En agosto entró en vigor el último de los tres aumentos dispuestos por el Gobierno, que se notará este mes. Si bien hay una posibilidad de baja del aumento por bajo consumo, esto no sucede.Los usuarios residenciales de gas que no ahorraron en el invierno sufrieron un fuerte aumento en sus boletas de los últimos meses y colmaron las oficinas de las distribuidoras, como Metrogas y Gas Natural, para plantear reclamos. Para ellos, sin embargo, lo peor está por venir.
Sucede que el 1° de agosto entró en vigor el último aumento de tarifas dispuesto por el Gobierno en marzo, en el contexto del plan destinado a dotar de mayores recursos a las empresas y, al mismo tiempo, reducir los subsidios, por el costo fiscal que tienen.
Sus efectos sobre las boletas, que comenzaron a notarse este mes y tendrán un impacto pleno a partir de octubre debido al mecanismo de facturación de las compañías, son importantes: para los hogares porteños que más consumen, por ejemplo, significan una suba de 57% con respecto a junio y de 676% desde marzo pasado. Los usuarios del resto del país, de ese mismo nivel de demanda, tendrán un incremento similar.
Los vecinos de la ciudad de Buenos Aires de menor consumo también deberán hacer un esfuerzo mayor para pagar sus facturas. El incremento del mes pasado para ellos fue de 25% con respecto a junio y de 207% desde marzo.
En el medio hubo una sucesión de ajustes. Para los que menos consumen fue de 85% en abril y de 34% en junio (respecto de abril). Mientras que un cliente denominado R3-4 (de alto consumo) tuvo un alza en la tarifa de 195% en abril y 71% en junio (sobre el número anterior).
Sólo evitarán esas subas los que ahorren gas, algo que, según los números del Gobierno, no fue la tendencia predominante.
Quienes viven en la provincia de Buenos Aires sufrirán incrementos similares a los porteños. Según un trabajo del ex subsecretario de Combustibles Cristian Folgar, un vecino de Vicente López que consume 1800 metros cúbicos de gas al año y no redujo su uso debe pagar desde agosto más de 315 dólares por año, sin contar impuestos. Ese número está por encima, en dólares, de lo que desembolsaba en 2001.
Aunque el Gobierno anunció los aumentos a fines de marzo, las quejas de los consumidores llegaron mucho después, a medida que los cambios se notaron en la facturación. "El impacto en la boleta depende de cada cliente.
El cierre de la factura es bimestral y las empresas emiten boletas todos los días. El aumento de agosto ya comenzó a incidir en las últimos boletas, pero se notará de forma plena para quienes la reciban a partir de octubre", explicó un ejecutivo del sector gasífero que pidió reserva de su nombre.
En una de las empresas distribuidoras reconocieron que la suba de tarifas despertó una nueva conducta en algunos consumidores. Hace tiempo que los usuarios pueden pedir el ingreso al registro de exceptuados y, por caso, no pagar el cargo adicional para solventar el costo del gas importado. "Con los últimos aumentos, la diferencia es mayor y muchos vinieron a hacer el trámite", explicaron en una de las empresas. (Asteriscos TV).
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