Abogada. Verborrágica. Muy bella. Muy inteligente. Valeria Ilarraz se hizo conocida como la Reina del Durazno, y el lunes ejerció en el recinto del Concejo Deliberante su faceta política. Brilló en su rol, mucho más si se repasa que sólo estará 15 días en la banca, pero es capaz de explicar y justificar fluidamente la política del oficialismo respecto de la antigüedad de los municipales, por ejemplo. También planea presentar proyectos, entre ellos, la redacción de un Código de Habilitaciones. Y atiende religiosamente en su oficina del Concejo Deliberante. Con 27 años recién cumplidos, se toma la experiencia en serio.
Un proyecto ambicioso
Empezó a militar a los 16, y se define como originalmente “súper-gioscista”. Pero en el peronismo “el que pierde, acompaña”, dice. Por eso terminó reconociendo el liderazgo de Carlos Selva y ganándose su confianza para ser candidata en quinto lugar en las últimas elecciones.
Se ve hiperactiva en el rol que asumió desde que, por la licencia del intendente y la salida de Marcelo Denápole para reemplazarlo, asumió la concejalía por dos semanas.
Está ocupada, por ejemplo, con el estudio de un proyecto de Código de Habilitaciones que dé respuesta a una demanda de muchos emprendedores: reglas claras a la hora de tramitar habilitaciones. Al parecer, hay criterios dispersos y no siempre uniformes. “Hay un desorden de años sobre el tema. Es un mal de muchos municipios. Yo soy optimista pero también crítica: no se pueden cambiar las cosas si partimos de la idea de que está todo bien”, dice. “El Código de Habilitaciones vendrá a dar mayor seguridad jurídica, y que todos tengan más herramientas legales para decidir el curso de un expediente. Yo estoy estudiando la legislación de ciudades similares y me propongo presentar un proyecto sobre el tema”, anuncia.
Incentivar la ciudadanía
Políticamente se define como “K, me encanta el proyecto”, pero leal al intendente.
Como ex dirigente estudiantil, la inspiran deseos de hacer del Concejo Deliberante un lugar más cercano a la gente, y sobre todo a los jóvenes. “Hay que abrir la participación a los chicos. Quiero proponer la idea de un Concejo juvenil que integren miembros de los centros de estudiantes escolares. Hay que fomentar una ciudadanía crítica que marque los puntos débiles al gobierno”.
“El Concejo tiene que estar más abierto al público, y tenemos que agilizar el acceso a la información. La web debería informar, por ejemplo, el orden del día, para estimular al control y la participación ciudadana. Yo creo en el diálogo, en escucharnos más”.
Trasmite entusiasmo. Tiene el porte de una modelo. Quiere escuchar demandas y buscar soluciones. Hasta el 31, atiende por las mañanas en el Concejo Deliberante.
Una oportunidad para quienes necesitan representantes con voluntad de hacer. “Y a las oportunidades, hay que aprovecharlas”, dice Valeria, sintetizando su momento. (El Nuevo Cronista).
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