Un estudio, realizado por el Laboratorio de Asesoramiento Toxicológico Analítico (CEMATOXA) de la Cátedra de Toxicología y Química Legal de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, y que está fechado el 19 de enero de 2012, asegura que el agua de red de la ciudad bonaerense de 25 de Mayo, contiene alto grado de arsénico (66,7 mg/l).
La muestra de agua fue tomada de un bar céntrico de esa localidad.La concentración de arsénico según la Organización Mundial de la Salud no debe superar 0,1 microgramos por litro (mg/l); por otro lado el Código Alimentario Argentino fija un máximo de 0,5 mg/l; superados dichos valores el agua no es saludable, sino tóxica.
El consumo de aguas arsenicales con tenores mayores de 0,02 ml/l son capaces de provocar arsenismo crónico. En Argentina, a partir del 22 de mayo del 2007, se modificó la concentración máxima para arsénico en el Código Alimentario Argentino, de 50 µg/l a 10 µg/l (de 0,05 ml/l a 0,01ml/l).
Enfermedad crónica
Los habitantes de 25 de Mayo están expuestos a padecer una enfermedad crónica capaz de desencadenar diferentes tipos de cáncer por beber agua con elevados niveles de arsénico. La enfermedad causada por el arsénico en el agua llamada “Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico” o HACRE. Los síntomas son lesiones en la piel, tumores malignos cutáneos y en oportunidades cáncer en órganos internos como el pulmón, estómago y vías urinarias, entre otros.
El problema es que cuando el arsénico está instalado en el organismo, no se puede extraer. HACRE es una enfermedad crónica. Para combatir su avance hay un gran impedimento: la presencia de arsénico en el agua pasa desapercibida si no se hacen estudios especiales. De hecho cuando se tomó la muestra el dueño del bar dijo que “el agua en 25 de Mayo es buena”. Además, hervir el agua –un mecanismo de purificación común- no sirve porque no elimina este elemento.
Según un estudio realizado en 2005, más de un millón de personas están expuestas a padecer Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico en la República Argentina. Los síntomas de esta enfermedad comienzan a aparecer después de varios años de ingestión continua de agua con alto contenido de arsénico. Las manifestaciones en la piel consisten en primera instancia en un aumento de la transpiración en las palmas de las manos y en las plantas de los pies, que se ponen rojos y pican; luego se engrosa la piel de esos sitios y aparece una pigmentación oscura, especialmente en el tórax y el abdomen, salpicada por manchas blancas. Doce provincias del país, según el relevamiento difundido por la Sociedad Argentina de Dermatología, son las más afectadas. Ellas son: Chaco, Salta, Santiago del Estero, San Luis, San Juan, La Rioja y Santa Fe, Tucumán, Córdoba, la Pampa, Buenos Aires y Río Negro. Es un grave problema de salud pública, ya que más de cuatro millones de personas corren riesgo de enfermarse e incluso morir por esta causa.
Un caso en 9 de Julio
En la localidad de 9 de Julio se ha descubierto que una niña tiene diagnóstico de HACRE. Por recomendación del Departamento de Toxicología del Hospital de Niños de La Plata no puede tener contacto con agua que posea niveles de arsénico superiores a los máximos permitidos. En un amparo judicial que tramita ante el juez de Garantías del Joven Número 1 de Mercedes, Luis Marcelo Giacoia, se acreditó que durante años la familia afectada consumió agua de red con niveles de arsénico que oscilaron entre los 0,07 mg/l y los 0,12 mg/l.
La vivienda de la familia se encuentra en pleno casco urbano de la ciudad de 9 de Julio donde ABSA es la prestataria del servicio. El pasado 13 de febrero, el magistrado dispuso como medida cautelar que en el domicilio de la amparista, María de las Mercedes Guadalupe Malpere, se coloquen dos filtros de osmosis inversa en cocina y baño o bien una planta de osmosis inversa de uso domiciliario. Resulta claro que el riesgo no es hipotético. Es probable que en varias ciudades haya casos similares aún no diagnosticados.
La muestra de agua fue tomada de un bar céntrico de esa localidad.La concentración de arsénico según la Organización Mundial de la Salud no debe superar 0,1 microgramos por litro (mg/l); por otro lado el Código Alimentario Argentino fija un máximo de 0,5 mg/l; superados dichos valores el agua no es saludable, sino tóxica.
El consumo de aguas arsenicales con tenores mayores de 0,02 ml/l son capaces de provocar arsenismo crónico. En Argentina, a partir del 22 de mayo del 2007, se modificó la concentración máxima para arsénico en el Código Alimentario Argentino, de 50 µg/l a 10 µg/l (de 0,05 ml/l a 0,01ml/l).
Enfermedad crónica
Los habitantes de 25 de Mayo están expuestos a padecer una enfermedad crónica capaz de desencadenar diferentes tipos de cáncer por beber agua con elevados niveles de arsénico. La enfermedad causada por el arsénico en el agua llamada “Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico” o HACRE. Los síntomas son lesiones en la piel, tumores malignos cutáneos y en oportunidades cáncer en órganos internos como el pulmón, estómago y vías urinarias, entre otros.
El problema es que cuando el arsénico está instalado en el organismo, no se puede extraer. HACRE es una enfermedad crónica. Para combatir su avance hay un gran impedimento: la presencia de arsénico en el agua pasa desapercibida si no se hacen estudios especiales. De hecho cuando se tomó la muestra el dueño del bar dijo que “el agua en 25 de Mayo es buena”. Además, hervir el agua –un mecanismo de purificación común- no sirve porque no elimina este elemento.
Según un estudio realizado en 2005, más de un millón de personas están expuestas a padecer Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico en la República Argentina. Los síntomas de esta enfermedad comienzan a aparecer después de varios años de ingestión continua de agua con alto contenido de arsénico. Las manifestaciones en la piel consisten en primera instancia en un aumento de la transpiración en las palmas de las manos y en las plantas de los pies, que se ponen rojos y pican; luego se engrosa la piel de esos sitios y aparece una pigmentación oscura, especialmente en el tórax y el abdomen, salpicada por manchas blancas. Doce provincias del país, según el relevamiento difundido por la Sociedad Argentina de Dermatología, son las más afectadas. Ellas son: Chaco, Salta, Santiago del Estero, San Luis, San Juan, La Rioja y Santa Fe, Tucumán, Córdoba, la Pampa, Buenos Aires y Río Negro. Es un grave problema de salud pública, ya que más de cuatro millones de personas corren riesgo de enfermarse e incluso morir por esta causa.
Un caso en 9 de Julio
En la localidad de 9 de Julio se ha descubierto que una niña tiene diagnóstico de HACRE. Por recomendación del Departamento de Toxicología del Hospital de Niños de La Plata no puede tener contacto con agua que posea niveles de arsénico superiores a los máximos permitidos. En un amparo judicial que tramita ante el juez de Garantías del Joven Número 1 de Mercedes, Luis Marcelo Giacoia, se acreditó que durante años la familia afectada consumió agua de red con niveles de arsénico que oscilaron entre los 0,07 mg/l y los 0,12 mg/l.
La vivienda de la familia se encuentra en pleno casco urbano de la ciudad de 9 de Julio donde ABSA es la prestataria del servicio. El pasado 13 de febrero, el magistrado dispuso como medida cautelar que en el domicilio de la amparista, María de las Mercedes Guadalupe Malpere, se coloquen dos filtros de osmosis inversa en cocina y baño o bien una planta de osmosis inversa de uso domiciliario. Resulta claro que el riesgo no es hipotético. Es probable que en varias ciudades haya casos similares aún no diagnosticados.
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