En lo que va del año la recaudación de la Ciudad es de unos 250 millones de pesos menos de lo que esperaba el jefe de gobierno, pese a la suba del ABL, principalmente por la caída de las operaciones inmobiliarias y la caída del pago de ingresos brutos. Para eso instruyó a su gabinete a que haga ajustes puesto que si se repite la tendencia en el segundo semestre comenzará a retrasar obras.
A Mauricio Macri le preocupa que la situación económica del país que jaquea a las provincias afecte su gestión en la Ciudad, que a pesar de que tiene un presupuesto mayor a los 32 mil millones de pesos, no está exenta de la desaceleración de la economía.
Como suele hacer el jefe de gobierno antes de manifestarse públicamente, primero envió a sus funcionarios de primera línea para que emitieran el mensaje de preocupación de una manera solapada.
En principio fue su ministro de Hacienda, Néstor Grindetti, que advirtió que hay que prepararse para una crisis por las restricciones al dólar que realiza el Gobierno, y que pese a que hay “una notoria caída de la actividad" económica, aclaró que la Ciudad tiene "asegurado el pago de salarios para todo el año".
Luego fue el turno de la vicejefa María Eugenia Vidal, habitual vocera de las decisiones de Macri, que advirtió que “la situación fiscal de la Ciudad es buena, pero estamos preocupados por la situación económica en general".
Con estas declaraciones el macrismo deja en claro que priorizará el pago de sueldos de la administración por sobre la cobertura de otras áreas. Como informaron a este medio desde el gobierno, el jefe de gobierno podría retrasar obras para fin de año si continúa la caída de la actividad en el segundo semestre.
En este sentido, todos los ministros del gabinete macrista fueron informados días atrás de esta situación por el equipo de Hacienda. La orden de Macri fue directa: todas las carteras deberán empezar a reducir sus gastos.
Es que en lo que va del año, el Ejecutivo porteño percibió aproximadamente 250 millones de pesos menos de lo que preveía en materia de recaudación. Según señalaron desde el gobierno de Macri, el principal motivo es la baja en la recaudación del impuesto a los sellos que produjo la caída de las operaciones inmobiliarias, además del menor patentamiento de automóviles.
Y si bien desde el macrismo aclaran que en concepto de la tasa de ABL, que el gobierno aumentó este año en un promedio del 66 por ciento, se está recaudando lo que se pronosticaba, hay una caída en el pago del impuesto a los ingresos brutos.
Desde el PRO estiman que este mes la caída será mayor debido al coletazo que producirán los controles al dólar del Gobierno nacional. (La Política OnLine).
A Mauricio Macri le preocupa que la situación económica del país que jaquea a las provincias afecte su gestión en la Ciudad, que a pesar de que tiene un presupuesto mayor a los 32 mil millones de pesos, no está exenta de la desaceleración de la economía.
Como suele hacer el jefe de gobierno antes de manifestarse públicamente, primero envió a sus funcionarios de primera línea para que emitieran el mensaje de preocupación de una manera solapada.
En principio fue su ministro de Hacienda, Néstor Grindetti, que advirtió que hay que prepararse para una crisis por las restricciones al dólar que realiza el Gobierno, y que pese a que hay “una notoria caída de la actividad" económica, aclaró que la Ciudad tiene "asegurado el pago de salarios para todo el año".
Luego fue el turno de la vicejefa María Eugenia Vidal, habitual vocera de las decisiones de Macri, que advirtió que “la situación fiscal de la Ciudad es buena, pero estamos preocupados por la situación económica en general".
Con estas declaraciones el macrismo deja en claro que priorizará el pago de sueldos de la administración por sobre la cobertura de otras áreas. Como informaron a este medio desde el gobierno, el jefe de gobierno podría retrasar obras para fin de año si continúa la caída de la actividad en el segundo semestre.
En este sentido, todos los ministros del gabinete macrista fueron informados días atrás de esta situación por el equipo de Hacienda. La orden de Macri fue directa: todas las carteras deberán empezar a reducir sus gastos.
Es que en lo que va del año, el Ejecutivo porteño percibió aproximadamente 250 millones de pesos menos de lo que preveía en materia de recaudación. Según señalaron desde el gobierno de Macri, el principal motivo es la baja en la recaudación del impuesto a los sellos que produjo la caída de las operaciones inmobiliarias, además del menor patentamiento de automóviles.
Y si bien desde el macrismo aclaran que en concepto de la tasa de ABL, que el gobierno aumentó este año en un promedio del 66 por ciento, se está recaudando lo que se pronosticaba, hay una caída en el pago del impuesto a los ingresos brutos.
Desde el PRO estiman que este mes la caída será mayor debido al coletazo que producirán los controles al dólar del Gobierno nacional. (La Política OnLine).
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