lunes, enero 31, 2011

Luego de la ola de robos, la Metropolitana reforzó la seguridad en Urquiza

El gobierno porteño instruyó a la Policía Metropolitana para que patrulle la avenida Monroe después de que fueran asaltados tres comercios en seis días. Uno de los robos se produjo con un efectivo policial a cien metros del lugar. Por eso, los vecinos son pesimistas sobre la decisión. “Trajeron efectivos por lo que pasó, deberían haberlo hecho antes”, se quejan.

Después de la increíble sucesión de robos en la zona de la estación de trenes de Villa Urquiza, el gobierno porteño decidió reforzar la seguridad sobre la avenida Monroe e instruyó a la Policía Metropolitana para que patrulle la zona. Según pudo corroborar este medio, hoy al mediodía había apostado un patrullero en la intersección de dicha avenida y Triunvirato. Además, dos efectivos recorrían la zona a pie.

De todas maneras, los comerciantes son pesimistas sobre los resultados y la permanencia de la nueva disposición. “Ahora pusieron más policías pero porque pasó esto de los robos, lo tendrían que haber hecho antes”, se quejó la dueña de un negocio de ropa.

En tanto, se conocieron más detalles sobre los asaltos que sufrieron tres comercios distintos en seis días sobre Monroe al 4900. Tal como había adelantado LPO, ayer fue asaltado el local “San Salvador”. Allí actuaron al menos cinco personas y mezcló lo que comúnmente se conoce como “mecheras” con delincuentes comunes. Según pudo saber este medio, al local entraron dos mujeres que comenzaron a probarse ropa y charlar con la vendedora en la parte de probadores. Cuando la joven que atendía el negocio quiso volver a la puerta principal del local, las mujeres le cortaron el paso y ahí tres hombres ingresaron y se llevaron mercadería. Las mujeres también se llevaron algunas cosas entre sus ropas aunque prácticamente no hubo violencia. Lo increíble es que en el momento del robo había un policía de la Metropolitana a cien metros, según contaron los vecinos.

El caso de los robos a la casa de ropa surfer “QuickSilver” y a la joyería “Diane”, ocurridos durante la semana, fue distinto. En el local de prendas, actuó un hombre armado y a cara descubierta. No importó que hubiera clientes en el lugar. Y en el caso de la joyería, los ladrones hicieron un trabajo de inteligencia previo. Como el comercio tiene un sistema de traba eléctrica interna que permite que el comerciante elija a quien abre y quien no, los delincuentes se hicieron pasar días antes como clientes y encargaron una cadenita de 15 años. Cuando fueron a retirar el pedido, asaltaron al dueño y los empleados del lugar. La joyería permanece cerrada.

En un principio, algunos comerciantes de la cuadra culparon a los habitantes de un pequeño asentamiento en la plaza “Jorge Casal”. Sin embargo, esa teoría parece descabellada. Todos los robos fueron a cara descubierta y los comercios asaltados quedan a cien metros de la esquina de Colodrero y Roosvelt, donde se encuentra el asentamiento. (La Política OnLine).

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