Mastellone esperó alguna señal del Gobierno. La láctea carga con una deuda de 230 millones de dólares, con la mayoría de sus ingresos en pesos.
Pero el apoyo prometido nunca llegó y el empresario decidió seguir adelante por las suyas. Consiguió dinero de sus accionistas minoritarios, quienes votaron por no vender la empresa. La familia Mastellone es dueña del 63% del paquete accionario, mientras que el fondo norteamericano Dallpoint tiene el 37% restante.
Un mes después de los comicios legislativos, Rodolfo González, directivo de La Serenísima y responsable de las relaciones con el mercado, firmó una carta en la que se aclaró que Mastellone Hermanos mantendría “inalterada la conducción histórica de la empresa” de ahora en más. Esa nota, fechada, refutó distintas versiones sobre una posible venta de la empresa láctea.
La Serenísima pagó 10,7 millones de dólares de intereses de un bono con fondos propios apenas dos días después de la derrota kirchnerista en las urnas.
De todas maneras, la empresa sigue atravesando una situación financiera complicada. Sin embargo, Pascual Mastellone se negó a recibir “limosnas del Gobierno”. Fuentes cercanas a la compañía contaron a este diario que “Pascual no permitirá que el Estado le entregue dinero del fondo previsional porque considera que no corresponde”. Otros empresarios de la industria láctea consultados por Crítica de la Argentina se quejaron por la falta de colaboración de parte del Estado.
La Serenísima declaró que la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) le adeuda más de 90 millones de pesos de compensaciones que buscan mantener estable el precio interno de la leche. El organismo lo niega y dice que está al día.
Pascual Mastellone, tras tomar la decisión de no vender su empresa y de rechazar el prometido auxilio de crédito oficial, decidió contratar al banco Merrill Lynch para reestructurar sus pasivos. Según el diario Crítica de la Argentina, a través de un comunicado de la empresa a la Bolsa de Comercio, la empresa infomó que la entidad proveerá “asesoramiento respecto de nuestra situación económica y financiera y análisis de alternativas para su optimización”.
El banco inversor estadounidense se encargará de asesorar a La Serenísima y de administrar los plazos de sus deudas de ahora en adelante. “La empresa seguirá funcionando con capitales propios y en manos de sus actuales accionistas”, contó a este diario una fuente cercana a la firma. Tras la promesa de asistencia financiera de boca del ex presidente Néstor Kirchner en la planta de General Rodríguez el 26 de junio, Mastellone esperó alguna señal del Gobierno. La láctea carga con una deuda de 230 millones de dólares, con la mayoría de sus ingresos en pesos.
Pero el apoyo prometido nunca llegó y el empresario decidió seguir adelante por las suyas. Consiguió dinero de sus accionistas minoritarios, quienes votaron por no vender la empresa. La familia Mastellone es dueña del 63% del paquete accionario, mientras que el fondo norteamericano Dallpoint tiene el 37% restante.
Un mes después de los comicios legislativos, Rodolfo González, directivo de La Serenísima y responsable de las relaciones con el mercado, firmó una carta en la que se aclaró que Mastellone Hermanos mantendría “inalterada la conducción histórica de la empresa” de ahora en más. Esa nota, fechada, refutó distintas versiones sobre una posible venta de la empresa láctea.
La Serenísima pagó 10,7 millones de dólares de intereses de un bono con fondos propios apenas dos días después de la derrota kirchnerista en las urnas.
De todas maneras, la empresa sigue atravesando una situación financiera complicada. Sin embargo, Pascual Mastellone se negó a recibir “limosnas del Gobierno”. Fuentes cercanas a la compañía contaron a este diario que “Pascual no permitirá que el Estado le entregue dinero del fondo previsional porque considera que no corresponde”. Otros empresarios de la industria láctea consultados por Crítica de la Argentina se quejaron por la falta de colaboración de parte del Estado.
La Serenísima declaró que la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) le adeuda más de 90 millones de pesos de compensaciones que buscan mantener estable el precio interno de la leche. El organismo lo niega y dice que está al día.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario