El radicalismo mostró su confianza de que será la segunda fuerza en las elecciones primarias del 14 de agosto y, por tal motivo, desestimó el apuro del ex presidente Eduardo Duhalde para hacer un acuerdo de los partidos de la oposición después de esa fecha.
“Nosotros no vamos a hacer nada que pueda confundir al electorado ni faltar el respeto a las otras fuerzas políticas”, afirmó a DyN el aspirante presidencial Ricardo Alfonsín, que aclaró que “esas cosas las deciden los partidos, no los candidatos”.
Según explicó, la prioridad será “difundir nuestras propuestas y una vez que la sociedad las conozca, esperamos que las acompañen, el pueblo va a saber elegir”, indicó Alfonsín ante una consulta sobre la posibilidad de comenzar a tejer acuerdos opositores para enfrentar al kirchnerismo en octubre.
Duhalde anunció ayer que “vamos a apoyar al que esté mejor ubicado en las primarias del 14 de agosto, es lo que definimos en diciembre, cuando acordamos políticas de Estado en común”.
Sin embargo, en el radicalismo hoy se despegaron de esa alternativa porque descuentan que se ubicarán segundos detrás del kirchnerismo en las elecciones primarias y obligatorias de agosto.
El titular del Comité Nacional, Ernesto Sanz, aseguró que el objetivo será “llevar la mayor cantidad de votos para ubicarse como la mejor fórmula opositora” y admitió que “vamos a ir a buscar el apoyo de los demás partidos”.
Pero al ser consultado sobre si el radicalismo brindaría su apoyo a otro partido en caso de que no resulte segundo en las primarias, Sanz indicó que “no está en debate partidario” no salir primeros entre los opositores.
El razonamiento de la UCR es que ninguno de sus competidores, como el Frente Amplio, la Coalición Cívica y el peronismo disidente de Duhalde, tienen una estructura territorial comparable a la de su partido y por eso sostienen que corren con ventaja para una elección nacional.
En igual sentido se pronunció el jefe del bloque de senadores, Gerardo Morales, que ante un planteo de esta agencia expresó que “vamos a ver después del 14, estamos enfocados en las primarias, no vamos a hacer acuerdos por los medios”.
La estrategia de campaña del radicalismo tendrá una primera etapa hasta el 14 de agosto que se centrará en consolidarse como la segunda fuerza, aprovechando el armado territorial que tiene en todas las provincias.
A partir de allí, comenzará una segunda campaña con dos ejes, la polarización con el Gobierno nacional y la captación del “voto útil”, que intentará seducir a los votantes antikirchneristas que en las primarias votaron por otras opciones.
En la conducción partidaria tienen muchas expectativas puestas en el resultado de las primarias, ya que hasta el momento no tuvo ninguna buena noticia en comicios distritales, como el último domingo en la Ciudad de Buenos Aires donde Silvana Giúdici obtuvo el 2,06 por ciento de los votos.
“Para nosotros la buena noticia tiene que llegar el 14 de agosto, tenemos que ser el partido más votado de la oposición”, convocó Sanz en diálogo con la prensa y estimó que en la Capital el mecanismo no tendrá que ver con “seducir a Mauricio Macri, sino a su votante con una propuesta nacional”.
“Nosotros no vamos a hacer nada que pueda confundir al electorado ni faltar el respeto a las otras fuerzas políticas”, afirmó a DyN el aspirante presidencial Ricardo Alfonsín, que aclaró que “esas cosas las deciden los partidos, no los candidatos”.
Según explicó, la prioridad será “difundir nuestras propuestas y una vez que la sociedad las conozca, esperamos que las acompañen, el pueblo va a saber elegir”, indicó Alfonsín ante una consulta sobre la posibilidad de comenzar a tejer acuerdos opositores para enfrentar al kirchnerismo en octubre.
Duhalde anunció ayer que “vamos a apoyar al que esté mejor ubicado en las primarias del 14 de agosto, es lo que definimos en diciembre, cuando acordamos políticas de Estado en común”.
Sin embargo, en el radicalismo hoy se despegaron de esa alternativa porque descuentan que se ubicarán segundos detrás del kirchnerismo en las elecciones primarias y obligatorias de agosto.
El titular del Comité Nacional, Ernesto Sanz, aseguró que el objetivo será “llevar la mayor cantidad de votos para ubicarse como la mejor fórmula opositora” y admitió que “vamos a ir a buscar el apoyo de los demás partidos”.
Pero al ser consultado sobre si el radicalismo brindaría su apoyo a otro partido en caso de que no resulte segundo en las primarias, Sanz indicó que “no está en debate partidario” no salir primeros entre los opositores.
El razonamiento de la UCR es que ninguno de sus competidores, como el Frente Amplio, la Coalición Cívica y el peronismo disidente de Duhalde, tienen una estructura territorial comparable a la de su partido y por eso sostienen que corren con ventaja para una elección nacional.
En igual sentido se pronunció el jefe del bloque de senadores, Gerardo Morales, que ante un planteo de esta agencia expresó que “vamos a ver después del 14, estamos enfocados en las primarias, no vamos a hacer acuerdos por los medios”.
La estrategia de campaña del radicalismo tendrá una primera etapa hasta el 14 de agosto que se centrará en consolidarse como la segunda fuerza, aprovechando el armado territorial que tiene en todas las provincias.
A partir de allí, comenzará una segunda campaña con dos ejes, la polarización con el Gobierno nacional y la captación del “voto útil”, que intentará seducir a los votantes antikirchneristas que en las primarias votaron por otras opciones.
En la conducción partidaria tienen muchas expectativas puestas en el resultado de las primarias, ya que hasta el momento no tuvo ninguna buena noticia en comicios distritales, como el último domingo en la Ciudad de Buenos Aires donde Silvana Giúdici obtuvo el 2,06 por ciento de los votos.
“Para nosotros la buena noticia tiene que llegar el 14 de agosto, tenemos que ser el partido más votado de la oposición”, convocó Sanz en diálogo con la prensa y estimó que en la Capital el mecanismo no tendrá que ver con “seducir a Mauricio Macri, sino a su votante con una propuesta nacional”.
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