El ministro de Planificación estuvo durante toda la jornada de ayer elaborando distintas variantes para la concesión del sarmiento del grupo Cirigliano. Se trabaja sobre cuatro opciones que van desde la intervención de la empresa hasta la quita de la concesión. Aguardan la decisión final de la Presidenta. El rumor del remplazo de Schiavi por Sabbatella.
El ministro Julio de Vido consumió la jornada de ayer en reuniones extenuantes en las que se analizaron las posibles vías de acción para sacar al gobierno de la grave crisis en la que quedó sumido luego de la tragedia de Once. El fárrago de iniciativas finalmente se condensó en cuatro proyectos que fueron girados a la Presidenta para que defina el curso a seguir.
Las iniciativas, según informaron a La Política OnLine fuentes de Planificación, van desde la intervención de la compañía hasta directamente quitarle la concesión del Sarmiento y acaso también el Mitre.
Las opciones se fueron agravando con el curso de las horas, ya que en el gobierno se sintió fuerte el impacto por la aparición del cadáver de Lucas Menghini Rey entre los restos del tren, casi 50 horas después del accidente; dejando en evidencia otra grave falla del Estado, esta vez en un rescate que se suponía había sido lo único destacable de una jornada negra.
El enojo de grandes franjas de la sociedad se sintió fuerte en las redes sociales donde volvieron a aparecer las convocatorias a cacerolazos y consignas que parecían olvidadas como el “que se vayan todos”, amen que continuaron los pedidos de renuncia e insultos para el secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi.
El descontentos social quedó claro con los incidentes en la estación Once de anoche, que volvieron a colocar al gobierno en la incomodísima posición de reprimir protestas, que a todas luces tienen un origen por lo menos razonable, como sucede en el caso de la minería o en este reclamo por un Estado que garantice lo mínimo: transporte digno y seguridad.
En ese marco, durante la tarde se mencionó en el sector la posible designación del diputado Martín Sabbatella como reemplazo de Schiavi. “Sería una manera de dar una señal de transparencia y calmar a los aliados progresistas del Gobierno, que están en llamas con lo que pasó”, afirmó a La Política OnLine una fuente del sector.
De hecho, Sabbatella tuvo en el pasado durísimos cruces con TBA y después del accidente fue uno de los primeros dirigentes kirchneristas en reclamar públicamente que le quiten la concesión del Sarmiento.
Como sea, el clima en el gobierno está enrarecido y se vive una situación de tensión del nivel de las grandes crisis que sufrió el kirchnerismo. Con una novedad: el retroceso político del otrora super poderoso Julio de Vido y el avance de La Cámpora en tandem con Carlos Zannini y Guillermo Moreno, sobre los desaguisados que están estallando en el área de Planificación.
Es que en estos sectores del gobierno evalúan que la política moderada de De Vido hacia TBA los hace aparecer ante la sociedad como condicionados por complicidades inconfesables vinculadas a los millones que circularon y circulan en el reparto de subsidios. “No quieren quedar como que están entongados con TBA, necesitan despegarse”, afirmó una fuente del kirchnerismo a La Política OnLine .
Sin embargo, las opciones que se manejan encierran sus complejidades. “Intervenir la empresa sería lo más sencillo, pero también lo menos drástico ya que la compañía seguiría en manos de los Cirigliano”, explicaron las fuentes consultadas.
Mientras que la medida más drástica: quitarle la concesión a los Cirigliano encierra sus complejidades. La primer obvia es quien se haría cargo de operar el ramal. Si repitieran el esquema que se utilizó cuando se expulsó del sistema a Taselli, tendría que operar el Sarmiento la Ugofe, con un inconveniente: TBA integra esta entidad que opera otros tres ramales.
De manera, que expulsar a los Ciriglianos de todas las líneas de trenes en las que operan ya sea de manera directa o través de la Ugofe, implica una decisión de otra escala que en la práctica obligaría a reformular todo el sistema.
En definitiva la tragedia de Once puso al gobierno contra la pared y lo lleva a morderse la cola sin muchas posibilidades de descargar la culpa por la gruesas fallas de un sistema que de Ricardo Jaime para acá, nunca se mostró interesado en revisar.
De hecho, hace apenas 20 días, el Ministerio de Planificación ya tenía prácticamente cerrada la entrega de otro ramal a los Cirigliano, en este caso el tren a Posadas que iban a operar TBA junto a la Sofse.
El ministro Julio de Vido consumió la jornada de ayer en reuniones extenuantes en las que se analizaron las posibles vías de acción para sacar al gobierno de la grave crisis en la que quedó sumido luego de la tragedia de Once. El fárrago de iniciativas finalmente se condensó en cuatro proyectos que fueron girados a la Presidenta para que defina el curso a seguir.
Las iniciativas, según informaron a La Política OnLine fuentes de Planificación, van desde la intervención de la compañía hasta directamente quitarle la concesión del Sarmiento y acaso también el Mitre.
Las opciones se fueron agravando con el curso de las horas, ya que en el gobierno se sintió fuerte el impacto por la aparición del cadáver de Lucas Menghini Rey entre los restos del tren, casi 50 horas después del accidente; dejando en evidencia otra grave falla del Estado, esta vez en un rescate que se suponía había sido lo único destacable de una jornada negra.
El enojo de grandes franjas de la sociedad se sintió fuerte en las redes sociales donde volvieron a aparecer las convocatorias a cacerolazos y consignas que parecían olvidadas como el “que se vayan todos”, amen que continuaron los pedidos de renuncia e insultos para el secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi.
El descontentos social quedó claro con los incidentes en la estación Once de anoche, que volvieron a colocar al gobierno en la incomodísima posición de reprimir protestas, que a todas luces tienen un origen por lo menos razonable, como sucede en el caso de la minería o en este reclamo por un Estado que garantice lo mínimo: transporte digno y seguridad.
En ese marco, durante la tarde se mencionó en el sector la posible designación del diputado Martín Sabbatella como reemplazo de Schiavi. “Sería una manera de dar una señal de transparencia y calmar a los aliados progresistas del Gobierno, que están en llamas con lo que pasó”, afirmó a La Política OnLine una fuente del sector.
De hecho, Sabbatella tuvo en el pasado durísimos cruces con TBA y después del accidente fue uno de los primeros dirigentes kirchneristas en reclamar públicamente que le quiten la concesión del Sarmiento.
Como sea, el clima en el gobierno está enrarecido y se vive una situación de tensión del nivel de las grandes crisis que sufrió el kirchnerismo. Con una novedad: el retroceso político del otrora super poderoso Julio de Vido y el avance de La Cámpora en tandem con Carlos Zannini y Guillermo Moreno, sobre los desaguisados que están estallando en el área de Planificación.
Es que en estos sectores del gobierno evalúan que la política moderada de De Vido hacia TBA los hace aparecer ante la sociedad como condicionados por complicidades inconfesables vinculadas a los millones que circularon y circulan en el reparto de subsidios. “No quieren quedar como que están entongados con TBA, necesitan despegarse”, afirmó una fuente del kirchnerismo a La Política OnLine .
Sin embargo, las opciones que se manejan encierran sus complejidades. “Intervenir la empresa sería lo más sencillo, pero también lo menos drástico ya que la compañía seguiría en manos de los Cirigliano”, explicaron las fuentes consultadas.
Mientras que la medida más drástica: quitarle la concesión a los Cirigliano encierra sus complejidades. La primer obvia es quien se haría cargo de operar el ramal. Si repitieran el esquema que se utilizó cuando se expulsó del sistema a Taselli, tendría que operar el Sarmiento la Ugofe, con un inconveniente: TBA integra esta entidad que opera otros tres ramales.
De manera, que expulsar a los Ciriglianos de todas las líneas de trenes en las que operan ya sea de manera directa o través de la Ugofe, implica una decisión de otra escala que en la práctica obligaría a reformular todo el sistema.
En definitiva la tragedia de Once puso al gobierno contra la pared y lo lleva a morderse la cola sin muchas posibilidades de descargar la culpa por la gruesas fallas de un sistema que de Ricardo Jaime para acá, nunca se mostró interesado en revisar.
De hecho, hace apenas 20 días, el Ministerio de Planificación ya tenía prácticamente cerrada la entrega de otro ramal a los Cirigliano, en este caso el tren a Posadas que iban a operar TBA junto a la Sofse.
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